En libertad un monitor de voleibol de Madrid que presuntamente agredió sexualmente a siete menores

Dos días después de ser detenido, Alexis José F. L., el entrenador de voleibol acusado de agredir sexualmente a seis niñas y un niño en el centro escolar, ha sido puesto en libertad bajo cargos. Desde su liberación el pasado 21 de enero, los padres de los estudiantes de Parque Aluche se han reunido diariamente frente a las puertas del colegio para expresar su indignación y exigir explicaciones a la dirección.

La detención se produjo el pasado 19 de enero, cuando las autoridades arrestaron a Alexis José, un ciudadano venezolano de 50 años, en el barrio de la Latina (Madrid). Desde ese momento, la Policía Nacional está llevando a cabo una exhaustiva investigación con el fin de esclarecer si tuvieron lugar las siete agresiones sexuales sufridas por menores de entre 8 y 10 años. 

Los episodios tuvieron lugar entre octubre y noviembe, según lo explicado por el padre de una de las niñas a El Español. La hija de este hombre, de 10 años, fue la primera en revelar lo que sucedía durante las sesiones de entrenamiento de voleibol, lo que llevó a su familia a dar la señal de alarma.

A raíz de esta denuncia inicial, otros cinco padres también han presentado formalmente sus quejas. En este momento, se tiene conocimiento de siete víctimas, aunque las autoridades no descartan que en los próximos días este número pueda incrementarse. La Policía Nacional continúa trabajando arduamente para esclarecer completamente estos eventos y llevar a cabo las acciones correspondientes.

Según el relato de la joven, el monitor realizaba tocamientos en las partes íntimas de las alumnas, quienes coincidieron también en que él se fregaba contra ellas y las tocaba para posteriormente decir que se trataba "de una broma". 

Alexis José fue contratado por la Federación Madrileña de Voleibol mediante un acuerdo con el Ayuntamiento de Madrid. Este último ha afirmado que el acusado contaba con un certificado fechado el 5 de septiembre anterior, el cual certificaba que no poseía antecedentes penales de índole sexual, un requisito esencial para desempeñar labores con menores.