TMB denunciará el ataque de los encapuchados al metro de Barcelona
La entidad metropolitana ha alertado también de que estos ataques se están acentuando en frecuencia, agresividad y violencia
Vigilancia policial en el metro de Barcelona (Mossos d'Esquadra)
Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) presentará una denuncia contra el grupo de encapuchados que ha atacado este sábado sobre las 2.50 horas a un convoy del metro de Barcelona con pintadas y piedras.
En un comunicado, ha expresado su "rechazo más rotundo de las acciones vandálicas protagonizadas por grupos de grafiteros que se producen en la red de metro" y ha explicado que emprenderá acciones judiciales para que los autores sean identificados y juzgados.
Los encapuchados estaban pintando un convoy vacío que estaba parado en la estación de plaza Catalunya de la línea 3 y, al aparecer personal de TMB, han reaccionado de manera violenta lanzando piedras contra el tren y han roto la ventana del maquinista.
Los hechos se han producido cuando el servicio ya había terminado y se trataba de un convoy que recoge al personal de TMB de las estaciones al finalizar la jornada, por lo que no había pasajeros dentro pero sí trabajadores.
UN FENÓMENO CADA VEZ MÁS FRECUENTE
TMB ha mostrado su apoyo a los trabajadores afectados y ha alertado de que este tipo de incidentes es "el principal problema para los operadores ferroviarios en España, con crecientes implicaciones sociales, medioambientales, laborales y económicas".
Ha advertido de que "supone una amenaza real para las personas y para la prestación del servicio", y que supone una carga económica sobre los sistemas de transporte.
Asimismo, ha recordado que ya habían avisado de que "el fenómeno se estaba acentuando, en frecuencia, en nombre de personas participantes y sobretodo en agresividad y violencia", y que afecta tanto al material del metro como a las personas que puedan interponerse en los ataques, ya sean viajeros, empleados o vigilantes de seguridad.
MEDIDAS DE SEGURIDAD Y DE PREVENCIÓN
TMB ha asegurado que ha adoptado varias medidas de seguridad "ante el agravio de este problema", como dificultar las intrusiones en las instalaciones del metro más sensibles, colaborar con los cuerpos policiales para identificar a los autores de los ataques, y reducir los riesgos para la integridad física de los empleados proporcionándoles indicaciones y herramientas de autoprotección.
También busca minimizar las consecuencias del vandalismo en el servicio de metro, mejorar la eficacia de las denuncias penales y administrativas, colaborar con otros operadores ferroviarios que sufran problemas parecidos, y influir en el diseño de las infraestructuras ferroviarias para prevenir estas actuaciones.
Aun así, ha afirmado que las características de este fenómeno "rebasan las competencias y los medios de un operador de transporte, y hacen necesaria la actuación coordinada de la seguridad pública y la judicatura, sin descartar una revisión de su tratamiento penal".
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