La hija de Gisèle Pelicot, sobre su padre: "Qué desperdicio de vida"

Sobre la petición de Premio Nobel u otro galardón para su madre: "¿Qué pasa con las demás víctimas?"

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Giséle Pelicot
La hija de Gisèle Pelicot, sobre su padre: "Qué desperdicio de vida". Foto: Europa Press

 

Caroline Darian, hija de Gisèle Pelicot, acaba de publicar en castellano y catalán 'Y dejé de llamarte papá', un testimonio sobre el proceso vivido cuando se descubre que su padre ha drogado durante una década a su madre para que decenas de hombres la violaran y en el que critica los recursos destinados a las víctimas de violencia sexual, y ha lamentado: "No puedo decir que el apoyo a las víctimas haya mejorado en los últimos años".

En una rueda de prensa telemática por la publicación del libro en castellano por Seix Barral y en catalán por Edicions 62, Darian -seudónimo de Caroline Peyronnet y cuyo apellido es la contracción de los nombres de sus dos hermanos- ha afirmado que la escritura del libro le ha ayudado a transitar en el "cataclismo absoluto" que han supuesto los hechos para su familia.

Darian ha asegurado que el juicio ha sido duro y agotador y que el compromiso al intentar ayudar a otras víctimas de sumisión química que ha tomado con su asociación #MendorsPas: Stop à la soumission chimique le permite "seguir avanzando en el proceso de duelo".

Ha enfatizado que se debería sistematizar una atención a las víctimas desde la salida de la comisaría, cosa que ahora no existe, y ha lamentado que corresponde a ellas buscar un terapeuta o un abogado, y ha subrayado la necesidad de que se avance en la atención médica, ya que considera que los profesionales "no están en absoluto formados" para detectar casos de sumisión química.

Darian ha resaltado su compromiso para evidenciar la sumisión química, un problema de salud pública que ha asegurado más extendido de lo que se cree y no solo en ambientes festivos, y ha dicho que esta lucha permite "dar un sentido a algo que no tiene sentido" y que le cambió la vida hace cuatro años.

Ha explicado que la familia no había imaginado el impacto que ha tenido el proceso fuera de Francia, ha alabado que su madre quisiera que fuera un juicio abierto por que si hubiera sido a puerta cerrada hubiera supuesto un "regalo" para los acusados y por que también ha permitido ver qué supone para las víctimas.

Ha afirmado que la pena que tuvo su padre fue la que "tenía que llevarse" y que era lógico que no le cayeran menos de 20 años, pero ha lamentado que a otros acusados hayan tenido una pena menor de lo que pedía la Fiscalía, para los que ella quería una aplicación estricta y rigurosa del código penal galo.

Darian ha asegurado que no tiene duda de las veleidades de su padre, se ha mostrado convencida de que no se detuvo con Gisèle Pelicot, ha lamentado que el juicio no haya permitido conocer cuándo empezó y si ella fue también víctima y ha asegurado que su padre "no tiene la capacidad de admitir la verdad" en su conjunto.

Sobre su padre, ha añadido: "Qué desperdicio de vida, dar rienda suelta a la perversión absoluta cuando tenía una familia respetada, amada. Él ha escogido su camino. Y no es mi camino", y ha añadido que tener un padre criminal no convierte a su familia en delincuentes.

Ha explicado que la investigación ha permitido conocer los estragos de la actuación de su padre, pero ha dicho que hay que vivir con ello porque a su familia no le queda otra: "No hay otra opción, no hay ningún plan B".

Preguntada por la introducción de la figura del consentimiento en el código penal francés como ocurre en el español, Darian ha dicho que existen opiniones divididas en Francia con un Gobierno que es favorable pero que asociaciones feministas están siguiendo la cuestión porque no saben "si va a proteger a todas las víctimas".

Darian ha afirmado no tener una opinión clara al respecto ni la perspectiva necesaria, y ha preguntado si en España la introducción del consentimiento "ha cambiado radicalmente las cosas, la mirada para con la víctima y si ha ayudado a las víctimas a hacer defender sus derechos", que para ella es clave.

Preguntada por la petición online que ha recogido más de 150.000 firmas para la concesión del Premio Nobel de la Paz a su madre, ha afirmado que todo el mundo tiene un papel y una responsabilidad en el mundo como ciudadanos y "no sé si este acto merece realmente un galardón".

"Si mañana le damos un premio a Gisèle, ¿qué pasa con las demás víctimas? Con las otras que también luchan e intentan hacer valer sus derechos en un proceso judicial. No sé si es justo ir hasta allí para las otras víctimas", ha subrayado.

Las editoras Rocío Fernández (Seix Barral) y Pilar Beltran (Edicions 62) han resaltado como Darian ha transformado un "trauma personal en una acción militante de sororidad" para concienciar sobre la sumisión química.

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