Una vida estresante puede provocar pérdida de memoria y atrofia cerebral
El estrés prolongado provoca ansiedad, depresión, enfermedades cardíacas, dolores de cabeza, aumento de peso, problemas para dormir y, por supuesto, problemas de memoria y concentración.
Una vida estresante puede llegar a producir pérdida de memoria y atrofia cerebral antes de cumplir los 50 años, según un estudio publicado recientemente en la revista 'Neurology'.
"Los niveles más altos de cortisol, una hormona del estrés, parecen predecir la función cerebral, el tamaño cerebral y el rendimiento en las pruebas cognitivas", señala la doctora Sudha Seshadri, autora del estudio y profesora de neurología de la UT Health San Antonio, Texas (EEUU).
"Encontramos pérdida de memoria y atrofia cerebral en personas relativamente jóvenes mucho antes de que se observaran los síntomas", asegura Seshadri. "Nunca es demasiado pronto para procurar reducir el estrés."
El cortisol es una de las hormonas clave para el estrés, más conocida por su papel en nuestros instintos de "huir o luchar".
Cuando estamos estresados y en alerta máxima, las glándulas suprarrenales producen más cortisol. La hormona entonces trabaja relajando varias funciones corporales que podrían interferir en el camino de la supervivencia.
Una vez que la crisis haya pasado, los niveles de cortisol deben disminuir y los sistemas del cuerpo deben volver a la normalidad. Pero si el botón de alarma permanece presionado, el cuerpo puede seguir funcionando mal, lo que provoca ansiedad, depresión, enfermedades cardíacas, dolores de cabeza, aumento de peso, problemas para dormir y, por supuesto, problemas de memoria y concentración.
El cerebro es especialmente vulnerable, dicen los expertos, debido a todos los nutrientes que necesita para funcionar de manera óptima.
"El cerebro es un órgano muy hambriento", dice Keith Foley, que dirige los programas científicos y de extensión de la Alzheimer's Association. "Requiere una gran cantidad de nutrientes y oxígeno para mantenerlo saludable y funcionando adecuadamente. Así que, cuando el cuerpo necesita esos recursos para lidiar con el estrés, hay menos para ir al cerebro".
MUCHO ESTRÉS Y PÉRDIDA DE MEMORIA
Estudios previos han encontrado una relación entre el cortisol y el riesgo de demencia, pero el enfoque ha sido principalmente en los ancianos y el área de memoria del cerebro, llamada hipocampo.
Entre las fortalezas del nuevo estudio, apuntó Seshadri, está que observó a un grupo de hombres y mujeres con una edad promedio de 48 años e hizo escáneres cerebrales por IRM de todo el cerebro, no sólo del hipocampo.
Los investigadores eligieron a más de 2,000 personas sin signos de demencia y les hicieron varios exámenes psicológicos para medir sus habilidades de pensamiento.
Todos formaban parte del Framingham Heart Study, un estudio a largo plazo patrocinado por el National Heart, Lung and Blood Institute -que ha estado siguiendo la salud de los residentes de Framingham, Massachusetts, y de sus hijos desde 1948-.
Aproximadamente ocho años después de la prueba inicial, el grupo fue reevaluado. El cortisol en suero sanguíneo se midió antes del desayuno. Luego se hicieron resonancias magnéticas del cerebro y se repitieron la serie de pruebas de memoria y cognitivas.
Después de ajustar los datos para considerar la edad, el sexo, la masa corporal y el tabaquismo, el estudio encontró que las personas con los niveles más altos de cortisol tenían la mayor pérdida de memoria.
EL ESTRÉS TAMBIÉN AFECTA LA ESTRUCTURA DEL CEREBRO
Lo más sorprendente del estudio fueron los hallazgos sobre los efectos del cortisol en la estructura cerebral.
Seshadri asegura que el estudio sí se ajustó al uso de la terapia de reemplazo hormonal.
"Eso no descarta completamente un impacto adverso del reemplazo de estrógeno", dice Seshadri, "pero lo hace menos probable para la historia principal".
Seshadri también enfatiza que los resultados del estudio sólo muestran una asociación, no una causa, y que se necesita más investigación para determinar la relación entre los altos niveles de cortisol y la demencia. Mientras esto ocurre, sugiere que la gente considere modificaciones en su estilo de vida para combatir el estrés de la vida moderna.
Foley está de acuerdo. "Sabemos, por ejemplo, que las personas que hacen ejercicio durante toda la vida tienen un menor riesgo de desarrollar demencia", dice a la 'CNN'. "Tómate un tiempo para ti mismo. Haz algo de meditación. Hay formas de controlar el estrés que conducirán a un resultado beneficioso".
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