El miércoles 9 de mayo, del presente año, a las 8:30 am., asesinaron con 9 disparos de bala al defensor comunitario de derechos humanos, Luis Arturo Marroquín, en una librería, en el parque central del Municipio de San Luis Jilotepeque, Departamento de Jalapa.
Luis Marroquín era de origen indígena Xinka. Integrante de la coordinación nacional del movimiento indígena campesino, denominado Comité de Desarrollo Campesino (Codeca). Coordinaba los procesos de formación, resistencias comunitarias y defensas de derechos en el Departamento de Jalapa.
El 02 de mayo, Jimmy Morales, Presidente de Guatemala, ante manifestantes en su apoyo, en un discurso público, tildó a Codeca de ser una organización delincuencial, aliado con el Ministerio Público y la CICIG. Y, los centenares de manifestantes ovacionaron al Presidente que señalaba al “enemigo interno del país”.
Otto Pérez Molina, ex presidente, actualmente preso por actos de corrupción, también acusó en reiteradas oportunidades a dicho movimiento social como: “un cáncer social que se expande peligrosamente en el país”.
Este discurso oficial de odio, sumado a la estigmatización permanente promovido por los ricos del país, logró instalar en el imaginario colectivo urbano y rural de Guatemala la idea de: Codeca es el principal enemigo interno del desarrollo de Guatemala.
En la larga noche violenta post Acuerdos de Paz, los asesinatos selectivos contra defensores comunitario de derechos se acrecentaron simétricamente con relación a la ola invasiva de los proyectos empresariales de despojo.
Sólo a finales del pasado año, asesinaron a otros dos defensores de derechos de Codeca. Y lesionaron gravemente a otros dos. A los cuatro, mientras realizaban paro nacional contra la corrupción y el saqueo de los territorios. Los responsables, hasta ahora, premiados con la impunidad.
Desde 2014, el Estado de Guatemala ha creado una Fiscalía Especial contra Codeca que opera con cuatro fiscales. Esta unidad del Ministerio Público criminalizó y encarceló arbitrariamente incluso al fundador y coordinador de Codeca, pero no ha logrado vencer ni un solo juicio contra defensores de Codeca. Es más, la ONU, en uno de estos casos, resolvió en contra del Estado de Guatemala por detenciones arbitrarias.
Este movimiento de defensores de derechos, constituido por indígenas y campesinos sin sueldos, se ha constituido prácticamente en el único baluarte de la defensa de derechos y territorios con alcance nacional.
Para avanzar en la restauración y ampliación de derechos, Codeca construye, por primera vez en la historia de Guatemala, un instrumento (organización) político propio (Movimiento para la Liberación de los Pueblos) de los pueblos y movimientos sociales.
Circunstancialmente, Codeca es una idea transformadora que paulatinamente se convierte en una imparable voluntad multitudinaria a nivel nacional. Una fuerza casi mítica que a mayor golpe, más se fortalece, que a mayor estrangulamiento económico, más se amplía.
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