Amadeu Carbó: "Hemos llegado a ser una sociedad formada por semidioses"
Amadeu Carbó es el co-autor de 'Hasta aquí hemos llegado' (Ediciones Morera), junto con Jordi Cubillos, y en esta entrevista descubre todas las fechas del calendario relacionadas con la muerte, cómo han cambiado las tradiciones y cómo se ha dado la espalda a la muerte.
Amadeu Carbó es el co-autor, junto con Jordi Cubillos, de un libro pequeño pero delicado, que trata un asunto que se ha convertido casi en tabú. 'Hasta aquí hemos llegado' (Ediciones Morera) es un libro que mira no tan suelos a la muerte, sino a nuestra cultura para hacernos ver no sólo que la muerte es una parte de la vida, sino que forma parte de las tradiciones que celebramos, del calendario y descubre todo tipo de rituales y cementerios curiosos de Cataluña. Y, encima, con una edición bien cuidada.
¿Por qué esta edición tan cuidada?
Edicions Morera hace más de 140 años que hace el Calendari de l'Ermità. Y ahora ha dado el salto con una colección humilde, rigurosa, de cultura popular y asequible para todos. Una edición por menos de 9 euros, porque es deliberadamente popular para democratizar este contenido.
¿Ha sido difícil recopilar esta información?
Este es un libro que se ha ido construyendo por etapas. Después encontramos un compañero de viaje que es Jordi Cubillos que estaba haciendo también una investigación similar. Ambos teníamos esta idea de proyecto y un día hablando decidimos que porque no hacíamos un libro en común y han pasado dos años.
¿Y cómo se decidieron para tratar el tema de la muerte?
Tanto él y yo nos dedicamos a la cultura popular desde un punto de vista no sólo de la praxis festiva, sino que tenemos otra visión del tema y somos investigadores y nos preocupamos del tema más allá de la parte festiva. Y la muerte es uno de esos temas que tiene un poso en la cultura popular es la muerte. Y en el libro se ha quedado mucha cosa fuera. Tenía 500 páginas y se ha quedado en 80, estructurándolo por ideas.
¿Cuál es el punto de partida?
Nuestro posicionamiento ante la muerte en el mundo actual y cuál era hace 50 o 60 años. Y este cambio de paradigma nos genera la necesidad de hacer este libro.
De hecho habla de cómo la Castañera o Halloween tenía un gran arraigo con el muerto que se ha perdido.
Se ha infantilizado la tradición. Y cuando una fiesta se infantiliza significa que se está a punto de perder, desaparece. Nuestras generaciones las estamos dejando perder. Las fiestas son transversales y cuando pasa este fenómeno se pierde. Lo que hacemos, pues, es desarticular todo lo que implicaba, por ejemplo Todos los Santos, y ahora nos quedamos sólo con la parte de la comida. Un plato funerario que se ha desvirtuado porque ahora no es ni funerario ni popular.
En cultura popular y ritualística cuando se deja un agujero alguien lo ocupa. En el caso de Todos los Santos ha llegado Halloween, y suerte que lo ha hecho, que hace la misma fiesta. Ya que Halloween significa, 'vigilia de muertos' y no deja de ser la misma tradición. Pero nos ha quedado la parte hortera de la fiesta. Y Haloween no lo es.
Estamos perdiendo los valores, ¿no?
No somos conservacionistas, de entrada, pero nos gusta recordar lo que hemos perdido. El gran objetivo del libro es volver a mirar la muerte a la cara. Porque de la muerte no se nos quiere ni hablar, cuando la muerte es la única certeza que tenemos al nacer. Nosotros hemos llegado a ser una sociedad formada por semidioses que hemos llegado a alargar la vida, a través de la medicina, por suerte, jugando a ser semidioses.
Además nos hemos vuelto hedonistas. Tenemos un culto al cuerpo ya la belleza, y la muerte es el antagonista y nos ha llevado a dar la espalda a la muerte. Pero ha sido un largo proceso.
La sociedad española comenzó a dar la espalda a la muerte a finales del siglo XVIII. Partiendo de un tema sanitario, el rey Carlos III dicta una real cédula en la que manda que la gente entierre a sus muertos fuera de las ciudades. Pero a partir de entonces, se deja de tener un contacto directo con la muerte, porque los muertos ya no estaban en las iglesias por las que pasaban. Y comienza un proceso de dar la espalda a la muerte.
Se suma que la gente ya no muere en las casas y la vela tampoco se hace en los domicilios, sino a un tanatorio en horas convenidas. Todos aquellos rituales que hacía el vivo, pues, desaparecen. Porque quien viste, maquilla y cierra los ojos a los muertos son profesionales.
Pero en cambio la gente ahora va más a los cementerios pero para ver las esculturas.
Sí, hemos hecho algo muy bonito, que está bien, que es el descubrimiento del necroturismo. Ir a visitar los cementerios y dan mucha información. Si es una ciudad industrial o agrícola, sí es rica o pobre dependiendo de cuántos nichos y panteones haya. Qué esto es algo muy peculiar porque queremos recordar a los demás que estábamos. Y eso te lo dicen los cementerios.
Y recuerda a lo que se hacía en el pasado de dejar monedas en la tumba, o hacer máscaras para recordar qué cara hacía.
El de las máscaras aún se hace. En cera se le hace la máscara y queda igual.
Siempre hemos tenido el deseo de inmortalizando seleccionados. Quien tenía dinero llamaba a un pintor para hacer el retrato. Después llega la fotografía y alrededores de 1870 ya existe la fotografía post-mortem que populariza el retrato. Pero al principio es por la burguesía. Pero debemos pensar que algunas personas, las que Tienen menos dinero, sólo tendrán una fotografía del ser querido y será una vez muerto. Y se hacían hasta 1980.
El periodismo, pero, ahora, también tiene el dominio de la fotografía post mortem. En función informativa. Como la del Che, Elian en la playa, el autor de los atentados del 17-A. No se ha dejado de hacer.
Pero este capítulo me costó. Algunas son la persona muerta con la familia cenando en la mesa, por ejemplo.
Y está la fotografía de los niños en brazos.
Hay muchas de estas y hace angustia cuando eres padre.
Hablad de cementerios curiosos como el de Bausen, que sólo tiene una tumba, pero ¿cuántos más os habéis dejado?
Todos. No hay ningún cementerio sin anécdota. Hablamos del de Arenys, Sitges, Vilafranca... Pero no nos hemos dejado lo más singular que es el de Bausen y que debe ser el más pequeño del mundo porque sólo hay una tumba y reúne el guion de una historia de amor, de intolerancia y de abuso de poder y de solidaridad vecinal, para construir el cementerio de Teresa.
¿El pueblo se junta por una muerte?
El pueblo salva al pueblo, es así.
Y luego habláis de que hay un calendario de los muertos.
Como los vivos. Cada uno puede creer lo que quiera, pero a nivel colectivo pensamos que las personas somos trascendentes. Y lo dice el lenguaje. Cuando hablamos de la muerte decimos que ha traspasado. ¿El qué? ¿A dónde? Cuando alguien muerto decimos que la persona 'se ha ido', y los vivos somos 'los que nos quedamos'. Por lo tanto hay un desplazamiento, un movimiento para llegar a algún lugar, que los cristianos dicen, por ejemplo el cielo.
Por lo tanto hay un trayecto que tiene que hacer el muerto y los vivos debemos ayudar. Y hay un calendario. Los muertos deben ir al inframundo, el purgatorio, un lugar de espera para dar el paso hacia el más allá', que es otro trayecto que requiere de ayuda de los vivos y de los Psicopompo.
Nosotros conocemos una serie de lugares por donde pasan las almas y es la luna. La luna es la puerta. La puerta está abierta cuando hay luna llena y está cerrada cuando no hay, es decir cuando es luna nueva, que es cuando vemos todo el camino, la vía láctea, que es el camino. Y esto es muy importante, las almas necesitan luz.
Todas aquellas fiestas que están relacionadas con la luz, están relacionadas con la muerte: la Candelaria, las calabazas o faros de Todos los Santos, las velas de la Pascua Cristiana, que es la luz de la resurrección, la luz de la vida, la luz de las almas...
Y cuando el alma atraviesa la luna llegará el descanso final. Pero hasta que el alma no atraviese la luna será una 'mosca cojonera' porque no tiene descanso. Y notaremos su presencia, titarà cosas por toda la casa... y tiene una explicación psicológica en este primer año de duelo. En este primer año que no hay descanso es un difunto, cuando atraviesa la luna y pasa este primer año es un antepasado y pasa a ser protector de la familia.
Y aquí hay muchas tradiciones. Porque para las casas hay lugares donde tenemos las fotos de los muertos, nuestros dioses lares, y nosotros sin saberlo estamos haciendo un lugar sagrado, el rincón de nuestros antepasados, que aunque no creemos en nada pensamos que nos protegen.
¿Y Todos los Santos, que tiene una importancia concreta?
Es cuando los dos mundos se tocan. Que es fruto del sincretismo. El día 1 es el día que los vivos visitan a los muertos, y el día 2 es el Día de Difuntos que es cuando ellos nos visitan a nosotros y se generan pues, las tradiciones y las comidas. Y es uno de los momentos del calendario con más costumbres y que desgraciadamente se han perdido.
¿Y en Navidad, que todo el mundo recuerda a los muertos?
La comida tiene unas características especiales, porque nos reunimos todos y nos redefinimos como grupo familiar. Nos sentamos jerárquicamente y el momento donde se ven si hay carencias y / o incorporaciones. La muerte son ausencias de pleno derecho e incorporaciones que son los de pleno derecho o los sobrevenidos, conocido como cuñadismo. Y este momento tiene mucha relación con los muertos. Porque en el almuerzo familiar queda reflejado, algunos hacen oraciones por los que han marchado, o personalmente tienen un recuerdo para los difuntos.
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