Sànchez y Cuixart pensaban que el reférendum del 1-O sería como el 9-N y que el Gobierno no actuaría
Los líderes de las entidades independentistas dicen que nunca imaginaron que se produciría una reacción del Gobierno como la que tuvo lugar.
Los 'Jordis' no esperaban reacción del Gobierno central.
Los líderes de las organizaciones sociales Assemblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium Cultural Jordi Sànchez y Jordi Cuixart manifestaron durante sus declaraciones como imputados en el Tribunal Supremo que tenían el convencimiento de que la celebración del referéndum del 1-O iba a suponer un nuevo 9-N.
Los líderes de las entidades independentistas manifestaron ante el magistrado que por ello nunca imaginaron que se produciría una reacción del Gobierno como la que finalmente tuvo lugar.
Así, el exvicepresidente de la Mesa del Parlament y actual diputado de JxCat, Lluís Guinó, manifestó ante el juez Pablo Llarena el pasado 9 de noviembre que el referéndum "se celebró en condiciones muy dificultosas" cuando ellos querían que fuera "como el del 9 de noviembre, que fuera tolerado".
Se refería el diputado a la consulta popular de 2014 que tuvo como consecuencia el procesamiento y condena del expresidente Artur Mas y otros dirigentes por desobediencia al Tribunal Constitucional (TC).
Ante las preguntas de la fiscal del Supremo y exfiscal general del Estado, Consuelo Madrigal, que le recordó que el 9-N "no era tolerado" pues fue igualmente suspendido por el TC, y que en el caso del 1-O existía una orden judicial para requisar las urnas, Guinó reconoció que "había un riesgo cierto de desobediencia respecto a las resoluciones del Tribunal Constitucional"
En los audios de las declaraciones, Guinó insiste en que pensaba que el 1-O sería "un 9-N amparado por la Ley de Referéndum" y que dicha Ley era constitucional. "Ahora vemos que no lo es, evidentemente", añadió el parlamentario en sede judicial.
LOS 'JORDIS'
Durante su declaración ante Llarena el presidente de Òmnium admitió por su parte que conocía que el Tribunal Constitucional había suspendido la Ley para celebrar el referéndum del 1 de octubre. Pero alega que si hubieran hecho alguna actuación que no estuviera de acuerdo con la Ley les habrían "interpelado" para decirles que no se podía hacer eso.
Se escuda, además, en la creencia de que el 1-O iba a ser como la consulta que hicieron los independentistas el 9-N con "alguna variación". Pero el fiscal le recuerda que la consulta, por la que ha sido condenado Artur Mas entre otros, también era ilegal".
Pero él insiste en su interpretación y señala que en aquella consulta "no hubo violencia" y añade que si hubiera "imaginado" que iban a haber "las imágenes de violencia por parte de las Fuerzas de Seguridad del Estado" le habrían dicho a la gente que "no participara" en el 1-O.
Por lo que respecta a Jordi Sànchez, se manifestó de forma similar durante su declaración como investigado, añadiendo que por ello le sorprendió la respuesta del Gobierno a la celebración de la consulta.
Preguntado por el fiscal si no veía que la situación era diferente, al haberse trasladado a Catalunya miles de agentes de las fuerzas de seguridad del Estado para poder ejecutar la prohibición dictada por los tribunales, Sànchez insistió en que no pensaba que se fuera finalmente a intervenir contra personas que sólo querían manifestar su opinión en las urnas.
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