Laura Casas: "El mar es fuente de inspiración máxima"
La periodista publica el recopilatorio de relatos 'Cinquanta còdols al mar', en el que trata temas como la infancia, la familia, el dolor, el amor y el paso del tiempo.
Fotografía de Adrián Muñoz
La periodista Laura Casas ha publicado el recopilatorio de relatos 'Cinquanta còdols al mar' (Ganzell Edicions), que es su primer libro y en el que mezcla ficción y autobiografía a través de historias que hablan de temas como la infancia, la familia, la amistad, el dolor, el amor y el paso del tiempo.
Los recuerdos están muy presentes en 'Cinquanta còdols al mar'. ¿Escribir es también recordar y revivir?
Sí, cuando empecé a escribir estaba en un momento en el que tenía muchas cosas dentro, tal vez podía haber elegido dibujar, pero lo que tenía dentro me empujaba a escribir y, de hecho, ahora siento que tengo más ganas de seguir escribiendo de la experiencia vital vivida y del recuerdo de la experiencia.
Hay historias tiernas y familiares en las que está el abuelo, o la madre, por ejemplo. ¿Es en parte un homenaje a tu familia o salió de manera más imprevista?
Es más espontáneo, salió de manera natural. Son las historias que tengo más cerca, elementos que me ayudaban a desarrollar un tipo de historias más tiernas. Una vez acabado el recopilatorio, pues sí, he visto mucho a mi familia en él, pero en el fondo salió todo más espontáneo, no tenía la intención inicial de hacer un relato sobre la madre o los abuelos.
Acompañas los relatos con fotos que tú misma hiciste, lo que da un enfoque más personal. ¿Cómo las seleccionaste?
Las fotos nacieron de esta necesidad de decir cosas, escribirlas, y recogerlas también a través de la fotografía. Era una obligación moral, nació de golpe y no sabía renunciar a ninguna de las dos. Hay fotografías que las hacía y en ese momento ya me venía la historia en la cabeza, yo creo que estas han tenido un relato como más natural, llegaba a casa y salía natural. En otros, primero tienes la idea, escribes la historia y buscas en el archivo a ver cuál va mejor. Las que nacieron desde la fotografía quizás están más unidas, van más de la mano.
¿Cómo de importante es la comida en los olores y el gusto que te hacen transportar?
Para mí son también los recuerdos de los años en que no tenía preocupaciones, quisiera quedarme en estos años en que los abuelos son tan presentes. Mi abuela todavía hace esta sartén o estos canelones que cuando entro en su casa me trasladan a este mundo que no tiene preocupaciones, una vida feliz con los primos alrededor. Mi abuela me dio pie a recogerlo, es un guiño más humano.
¿El paso del tiempo sería otro de tus temas destacados cuando escribes?
Sí, es un tema que me preocupa, y lo tengo presente a la hora de escribir, es la evolución de la persona misma. De hecho, los relatos están ordenados de manera prácticamente cronológica con el orden que les escribí. Hay una parte autobiográfica, de cómo superar situaciones, levantar la cabeza y tener esperanzas de remontar. También hay relatos que no tienen que ver conmigo sino con mi alrededor, del cuando no podemos desatar.
El amor y el desamor, ¿van a menudo ligados?
Absolutamente. Uno no se entiende sin el otro. Hay una reflexión sobre que de todo se sale, si un amor se marchita, algo se va construyendo hacia otro lado. El amor también nos lleva a salir adelante, hay relatos tristes, pero he buscado una puerta de esperanza, de mirar a otro mundo nuevo. Quería que los personajes tuvieran ese aire de optimismo, una puerta de esperanza.
¿Cómo es de importante el papel del mar en tu vida personal y en la escritura?
Aunque hay mucha foto urbana, que me gusta mucho, el mar es fuente de inspiración máxima. Yo soy de un pueblo de mar, Torredembarra. En momentos bajos el mar me ha dado luz y energía, mirando el mar me han venido ideas y han nacido estos guijarros.
En uno de estos guijarros hablas del "muro de papel que separa a los felices de los desgraciados". ¿Crees que en un segundo todo puede cambiar?
Exacto. Es la idea, vivir el momento, el carpe diem viene a decir esto. En un segundo podemos ser la felicidad personificada o estar hundidos en el fondo del pozo. En un momento estás en lo más alto, lleno de euforia y sales a comerte el mundo, o atraviesas este muro tan delgadito y estás en el fondo del pozo, pero el fondo del pozo también es muy subjetivo, con fuerza uno también puede salir.
Se ve una mezcla de realidad, a menudo autobiográfica, y ficción. ¿Hay algún relato en el que te sientas más identificada?
Un poco en los primeros, que son los que me llevaron más a escribir, estos relatos que no son tan autobiográficos, sino de reflexión colectiva. Todavía me veo en ellos, todavía suscribo el cien por cien de los primeros, como las reflexiones de si somos lo suficientemente jóvenes para creer en el amor o mayores para desconfiar de él.
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