Dos mujeres reciben una paliza por parte de 15 personas en el parque Warner: "¡Bolleras de mierda!"
Lamentan la poca colaboración por parte de las autoridades y el trauma que les quedará a sus hijos
Conchi y Gemma, dos mujeres canarias, han recibido una presunta agresión por parte de 15 personas. La homofobia se hizo presente cuando las dos mujeres viajaron a Madrid con sus dos hijos, de cinco y seis años y recibieron la multitudinaria paliza.
El ataque tuvo lugar el pasado sábado 20 de mayo en el parque Warner de la capital española. Cuando estaban en la zona de taquillas, aparecieron dos mujeres para empezar a molestarles, chutando algunos vasos que habían dejado en el suelo o bien cerrándoles la taquilla con mala actitud.
Pese a que Conchi y Gemma no les hicieron caso, aparecieron seguidamente quince personas más. Las mujeres explicaron así a Canarias 7 el momento de la agresión: "Mientras comíamos, vinieron un montón de gitanos. Se quedaron mirando para nosotros y diciéndonos cosas: '¿Qué miras? ¿qué miras?' y empezaron a gritarnos. Mi pareja dijo: 'no miramos nada' y dice '¡bolleras de mierda!'. Entonces me levanté nerviosa, me encendí un cigarro y cuando me fui a dar la vuelta, me cogieron por la espalda, me tiraron al suelo y me patearon por todos lados".
Los niños se quedaron llorando mientras miraban impotentemente cómo golpeaban a sus madres. "Tengo dos costillas fastidiadas, el tórax, un traumatismo cráneoencefálico leve, la columna, la parte de arriba del cuello, la cintura. Me rompieron la ropa, me rompieron unos zapatos, me robaron una pulsera de oro. Las gafas me las rompieron. A mi pareja le rompieron el oído, le hicieron un desastre en el oído. El dedo se lo dejaron morado", explicaba Conchi.
Las mujeres lamentan que no recibieron prácticamente ayuda por parte de la seguridad del parque, y cuando fueron a la Policía Nacional para denunciarlo, les dijeron que no podían atenderlas porque tan solo atendían casos de violaciones y demás. Tuvieron que pagar taxis de un lado hacia otro porque en ninguna comisaría les atendían.
Finalmente, en una de ellas las atendieron y les dijeron que necesitaban las grabaciones del parque de atracciones. "Todas las personas que habían allí eran personas que estaban mirando cómo nos golpeaban y ya está. Yo pensé que me mataban. Mis hijos estaban en el banco, llorando, gritando y tapándose la cara. Ya no solo es nuestro sufrimiento, es el de los niños y lo que se les queda grabado en sus cabezas", lamenta Conchi en declaraciones a Canarias 7.
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