​Batet encarna la voz del diálogo en un arranque de legislatura crispada

La candidata pactada por PSOE y Unidas Podemos se estrena prometiendo "imparcialidad", exigiendo "respeto", no "gritos", y llamando a la búsqueda de consensos.

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Batet constitución cortes

 

La socialista Meritxell Batet Lamaña ha sido elegida presidenta del Congreso en la segunda votación celebrada en la sesión constitutiva de la Cámara, imponiéndose a la candidatura de la actual titular, Ana Pastor, auspiciada por el PP.


La XIII Legislatura ha tenido un arranque bronco en el Congreso, Meritxell Batet, ha tenido que pedir silencio incluso antes de iniciar el llamamiento a los diputados para que acataran la Constitución. 


Una vez han empezado a jurar o prometer sus cargos, cada uno con la opción que ha elegido, miembros de Vox, a los que después se han sumado algunos del PP, han dado golpes en sus escaños para evitar que se escucharan las palabras de los independentistas y también han protestado desde Ciudadanos.


Nada más sentarse en la Presidencia y dar la "bienvenida" a todas sus señorías, Batet ha anunciado que iba a proceder a dirigir los llamamientos, con una velada advertencia: "Estoy segura de que todos ustedes harán un uso pertinente, adecuado y ajustado a Derecho ya la jurisprudencia del Tribunal Constitucional, de modo que no sea necesaria la intervención de esta Presidencia".


Su primer comentario ya ha desatado algunos rumores, lo que ha llevado a Batet a pedir "silencio" por primera vez desde su nueva responsabilidad. Los primeros en acatar la Carta Magna han sido los miembros de la Mesa y tras Batet, que ha prometido, lo ha hecho la vicepresidenta primera, Gloria Elizo, de Podemos, quien lo ha hecho "por la democracia y los derechos sociales".


El revuelo ha vuelto cuando el secretario primero, Gerardo Pisarello, de En Comú, ha prometido añadiendo, en catalán, la coletilla "por unos nuevos tiempos republicanos".


Las 'innovaciones' han continuado cuando ha llegado el turno de los diputados que no forman parte de la Mesa, empezando por el líder de Vox, Santiago Abascal, quien ha jurado "por España".


Después se han escuchado promesas en euskera como la de la diputada de Bildu, Mertxe Aizpurua, y el del PNV Joseba Agirretxea, quien ha añadido el "por imperativo legal" que utilizaron por primera vez en los años 80 del siglo pasado los parlamentarios de Herri Batasuna y que fue avalado por el Constitucional.


"Prometo por imperativo legal y con letaltad al mandato democrático del 1 de octubre y al pueblo de Cataluña", ha dicho, por su parte, Jaume Alonso-Cuevillas, abogado de Carles Puigdemont, que ha provocado los primeros golpes en los escaños de Vox y algunos 'populares'. El resto de diputados independentistas han usado fórmulas en las que mencionaban la "República catalana" y los "presos políticos".


El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, se ha puesto en pie quejándose de la situación y pidiendo la palabra por una cuestión de orden. "No vamos a interrumpir el proceso de acatamiento de la Constitución", le ha frenado Batet.



VOTACIÓN


Meritxell Batet, candidata pactada por PSOE y Unidas Podemos, ha logrado un total de 175 votos, lo que implica que ha sumado también apoyos de PNV y de formaciones minoritarias como Coalición Canaria (CC), el PRC y Compromís.


Ana Pastor, promovida por el PP, se ha quedado en 125 votos, los del PP más los de Ciudadanos y UPN. También se han registrado 35 votos en blanco, fundamentalmente de Vox y de Junts per Catalunya; y 15 nulos, la opción de ERC y Bildu.


En la primera votación, la diputada catalana ya se había quedado a un voto de ser elegida presidenta al primer intento, pues necesitaba 176 sufragios y obtuvo 175 imponiéndose a Pastor (PP), Sara Giménez (Ciudadanos) e Ignacio Gil Lázaro (Vox).


"IMPARCIALIDAD Y RESPETO"


Batet se ha estrenado en su nuevo cargo con un discurso en que el ha prometido el que órgano de gobierno de la Cámara actuará con "imparcialidad" y en el que ha exigido a los diputados que ejerzan su función con "respeto", "sin gritos" y buscando consensos.


El discurso de Batet ha sido toda una declaración de intenciones: "En política funcionamos a crédito, en cada elección recibimos por adelantado un depósito de confianza, de modo que la aceptación del cargo conlleva el reconocimiento de la deuda para devolverla con intereses", ha dicho.


También ha dejado claro que la Mesa tiene la "obligación de ser imparcial" y que aplicará esta máxima "a la hora de defender los derechos de todos los parlamentarios por igual". "Sin embargo -ha advertido- no puede ser neutral en todo lo que afecte a la misión constitucional de Congreso".



NINGUNO SOMOS EL PUEBLO


Además, ha apelado a la búsqueda de consensos para afrontar lo retos que España tiene por delante en una Cámara, que, ha recalcado, "es la expresión plural y diversa de una sociedad plural y diversa en su conjunto y en cada uno de sus territorios".


"Ninguno de nosotros ni nuestros partidos representa en exclusiva a España ni a ninguno de sus territorios. Cada uno de nosotros somos del pueblo pero ninguno de nosotros somos el pueblo", ha avisado la nueva presidenta del Congreso.


UN PAÍS MÁS LIBRE, JUSTO Y FEMINISTA


Además, en un discurso en el que ha hecho gala del uso del lenguaje inclusivo, la presidenta ha apelado a la búsqueda de consensos para afrontar los retos que España tiene por delante para convertirse en un país "más libre, más justo socialmente, más próspero, más feminista y con más seguridad y confianza en su futuro".


Batet se ha mostrado convencida de que los problemas de España no tendrán solución "sin la acción conjunta y coordinada de todos". "Eso es la política. La democracia no es solo contraste y confrontación, sino principalmente construcción de amplios consensos", ha incidido la tercera autoridad del Estado, quien ha garantizado que trabajará para "preservar la deliberación racional y respetuosa como cauce del acuerdo".


En este punto, ha hecho hincapié en que el Congreso es "la expresión plural y diversa de una sociedad plural y diversa en España en su conjunto y en cada uno de sus territorios" y, en el mismo sentido, ha avisado de que ningún diputado ni ningún partido por si solo "representa en exclusiva a España, a ninguno de sus territorios, ni a la voluntad de toda la ciudadanía".


NO ARROGARSE UNA REPRESENTACIÓN INEXISTENTE


"Cada uno de nosotros somos del pueblo, pero ninguno somos el pueblo. Nadie debería arrogarse una representación que no tiene. Siempre, y en todas partes, hay un otro legítimo y distinto, al que solo podemos exigir el respeto a la ley", ha sentenciado Batet, antes de remarcar que sólo de puede decir, y siempre con "cautela", que el Congreso expresa la voluntad de todo el pueblo cuando se pronuncia de forma unánime.


"Sólo cuando (la Cámara) habla desde un amplio consenso, podemos afirmar que nos acercamos a esa aspiración. Este es un primer ejercicio de honestidad y transparencia que nos ayudaría mucho a todos a cumplir eficazmente con nuestra misión", ha enfatizado, remarcando que la labor de los parlamentarios no admite "atajos" y que sólo deben guiarse por "ley, la razón y el trabajo, solitario y en común".


También ha pedido preservar el legado de los mayores y hacer un país mejor para las próximas generaciones logrando las aspiraciones de una "sociedad que quiere construir un futuro compartido". "De la herencia recibida forma parte un gran pacto de convivencia: nuestra Constitución", ha apuntado la nueva presidenta.


"Fortalecer, ampliar y hacer efectivo ese pacto es la tarea de cada generación, hoy de la nuestra. Estoy segura de que sabremos dejar a quienes vengan después una España todavía mejor de la que hemos recibido", ha concluido, antes de dar las gracias en castellano, gallego, catalán y euskera.


BIOGRAFÍA 


Batet Lamaña milita en el PSC desde 2008, forma parte del equipo de Pedro Sánchez desde julio de 2014, fue la número dos de la lista por Madrid con la que el líder del PSOE aspiró por primera vez a la Presidencia del Gobierno y ha sido ministra en el Ejecutivo socialista que salió de la moción de censura de 2018.


Nacida en Barcelona el 19 de marzo de 1973, Batet es licenciada en Derecho por la Universidad Pompeu Fabra, donde cursó estudios de doctorado y ejerció de profesora de Derecho Constitucional. 


Entre 2001 y 2004 dirigió la Fundación Carles Pi i Sunyer, un espacio de estudio sobre el ámbito del gobierno local, y en las elecciones de 2004 concurrió por primer vez al Congreso por Barcelona, entonces como independiente en el PSC.


Fueron las elecciones que ganó el socialista José Luis Rodríguez Zapatero y en el Congreso tuvo un papel relevante en la Comisión Constitucional. En 2008 se afilió al PSC y en las elecciones de ese año ya repitió escaño por Barcelona, pero ya no figuraba como independiente.


Con el PSC repitió escaño en las generales de 2011 y, junto con el resto de diputados socialistas catalanes, se desmarcó del PSOE de Alfredo Pérez Rubalcaba en dos votaciones sobre el derecho de autodeterminación.


En las primarias de 2014 por el liderazgo del PSOE, Meritxell Batet apoyó a Eduardo Madina, pero el ganador de aquellos comicios internos, Pedro Sánchez, decidió recuperarla y le entregó la Secretaría de Estudios y Programas de su primera Ejecutiva Federal del PSOE.


Desde entonces forma parte del círculo de confianza del líder del PSOE, que incluso la eligió como número dos de la lista por Madrid con la que aspiraba por primera vez a la Moncloa. Cuando se repitieron las elecciones en 2016, el primer puesto de la lista del PSOE por Barcelona estaba vacante, ya que Carme Chacón había renunciado a la reelección, y la dirección socialista se lo entregó a Batet.


Como el resto de diputados del PSC, Meritxell Batet rompió también la disciplina de grupo en la investidura de Mariano Rajoy rechazando la abstención ordenada por la gestora del PSOE y secundando el 'No es No' que había popularizado Pedro Sánchez. Ese voto le costó la salida de la dirección del Grupo Socialista.


Tras la vuelta de Pedro Sánchez al liderazgo del PSOE, Batet volvió a la dirección parlamentaria del PSOE en el Congreso y tras la moción de censura el líder del PSOE la llamó a su Gobierno como ministra de Política Territorial, con un papel relevante en las relaciones con Cataluña.


Ahora sube un peldaño más al acceder a la Presidencia del Congreso, la tercera autoridad del Estado que en ocasiones sustituye a la Corona o al Gobierno en actos internacionales y tomas de posesión de jefes de Estado. Es la primera catalana que preside la Cámara Baja desde la dictadura.


Batet, divorciada y madre de dos hijas mellizas, estuvo casada durante diez años con José María Lassalle, un destacado diputado del PP que fue secretario de Estado de Cultura con Mariano Rajoy.

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