Manuel Rivero González, el salvador del CF Reus

El juez de disciplina social de LaLiga le negó al presidente de la competición, Javier Tebas, eliminar al equipo catalán de la competición de Segunda División y asumió errores de control a la Junta Directiva del club ante sus jugadores por sus impagos.

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La situación del Reus CF sigue siendo muy complicada, a pesar de que la Junta Directiva ya ha empezado a volver a pagar a sus jugadores.


Aunque el club catalán viva un proceso fatídico derivado de su mala gestión y los impagos a sus jugadores, LaLiga y la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) quieren aprovecharse de esta situación para hacerse con más competencias respecto al otro organismo sobre la organización del fútbol profesional español.


El futuro del club es incierto, y parece un batalla donde todos quieren llevarse su trozo del pastel. No parece que exista una solución para el entramado de deudas que ha generado la Junta Directiva y el hecho de que sólo tengan 12 jugadores en plantilla para disputar los partidos tampoco ayuda, después de que 6 jugadores hayan rescindido su contrato y otros dos estén en proceso de extinción del mismo.


Pero, la resolución del juez de Disciplina Social de LaLiga, Manuel Rivero González, ha dado una bocanada de aire al club de Tarragona. Rivero González aceptó la gran mayoría de las propuestas de la sanción provisional del presidente de la competición, Javier Tebas, a cambio de que quedará invalidada la suspensión del Reus para que dejara de participar en Segunda.


Saltándose la tradición de obediencia en la oligarquía que constituye LaLiga, Rivero González dio un paso al frente, considerando desproporcionado e injusto que el Reus dejara de jugar, pues la culpa de sus problemas era y es de su Junta Directiva y no de los jugadores.


Si los jugadores siguen jugando, el club les tendrá que pagar su contrato sí o sí, y seguirán cobrando su sueldo, debió pensar Rivero González, y aplicando las otras medidas provisionales contra el Reus como la suspensión de ser elegible para los órganos de LaLiga y la tramitación de licencias, que Luis Gil (Director de las Entidades Deportivas en la competición de LaLiga) ha acatado, se actua de manera justa.


Hasta ahora, desde LaLiga se castigaban a la Junta y no a la plantilla, protegiendo a la institución futbolística y penalizando la mala gestión de sus cargos directores, que poco tienen que ver realmente con lo importante, con el fútbol en sí.


Tras este giro del guion tan bien marcado por Tebas, una vez más, el presidente dela máxima competición de fútbol en nuestro país, ha quedado desacreditado por personas con un cargo menor que el suyo pero con más cabeza y sentido de la justicia, ya que no le concierne tanto los intereses políticos que Tebas sí tiene en cada una de sus decisiones.


En otros casos de situaciones similares a la del Reus como el Murcia o el Elche, según recuerda El Confidencial, las dediciones de LaLiga fueron tomadas siempre al mismo son que lo que dictaba la patronal del fútbol, sin penalizar lo suficiente a las directivas y perjudicando sobre todo al conjunto de la entidad.


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Pero esta vez, Rivero González ha dicho que no. Que esto no podía continuar sucediendo con cada club mediando de nuestro fútbol que se endeudará por culpa de las malhechoras de unos directivos incompetentes y corruptos.


Por ello, ahora mismo, Rivero González no sólo ha salvado al Reus (al menos de momento) sino que ha sentado el precedente para constituir unas bases sólidas en la constitución de medidas de sanción para los clubes en bancarrota por culpa de la mala gestión de sus empresarios y que no paguen por ello sus jugadores ni su afición.

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