Pillan a una funcionaria manteniendo relaciones sexuales con un prisionero en el Reino Unido
Las relaciones entre funcionarios y reclusos no solo comprometen la seguridad de las instalaciones, sino que también dañan la confianza en el sistema.
Un nuevo escándalo sacude al sistema penitenciario del Reino Unido tras la difusión de un video que muestra a una funcionaria de la prisión Five Wells, en Wellingborough (Northamptonshire), presuntamente manteniendo relaciones sexuales con un recluso.
El material, captado por una cámara dentro de la cárcel de categoría C, muestra a la oficial realizando un acto sexual con el prisionero, quien posteriormente graba el encuentro con su teléfono móvil. Según informaron fuentes internas, las imágenes han circulado entre los reclusos, generando indignación entre el personal y las autoridades.
Una fuente anónima declaró a The Sun: "Es impactante, especialmente después de los recientes escándalos en otras prisiones. La oficial ha puesto en riesgo su carrera y su reputación". Este caso revive el debate sobre la seguridad y profesionalidad en el ámbito penitenciario, donde las relaciones entre funcionarios y reclusos están estrictamente prohibidas.
Precedentes polémicos
Este incidente no es el primero en generar controversia. En junio, Linda De Sousa Abreu, funcionaria de la prisión HMP Wandsworth, fue filmada manteniendo relaciones sexuales con el recluso Linton Weirich. En el video, grabado dentro de la celda, se escucha el crujir de mensajes por radio en el fondo, lo que expuso aún más el nivel de descuido en el cumplimiento de las normas.
Otro caso involucra a Leanne Butcher, una oficial de apoyo en HMP Swinfen Hall, quien desarrolló relaciones íntimas simultáneamente con dos reclusos: Junior Lukelo-Mami, un asesino convicto, y Tariq Dervan, encarcelado por un robo a mano armada que afectó a los hermanos de los futbolistas Marcus Rashford y Trent Alexander-Arnold.
Un problema sistémico
Estos episodios han reavivado el debate sobre la ética y la capacitación del personal penitenciario. Las relaciones entre funcionarios y reclusos no solo comprometen la seguridad de las instalaciones, sino que también dañan la confianza en el sistema. Autoridades penitenciarias han prometido reforzar las medidas de supervisión para evitar futuros incidentes y preservar la integridad de las instituciones.
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