Andy Murray abandona las raquetas

El británico, dos veces campeón de Wimbledon (2013 y 2016) y otra más del US Open (2012), además de oro en los Juegos de 2012 y 2016 y Master también en 2016, reconoció que el dolor no le deja disfrutar ya del tenis.

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El tenista escocés Andy Murray ha avanzado este viernes entre lágrimas el final de su carrera para esta temporada, por culpa de la lesión de cadera que arrastra desde casi los últimos dos años, lo quisiera llevar hasta Wimbledon, sin estar seguro de poder aguantar "cuatro o cinco meses más", por lo que es "posible" incluso que su despedida sea el inminente Abierto de Australia.


Desde el primer 'grande' del año, el ex-número uno del mundo y campeón de tres 'Grand Slams', una Copa de Masters y dos oros olímpicos ha sacudido el mundo del tenis en rueda de prensa en Melbourne. "No estoy bien, lo estoy pasando mal desde hace mucho tiempo, han sido muy dolorosos los últimos 20 meses. Lo he intentado todo para recuperarme de la cadera", confesó.


"Wimbledon es donde me gustaría parar, pero no estoy seguro de poder llegar. No estoy seguro de poder jugar con este dolor por cuatro o cinco meses más. En diciembre le dije a mi equipo que no puedo seguir. La Open de Australia podría ser mi último torneo", agregó un Murray entre lágrimas en la sala de prensa.


El británico, dos veces campeón de Wimbledon (2013 y 2016) y otra más del US Open (2012), además de oro en los Juegos de 2012 y 2016 y Master también en 2016, reconoció que el dolor no le deja disfrutar ya del tenis. "Puedo jugar con limitaciones, pero con dolor no puedo disfrutar de la competición o el entrenamiento", ha apuntado, cuando se cumple un año de su paso por el quirófano.


Murray pasó en 2018 casi en blanco, aunque volvió en su tramo final, después de no jugar durante la segunda mitad del 2017. El escocés, miembro del 'Big Four' de la era moderna, junto a Roger Federer, Rafa Nadal y Novak Djokovic, ha dejado abierta la posibilidad a una segunda operación en su cadera derecha, pero con el objetivo de recuperar "calidad de vida", en principio no para competir.


De momento, a sus 31 años, el que fuera número uno del mundo por primera vez en noviembre de 2016 volverá a apretar los dientes para salir a jugar el lunes, desde el número 230, en su debut en Melbourne contra el español Roberto Bautista. "Jugaré, no al nivel que me gustaría, pero todavía puedo dar algo", dijo.

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