El arzobispo de Tarragona rebaja a "errores" y "faltas" los presuntos abusos sexuales en la Iglesia
"Para mí, no son unos desgraciados". Así se ha expresado el arzobispo de la diócesis de Tarragona, que ha quitado hierro a los supuestos casos de abusos sexuales de los párrocos de Arbeca (Lleida) y Constantí (Tarragona).
El arzobispo de Tarragona, Jaume Pujol, ha afirmado sobre los presuntos abusos sexuales a menores de dos párrocos de Arbeca (Lleida) y Constantí (Tarragona), que han sido apartados de sus funciones: "Han podido tener sus errores y han podido tener sus faltas, pero no son tan graves como para poder decir que tienen que ser secularizados, de ninguna forma".
"Los he apoyado hasta este momento y los continúo apoyando", de acuerdo con lo que les ha dicho la Santa Sede, de que no ha habido un proceso penal, ha afirmado en declaraciones a los medios este miércoles.
"A veces pienso: ¿Y no hay un mal momento en un sacerdote?", ha reflexionado, y ha dicho que cree que puede haber un mal momento en la vida que le lleve a hacer una cosa de la que quizás se arrepentirán toda la vida.
También opina que desde el Arzobispado han actuado bien con las familias afectadas y, sobre los dos religiosos, ha añadido: "Para mí, no son unos desgraciados".
El arzobispo ha firmado este miércoles el documento en el que aparta del servicio al rector de la parroquia de Arbeca, Josep Maria Font, un día después de apartar también de sus funciones al párroco de Constantí, Francesc Xavier Morell; ambos, presuntamente involucrados en tocamientos a menores.
En sustitución de Font, el arzobispo ha nombrado este miércoles a Manuel Borges Anguera administrador parroquial de Arbeca y otras poblaciones, y el martes nombró a Antoni Pérez párroco de Constantí y Joan Miquel Bravo, de La Canonja (Tarragona), ha publicado la web del Arzobispado.
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