Celia Cánovas, exsenadora de Podemos: "Mis compañeros de partido me hicieron la vida imposible"
Alejada de la primera línea política, Cánovas habla sobre los errores y las rencillas que han desgastado a la formación morada. La abogada está dispuesta a llevar ante los tribunales a sus excompañeros de partido por calumnias.
Celia Cánovas (Barcelona, 1966) fue senadora de Podemos durante la legislatura perdida de 2015 y logró revalidar su cargo en las elecciones de 2016. Con 30 años de experiencia forense a sus espaldas, Cánovas es abogada especialista en derecho inmobiliario y consumo y socia fundadora de un bufete en la capital catalana. Alejada de la primera línea política, Cánovas habla con sinceridad (y conocimiento de causa) sobre los errores estratégicos y las rencillas internas que han desgastado al partido de Pablo Iglesias.
Como tantas otras personas, Cánovas se implicó en Podemos motivada por la ola de ilusión que recorrió España a principios de 2014. La abogada rememora con nostalgia esos tiempos de efervescencia política en que Iglesias aún era un tertuliano novato y los círculos se creaban de forma espontánea. Más aún cuando su salida de la formación morada ha sido agridulce: la exsenadora ha presentado ante el juzgado un acta de conciliación como paso previo a una querella contra sus antiguos compañeros de partido por difamación.
"Entré en política por pura casualidad. Me paseaba por Barcelona y veía a la gente hablando y discutiendo en las plazas de problemas que yo vivía en primera persona, como los desahucios", explica Cánovas, añadiendo que en un primer momento su intención se limitaba a "colaborar y ayudar a la gente con mis conocimientos. Así que me inscribí y me derivaron a un círculo de juristas".
ESCAÑO POR TARRAGONA DE REBOTE
Sin embargo, desde un primer momento se percató de que la organización solo usaba a los círculos para presumir de democracia interna. "Los círculos tuvieron nula recepción por parte del partido", se lamenta Cánovas. "No tenían ningún tipo de ayuda, ni de Podemos en Catalunya ni en Madrid. La gente participaba porque creía en ello, muchas veces aportando dinero de su bolsillo, como hice yo misma", detalla la exsenadora.
Si su involucración fue fruto del ambiente que se respiraba en la España postcrisis, su inclusión en una lista electoral fue aún más accidental. "Nadie de ICV ni de los comuns quería ir al Senado, preferían repartirse cargos en el Parlament y el Congreso. Hicimos una especie de candidatura en el círculo de juristas y yo, como mi apellido empieza por C, aparecí la primera de la lista y en la votación salí elegida porque se hizo por orden alfabético", recuerda la abogada con una mezcla de perplejidad y humor.
Aunque en un primer momento debía presentarse por Barcelona, los cabildeos internos le obligaron a cambiar de circunscripción. "Óscar Guardingo [que saldría elegido como senador por Barcelona] quería presentarse a las primarias del Congreso, pero como Colau mandaba en el partido no le dejaron presentarse. Guardingo conocía a gente del entorno de Iglesias y lo pusieron de número uno por el Senado para asegurarse de que saliera". Como consecuencia de estos tejemanejes, Cánovas eligió Tarragona como opción B y salió elegida tanto en 2015 como en 2016 por esta provincia.
"Hicimos una especie de candidatura y yo, como mi apellido empieza por C, aparecí la primera de la lista y como la votación fue por orden alfabético salí elegida", recuerda la abogada con una mezcla de perplejidad y humor.
FUEGO AMIGO EN EL SENADO
A día de hoy, Cánovas aún no sabe por qué se torció la relación con su compañero de escaño en el Senado, Óscar Guardingo. "En un chat de Telegram donde él había metido a dos o tres asesores que lo apoyaban, le llevé la contraria sobre algo y él se hizo el ofendido", afirma la abogada, añadiendo que "hasta el momento habíamos tenido una relación aparentemente cordial, pero él sabía que me había fastidiado el puesto en las listas y nunca me pidió disculpas". "Por un cúmulo de circunstancias, dejó de hablarme", zanja Cánovas.
A partir de ese momento empezó el calvario. La abogada cuenta con pelos y señales cómo Guardingo, que formaba parte de la dirección del grupo parlamentario del Senado, movilizó a sus alfiles para hacerle el vacío. "Si publicaba un artículo donde se decían cosas interesantes, nadie de comunicación difundía nada si yo no insistía. Si debían sacarme una foto para usarla en redes, solo me hacían una y si podía salir con la boca abierta y los ojos cerrados, mejor que mejor. Actuaban con malas artes". Cánovas recuerda cada una de esas jugarretas, pero una en especial: que le impidieran tomar la palabra en los plenos. "Estuve seis meses sin subir al atril", recuerda con enojo.
"Me pusieron por los suelos con mentiras: que si no pegaba golpe, que si me emborrachaba, que me dormía en el Senado...". "Puedes discutir conmigo, pero de eso a pasar al insulto personal o la difamación... Pienso defenderme", concluye Cánovas.
La gota que colmó el vaso fue la difusión de mensajes injuriosos a través de un canal de Telegram controlado por guardinguistas --uno de los cuales es Álex Guerrero, revela Cánovas, actual responsable de comunicación de la formación en Catalunya--.
"Me pusieron por los suelos con mentiras: que si no pegaba golpe, que si me emborrachaba, que me dormía en el Senado...". Todas estas acusaciones forman parte de un acta de conciliación que ya ha presentado en el juzgado como paso previo a una querella por calumnias. "Puedes discutir conmigo, pero de eso a pasar al insulto personal o la difamación... Pienso defenderme", asegura Cánovas.
Capturas de pantalla de Telegram aportadas por Cánovas ante el juzgado.
PODEMOS EN CATALUNYA: UNA FUERZA AMORTIZADA
Si su paso por la Cámara Alta fue decepcionante, su balance sobre el partido en Catalunya también es negativo. Sobre la llegada de la actual secretaria general del partido, Noelia Bail, Cánovas no escatima críticas: "se presentó a un proceso de primarias ideado por el partido absolutamente contrario a los estatutos, ya que lo hizo con la ejecutiva de un candidato anterior [Xavier Domènech, que abandonó su cargo en septiembre de 2018]. Pero como era urgente nombrar a un secretario general, se permitió el proceso. Me pareció un engaño muy grande".
Aunque Cánovas había tanteado la posibilidad de presentarse a las elecciones internas, antes de la dimisión de Domènech se le abrió un expediente disciplinario. El motivo del expediente fue reprochar en público los sueldos de los asesores de la formación. La apertura del expediente le impidió, según el reglamento del partido, presentarse a ningún cargo. "De repente me vieron como un peligro gente con la que había trabajado. A día de hoy todavía no sé cómo se ha resuelto ese expediente, ya que la comisión de garantías se disolvió", cuenta la abogada.
"Desde Madrid han propiciado que no tengamos ningún tipo de líder en Catalunya y que cualquier intento de pensar o decir algo diferente sea mutilado", se queja Cánovas. Además, añade que quienes están ahora mismo como concejales en ayuntamientos y en el Parlament son pablistas, "gente sumisa que no va a dar problemas".
Cánovas sostiene que la organización catalana se entregó desde un principio al entorno de Ada Colau y a los pecios de ICV. Este movimiento se efectuó para impedir que surgiera una delegación fuerte que hiciera sombra a la central, como ha sucedido en Andalucía. "Todos los que hemos intentado decir las cosas hemos sido aniquilados", zanja la exsenadora, que confiesa haber dejado de creer totalmente en los ideales de Podemos.
¿VOLVER A LA PRIMERA LÍNEA?
Este intento por controlar las implantaciones autonómicas también se percibe, según la abogada, en la bunkerización del partido en torno a Pablo Iglesias. Cánovas no entiende la cerrazón del líder de Podemos por sellar un pacto con Sánchez: "Podemos está demostrando unas ideologías muy contrasistema. El pacto de Gobierno con el PSOE es inviable y Podemos haría mejor llegando a pactos concretos de leyes, como la reforma laboral o la lucha contra el fraude fiscal". "¿En qué cabeza cabe que Irene Montero esté dentro de un Gobierno donde no pinte nada?", se pregunta Cánovas.
"Desde Madrid han propiciado que no tengamos ningún tipo de líder en Catalunya y que cualquier intento de pensar o decir algo diferente sea mutilado", se queja Cánovas.
Preguntada por si estaría dispuesta a volver a las trincheras, Cánovas no dice ni que sí, ni que no. ¿Quizá en una formación liderada por Errejón? "Por el momento, él ha dicho que se circunscribe a Madrid. Pero creo que dará el paso en unos años. Será una demanda social para representar a los progresistas de verdad". El tiempo dirá si el gusanillo de la política vuelve a picarle a la abogada.
Escribe tu comentario