Denuncian el "sufrimiento inútil" de los migrantes en los CIE, centros de detención previos a la expulsión

España acoge a quienes llegan con la detención, el internamiento y la rápida repatriación.

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El informe anual del Servicio Jesuita a Migrantes sobre la situación en los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE) en España refleja internamientos y repatriaciones rápidas, sin tiempos para identificar perfiles de vulnerabilidad y protección.


Así, denuncian una vez más que los CIE son espacios en los cuales miles de migrantes sufren un "sufrimiento inútil", y reclaman que no hacen falta centros de internamiento sino una política migratoria diferente.


El Servicio Jesuita a Migrantes es una red de entidades que trabajan en el acompañamiento de personas migrantes y en la defensa de sus derechos.


Cuentan con equipos de voluntarios que visitan personas internas a varios CIE del Estado, concretamente se han visitado los CIE de Aluche (Madrid), Zona franca (Barcelona), Zapadores (Valencia), La Piñera (Algeciras) y Isla de las Palomas (Tarifa). 


Fruto de este trabajo, de la experiencia del acompañamiento y del análisis de las cifras sobre los internamientos y los procedimientos de devolución y expulsión, se presenta cada año un informe sobre la situación a los CIE.





CIFRAS


Josep Buades, coordinador del informe, ha presentado algunas de los datos que se recogen. El año 2017, 8.814 personas fueron internadas en un CIE. 


Esto representa un incremento del 16% de los internamientos. Un 62% de estas personas, 5.358, fueron finalmente puestas en libertad, dato que pone de manifiesto que su internamiento ha supuesto un sufrimiento inútil. 


Entre las personas internadas durante el año 2017 ha habido 396 mujeres y se identificaron 48 menores.


La lectura de los diversos datos que recoge el informe muestra una dinámica de CIE-Frontera, es decir, que son utilizados como espacios de contención de las migraciones, para llevar a cabo rápidas repatriaciones de personas apenas desembarcadas de pateras, con pocas garantías y a menudo sin posibilidad de identificación de personas vulnerables y con necesidades de protección.


Unos datos que ponen de manifiesto que España acoge a quienes llegan con la detención, el internamiento y la rápida repatriación.


MENORES, PROBLEMAS DE SALUD FÍSICA Y MENTAL


Margarita García ha señalado las cuestiones que siguen preocupando más. Se trata de los casos de personas con situación de vulnerabilidad, especialmente la presencia de menores, algunos de los cuales no son identificados como tales, los problemas de salud física y mental que sufren algunos internos, la difícil comprensión de su situación jurídica o las dificultades para acceder a servicios como los de intérprete.


Ejemplo especialmente grave de la presencia al CIE de personas en situación de extrema vulnerabilidad es el caso de una persona que sufría ceguera. Lo ha explicado Miguel Medrano, voluntario que fue alertado por un interno que al CIE había una persona ciega, debido a un accidente. 


A pesar de esta discapacidad evidente, se decretó su internamiento al CIE. “Allá se encontró con la bondad de sus compañeros, que lo hicieron visible”, ha dicho el voluntario, que pudo entrevistarse con el interno y alertar los servicios jurídicos de Migra Studium para iniciar las gestiones para conseguir que fuera puesto en libertad.


La coordinadora del grupo de voluntarios, Marga Garcia, ha explicado cuál se el sentido de las visitas y la presencia de las ONG al CIE. 


En primer lugar acompañar la persona, y a partir de aquí, observar el respecto a sus derechos, detectar y prevenir posibles vulneraciones de derechos. 


“Somos una ventana de cara a la sociedad civil”, ha dicho, “unos ojos que intentan ver y explicar el que está pasando en estos espacios oscuros”, sostiene Garcia.


Por otro lado, el abogado José Javier Ordóñez ha recordado que también los Jueces de Control y el mismo Defensor del Pueblo han dictado interlocutorias o emitido recomendaciones en el mismo sentido por el qué hace a la necesidad de garantizar los derechos de las personas internas.


Más allá del tiempo del internamiento, el contacto con los voluntarios permite, en algunos casos, iniciar un camino de acompañamiento fuera del CIE, porque como remarcaba M. Carmen de la Fuente, cuando un interno sale del CIE se encuentra en una situación de máxima vulnerabilidad: “el sufrimiento que ha vivido tiene unas consecuencias”.


ALTERNATIVAS


De la Fuente también ha insistido en la existencia de alternativas posibles al internamiento, a través de una política migratoria que haga hincapié en la acogida. 


Las respuestas no tienen que pasar por los CIE si no por la articulación de alternativas a la detención de los migrantes en centros de primera acogida dignos, por la apertura de vías legales que permitan a las personas entrar regularmente en el territorio y posibilitar una estància segura que abre puertas la inclusión.

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