Adiós a la plataforma de la playa Miracle: empieza la transformación del litoral

El alcalde de Tarragona, Rubén Viñuales, lo considera "un momento histórico"

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Viñuales, frente a la playa del Miracle. Foto: Joan Carles Borrachero / Ay. de Tarragona

 

El próximo lunes 24 de marzo arrancan las obras de demolición de la plataforma de hormigón de la playa del Miracle de Tarragona. Así lo ha anunciado el alcalde, Rubén Viñuales, acompañado del concejal de Medio Ambiente, Guillermo García de Castro, durante una visita al espacio donde ya se ultiman los preparativos.

La actuación, con un plazo máximo de ejecución de 5 meses, marca el inicio de un proceso de transformación profunda en la fachada marítima de la ciudad. “Estamos ante un momento histórico. Esta intervención no solo va a cambiar el paisaje y el skyline de Tarragona, sino también el uso que la ciudadanía hará de este entorno natural recuperado”, ha señalado Viñuales.

La demolición forma parte del proyecto Tarragona GreenBelt’26, que impulsa la renaturalización de los espacios urbanos de la Anilla Verde. Esta iniciativa cuenta con una inversión de 4,2 millones de euros, financiada a través del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia con fondos Next Generation de la Unión Europea y la colaboración de la Fundación Biodiversidad.

“Es la inversión medioambiental más importante hecha hasta ahora en Tarragona”, ha subrayado el alcalde. El objetivo es claro: devolver a este espacio su valor natural y ecológico, restaurando hábitats litorales y promoviendo la biodiversidad. La playa del Miracle dejará atrás décadas de cemento para convertirse en un gran espacio verde de uso público.

Viñuales ha sido contundente: “Estamos haciendo una apuesta valiente y necesaria. Vamos a retirar un hormigón que nunca debió construirse, en línea con las estrategias europeas de adaptación y lucha contra el cambio climático. Si no actuamos, perderemos la playa del Miracle”.

 

Se retira el "mamotreto"

La plataforma que ahora será demolida fue construida en 2001: una estructura de 6.000 m² y 150 metros de largo que llegó a pesar más de 12.000 toneladas. Su único uso fue como aparcamiento, hasta que quedó cerrada definitivamente en 2013. Desde entonces, se había convertido en un símbolo del impacto urbanístico mal resuelto en la costa tarraconense.

La demolición es solo el primer paso. Paralelamente, el Ayuntamiento ya trabaja en el proyecto de renaturalización, con el apoyo técnico del Consejo Municipal de Medio Ambiente y financiación de la Diputación de Tarragona. Esta segunda fase estará liderada por la Dirección General de Costas del Estado y prevé la retirada de los cimientos, la recuperación del sistema de dunas y la creación de zonas verdes y de tránsito respetuosas con el entorno natural.

Con esta actuación, Tarragona da un paso decidido hacia la recuperación de su costa y refuerza su compromiso con un futuro más sostenible.

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