Una madre de cinco hijos ha vivido una experiencia aterradora cuando su lavadora explotó, hiriendo gravemente a su hijo de 15 meses, Brodie Davis. Amie McCarthy, de 29 años, encontró a su pequeño cubierto de sangre en su casa de Liverpool, después de escuchar un fuerte ruido proveniente del lavadero donde acababa de poner media carga de ropa.
Cuando Amie entró en la habitación, se encontró con un escenario desgarrador: la puerta de cristal de la lavadora había estallado, lanzando fragmentos por toda la estancia. Brodie, que se encontraba cerca de la máquina, sufrió cortes en el ojo, cuello, brazos, manos y pies. La madre, en estado de shock, vio que la punta de uno de los dedos del niño estaba "colgando". De inmediato, llevó a su hijo al Hospital de Niños Alder Hey, donde fue sometido a una operación de emergencia para reimplantarle la punta del dedo.
A pesar de que la cirugía fue exitosa, los médicos advirtieron que Brodie podría necesitar un injerto de piel en el futuro para completar su recuperación. Además, la punta de su dedo probablemente permanecerá entumecida de por vida debido a la gravedad de las heridas.
Amie ha expresado su consternación y exige que se investigue el incidente. Afirma que la lavadora, de solo 16 meses de uso, no estaba sobrecargada ni presentaba signos de sobrecalentamiento antes de la explosión. Ha presentado una queja formal al fabricante para evitar que algo similar ocurra de nuevo.
Hablando sobre el incidente, Amie relató: "Solo había dado dos o tres vueltas cuando oí un estruendo que sonó como una ventana rompiéndose. Cuando vi a Brodie cubierto de sangre, mi corazón se detuvo. Nunca pensé que algo así pudiera ocurrir. Mi hijo podría haber muerto ese día".
Este incidente resalta la importancia de investigar los posibles defectos en electrodomésticos para evitar tragedias en el futuro, ya que lo que comenzó como una rutina diaria casi terminó en una tragedia inimaginable para esta familia.
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