La CUP de Barcelona descarta apriorismos si tiene que elegir entre apoyar a ERC o a BComú

Anna Saliente: "La candidatura de Maragall está muy basada en que Barcelona necesita un alcalde independentista, pero un alcalde independentista, ¿para qué?".

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La candidata de la CUP Capgirem en Barcelona Anna Saliente

 

La alcaldable de la CUP Capgirem en Barcelona, Anna Saliente, ha avisado de que, si tienen que elegir entre apoyar a un gobierno de BComú o a uno de ERC en la ciudad, lo harán sin partir de apriorismos y poniendo su programa por delante, porque con unos han coincidido más en el eje social y, con los otros, en el nacional.


La candidata de la CUP Capgirem en Barcelona Anna Saliente


Ha avisado de que un acercamiento de la candidatura de Ada Colau al PSC les alejaría de un eventual apoyo, algo que también ocurriría con la ERC de Ernest Maragall si renuncia a ejercer la desobediencia hacia la independencia -algo que cree que está ocurriendo-, criterio que mantiene en el caso de un pacto de republicanos con JxCat, ha dicho en una entrevista de Europa Press.


"La candidatura de Maragall está muy basada en que Barcelona necesita un alcalde independentista, pero un alcalde independentista, ¿para qué?", se ha preguntado, y ha recordado que su candidatura apuesta más por mantener pactos puntuales que por acuerdos de gobierno.


Ha descartado que Vox tenga tanta visibilidad en las municipales en Barcelona como en las generales, y ha advertido de que el problema no es sólo los votos que obtenga el partido, sino que "el desenmascaramiento de la extrema derecha ya ha logrado el efecto de hacer tender todos los discursos del resto de partido hacia la derecha".


Cree que la extrema derecha ha hecho aflorar un discurso que ya existía de forma implícita en la derecha, pero que ahora se formula pública y explícitamente, y cree que responde a un intento de cierre del régimen, algo que también ve tras el 28A: "Cuando vemos euforia con la victoria del PSOE, que es el partido de los GAL y del régimen, creemos que responde mucho a esto".


Ha acusado al candidato con apoyo de Cs, Manuel Valls, y al alcaldable por el PP, Josep Bou, de mantener discursos de alarmismo injustificados en el ámbito de la seguridad, que "aplanan el discurso securitario y el camino a la extrema derecha", y ha recordado que, si depende de la CUP y se da el caso, impedirán que gobierne la derecha -en la que ella incluye al PSC-.


Saliente ha reconocido que habla con el resto de alcaldables lo justo y necesario, y que cuando han coincidido en debates le ha sorprendido el tono durante las intervenciones públicas y el de fuera de ellas: "Tienes un debate en el que la política acaba siendo una escenificación, porque después, detrás del escenario, encuentras un coleguismo y un corporativismo total".


Ha afeado al Gobierno municipal su gestión del top manta -es de lo que más les sorprende de Colau-, y ha dicho que el ejecutivo ha visto que podía hacer menos de lo que querría en este y todos los ámbitos, aunque tampoco ha explorado los límites de la legalidad: "Confundieron la idea de ganar las elecciones con la de tener el poder en Barcelona".


Ha sostenido que Barcelona debe defender el 1-O, "tensar la realidad hasta el límite" y desobedecer, también en cuestiones sociales, en ámbitos como la Ley de Extranjería y los límites para municipalizar servicios públicos, para aplicar políticas que puedan generar mejoras en las clases populares.


Enmarca en este ámbito la expropiación de pisos vacíos de entidades bancarias en lugar de apostar por la construcción de más vivienda -"esta ciudad no necesita construir más"-; aboga por regular el precio del alquiler -estudiando mecanismos de desobediencia si es necesario-, sin que supere el 20% de los ingresos, y entiende la ocupación como una forma legítima de conseguir una vivienda.


Su candidatura también fija como una prioridad el decrecimiento del turismo, para lo que quiere modificar la regulación de alojamientos turísticos, reducir el número de cruceristas y asegurar que las decisiones sobre el ámbito se toman desde la administración pública, y no desde el consorcio Turisme de Barcelona, con representación del sector privado.


Proponen municipalizar servicios de este ámbito, como el Bus Turístic e informadores -quieren que los beneficios vayan a la administración y velar por los derechos laborales-, línea en la que encajaría expropiar hoteles, pero no lo ve una prioridad por el coste que tendría, al igual que construir alojamientos turísticos municipales, algo que tampoco contempla por el momento.


Para combatir la contaminación, plantean establecer tasas; cerrar la incineradora de Tersa, y priorizar al peatón, el transporte público y la bicicleta, por encima de otras formas de movilidad como las motos compartidas, "que no deberían ser un nuevo nicho de mercado, sino un servicio municipal", aunque no fijan como prioridad promover su municipalización.

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