Pere Cervantes: "Una persona que comete un delito, no se convierte en delincuente"

El policía y escritor publica 'Golpes', una novela en la que el protagonista es un agente recién salido de prisión provisional y a la espera de sentencia firme.

|
Foto Pere Cervantes 2018 2

 

Foto Pere Cervantes 2018


Pere Cervantes es policía y escritor y, en su última novela, 'Golpes' (Editorial Alrevés), cuenta la historia de un agente especializado en narcotráfico que acaba de salir de prisión provisional y está a la espera de la sentencia judicial. Basada en hechos reales y reconocida con el Premio Letras del Mediterráneo, 'Golpes' conserva el anonimato del protagonista en la vida real porque el caso sigue sin resolverse. 


En la primera frase de la novela sabes que al protagonista le van a dar duro: "En las historias de amor, como en el boxeo, los golpes son siempre una posibilidad". ¿La vida policial es así?


¿Así de contundente? Sí. En la vida policial siempre hay una posibilidad de que no sea nada positivo. La novela está llena de frases contundentes, forma parte de mi estilo a la hora de escribir, pero no suelo poner tantas. En el fondo he transcrito, de forma subconsciente, cómo habla Alfa. Alfa habla así. Alfa es un tipo de pocas palabras.


¿Quién es Alfa, más allá de ser el protagonista?


Alfa es alguien que tiene por bandera su verdad, que no tiene por qué ser la nuestra, que es fiel a sus principios y por ellos está dispuesto a ir a la cárcel. Él es un tipo honesto, sobre todo un tipo consecuente.


¿En quién te has inspirado?


En él. Ha sido fácil. El personaje de Alfa me ha costado muy poquito. Nunca me ha pasado; he conocido a gente de la cual me he documentado y luego han aparecido ciertas trazas de ellos en las novelas, pero esa sensación de 'lo tengo, eres tú' no me había pasado nunca. Alfa es un personaje de novela.


¿Alfa existe en la vida real, o es una mezcla de varios 'Alfas' que tú conoces?


Existe en la realidad. La mayoría de personajes, evidentemente, tienen mucho de ficción, excepto Alfa, que tiene muy poco filtro de creación literaria.


Como policía durante más de 25 años has visto casos que pueden parecer extraños pero que son reales. ¿En la escritura, te resulta complicado que la historia parezca verdad?


Más que costar, lo tengo muy presente. La verosimilitud para mí es un objetivo primordial, como lo es la documentación.


¿Cómo surgió la escritura?


Hace mucho, me acuerdo del momento. Siempre he sido muy lector, me parecía que escribir es algo muy complejo, que nunca podría conseguir, pero en el año 99, cuando estuve en Kosovo como miembro de Paz de la ONU, a raíz mis experiencias, empecé a escribir. 


El 2000 era año bisiesto, y por tanto tenía 366 días, y allí, en Kosovo, había una frase que era 'Cada día es lunes' y escribí una novela que se llama '366 lunes'.


Esa fue la primera vez que dije 'Quiero ser escritor', porque tenía tantas sensaciones, tantas emociones, tantas experiencias vividas en el día a día que necesitaba expresarlas de una forma u otra y, de esa necesidad de expresar la rabia, los lamentos, los sueños, supongo que al final de una forma u otra te conviertes en escritor.



¿Hiciste algún curso de escritura después para profesionalizarte?


Sí, hice varios talleres, pero lo principal fueron los dos años en la Academia Internacional de Cine como guionista.


Esto te ayudará con el guión para la película de tu novela 'Tres minutos de color'.


Sí, estamos trabajando en el guión. Vamos a luchar para que se convierta en película, aún no está acabado, pero vamos a conseguirlo.


La serie de televisión 'Fariña', sobre el narcotráfico en Galicia, ¿podría tener algún paralelismo con tu libro, en cuanto al papel de la policía y la corrupción?


No la he seguido, se de qué va, pero ojalá me pasara como al autor, que secuestren la novela, por mí encantado. Por lo que me han transmitido, 'Fariña' es una historia sobre el narcotráfico, 'Golpes' no, 'Golpes' pasa por encima eso.


En cuanto a la parte oscura del cuerpo, el policía corrupto, ¿es algo que todavía hay que exterminar?


Es que para mí Alfa no es un policía corrupto.


Pero sí se toca el tema de la corrupción en la novela.


Mi intención no era hablar de la corrupción. Policías corruptos los hay y para mí no merecen ni una historia siquiera. Este libro es una reivindicación de aquellos policías que han sido tratados como delincuentes por cometer un delito, cierto, pero que para mí no son delincuentes.


Para mí, una persona que comete un delito, no se convierte en delincuente. Hacía falta hablar sobre ello. No es que no haya delincuencia policial, lamentablemente la hay, y no merecen ningún tipo de respeto, pero las historias como las de Alfa no son así.


¿Por qué prefieres, literariamente, al policía perdedor que al agente elegante?


Por su definición sobre sí mismo. Él se califica como un perdedor opcional, él ha elegido ser perdedor. ¿Por qué? Porque él sabe que esas decisiones que él toma, consecuentes con su forma de pensar, le van a producir perjuicio, pero aún así lo admite. Él no es un perdedor, pero él sabe que a los ojos de muchos es un perdedor.


En la novela diferencias entre el preso que lee y el que no porque el primero, dices, cada día huye. ¿Cómo ayudan los libros a soportar la cárcel?


En el caso de Alfa, eso es real. Alfa es ante todo muy buen lector. Durante estos años, que no nos hemos visto porque estaba en otro sitio, nos ha unido el cine y la lectura. Alfa me recomendaba libros, es muy lector de novela negra, y a Alfa, en la cárcel, le ha salvado la literatura.


No es que sin la lectura se hubiera querido matar, pero hubiera sido una experiencia mucho más trágica, mucho más traumática. Para él, su paso por la cárcel, no ha sido traumática, pero es inevitable echar de menos constantemente la libertad.


Para él, como digo en la novela, la libertad es caminar recto, porque en la cárcel todo son curvas, habitaciones cerradas, ángulos. Él es motero, siempre ha estado cerca del mar, y eso lo ha echado de menos, pero gracias a la lectura él estaba más fuera que dentro.


Cuando hablas de noticias en la novela, das a entender que la información que sale en los medios es muy diferente de la realidad. En los casos que conoces personalmente y que han salido en prensa, ¿hay mucha diferencia entre lo que se publica y lo que pasó?


Sí, pero tiene su explicación. Como jefe de grupo, las ruedas de prensa no las hago yo, se encarga el departamento de prensa. Imagínate que yo hago una operación sobre pornografía infantil, conozco los entresijos de la operación, que son complejos y enrevesados, me llama mi departamento de prensa y me dice 'Explícame esto'. No tiene por qué dominar los entresijos. Luego, esta nota de prensa llega a los periodistas y hacéis otro artículo. Al final lo que sale, no puede obedecer a la realidad.


Portada de Golpes de Pere Cervantes

Sin comentarios

Escribe tu comentario




He leído y acepto la política de privacidad

No está permitido verter comentarios contrarios a la ley o injuriantes. Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.
AHORA EN LA PORTADA
ECONOMÍA