La jefa de Podemos, Irene Montero, ejecuta el primer palo al gobierno de Pedro Sánchez al votar en contra del Real Decreto de medidas urgentes en materia de vivienda y alquileres aprobado el pasado mes de diciembre. Es la primera derrota del gobierno en lo que lleva de legislatura. No es un hecho menor y sin consecuencias. Es un aviso para Sánchez, quizás de esos que trae a la memoria que Podemos, como dejó patente en su día, no es un compañero de viaje consistente y fiable, más bien podría denominarse socio veleta.
El voto negativo del partido morado no ha gustado lo más mínimo al Ejecutivo y al PSOE, que lo considera una puñalada trapera en toda regla, aunque públicamente hayan encajado de la mejor manera posible el golpe por la izquierda y lo considera "un accidente".
Montero justifica su negativa a que el decreto no recoge las aportaciones que su formación había aportado al documento. Teniendo en cuenta que Montero en su primera intervención pública después de su baja por maternidad enumeraba todos los logros que habían impuesto al gobierno de Sánchez, no es de extrañar su negativa a este decreto ley, porque hay que marcar territorio de cara a la galería, ahora más, que ya la campaña electoral hace meses que ha venido para quedarse, y más con los últimos acontecimientos en el partido morado.
Sus negocios, por el momento, siguen estando a buen recaudo, gracias al partido que tanto les ha perseguido y que en esta ocasión ha sido su gran "aliado". Son cosas inexplicables.
Los fondos de inversión, conocidos como fondos buitre tienen una estrategia empresarial muy concreta: compran en tiempo de crisis y cuatro o cinco años después venden buena parte de sus productos a otras empresas o grupos de esas inverssores a precios superiores al que los adquirieron.
Blackstone Inicio su aventura inmobiliaria en España en el año 2013 con la polémica compra de la Empresa Municipal de Vivienda y Suelo de Madrid, y con 18 promociones de pisos, con un total de 1.860 viviendas en los barrios madrileños de Carabanchel, centro, Villa de Vallecas y Villaverde con un coste de 125 millones de euros. Este fondo compró en Barcelona la sede de Planeta de la Diagonal por 210 millones de euros.
Lone Star se quedó de Bankia, activos inmobiliarios y créditos hipotecarios de dudoso cobro por un total de 3.070 millones de euros.
Los tres grandes fondos de inversiones estadounidenses tienen más inversiones en otros sectores en nuestro país que también les reportan pingües beneficios, quizás por eso España está siendo su paraíso en dividendos. Son cosas de la crisis y las oportunidades de negocio, como suelen decir algunos economistas, y otros apostillan también que algo tendrá que ver los partidos políticos y los gobiernos.
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