Torra, el presidente de un gobierno paralizado
La oposición en el Parlament critica al president de la Generalitat por su constante improvisación sobre la situación.
Ya hace más de un año desde que Quim Torra se proclamó president de la Generalitat tras las elecciones en Catalunya del 21 de diciembre del año pasado. Y, el balance tras un año al frente del Govern, evidencia la ausencia de una hoja de ruta de la Generalitat para abordar las cuestiones que atañen a la sociedad catalana más allá del independentismo.
En su discurso parlamentario tras su investidura, Torra expuso claramente que él sólo era una figura representativa para continuar con el mandato del 1-O hacia la República Catalana, declarando que Carles Puigdemont era realmente el presidente de los independentistas, “nuestro presidente”, y evidenciando su inmovilismo político centrado en una única cuestión: la independencia de Catalunya.
Por ello, las únicas medidas claras que Torra se comprometió a recuperar, fueron 16 leyes del Parlament, todas denegadas hasta el momento por el Tribunal Constitucional y a trabajar sobre tres ejes: formalizar el Consell de la República a través de los expolíticos catalanes en el exilio para su vuelta a Catalunya, configurar la asamblea de alcaldes independentistas en Catalunya para que el independentismo pueda también controlar las instituciones desde el ámbito municipal y asentar las bases buscando el apoyo en la ciudadanía del proceso constituyente de la República Catalana.
Desde entonces, desde hace ya más de un año, el Parlament de Catalunya ha entrado en parálisis parlamentaria, tras los intentos de investidura telemática de Puigdemont en Bruselas o a distancia de Sánchez y Turull desde la cárcel.
Las otras únicas modificaciones de ley del Govern que se han aprobado modificaban las medidas fiscales, administrativas, financieras y del sector público, además de la renta garantizada a la ciudadanía, esta última reforma de la ley presentada por el PSC.
Desde entonces, hace ya seis meses que no se ha aprobado ninguna ley nueva, estando en discusiones seis proyectos de ley, cinco heredados de la anterior legislatura, y ni siquiera se ha presentado a tramitación el presupuesto para la Generalitat de 2019.
Las únicas iniciativas de Torra se han dado tras las diferentes apelaciones de reunión por parte de Pedro Sánchez, aceptando cada una de ellas, no sin poner trabas o dificultades, desmarcándose de la vía unilateral de Puigdemont.
A pesar de este pequeño gesto, la carencia de actividad parlamentaria desde octubre no parece que preocupe a Torra. Es más, la intención del Govern de la Generalitat pasa por prolongar esta situación, argumentando que “no se puede trabajar mientras haya presos políticos y exiliados”. Además, cabe recordar que Torra sigue gastando fondos públicos con el despliegue de las embajadas catalanas.
La oposición ha intentado desbloquear esta inacción política que vive Catalunya respecto a cuestiones tan importantes como la educación, las pensiones, la violencia de género o la sanidad. En total Ciudadanos y PSC han presentado 29 proposiciones de ley, que han sido admitidas por la Generalitat, aún a la espera de tramitarse o debatirse en el Parlament.
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