Casi todos los alumnos ciegos de Catalunya van a la escuela ordinaria
El 99% de los estudiantes lo harán escolarizados en centros de enseñanza ordinaria, es decir, siguiendo el principio de la inclusión educativa.
Más de un millar de alumnos con ceguera o discapacidad visual grave de Catalunya afrontan la vuelta al cole como el resto de compañeros, con el apoyo educativo de los 75 profesionales de los equipos específicos a la ceguera y la discapacidad visual grave, formados por profesionales de ONCE (45) y del Departamento de Educación (30), en el marco del convenio firmado por ambas Instituciones desde 1985, renovado la última vez el 5 de julio del año 2018.
El 99% de los estudiantes lo harán escolarizados en centros de enseñanza ordinaria, es decir, siguiendo el principio de la inclusión educativa.
El curso escolar se inauguró en la ONCE Catalunya el pasado 2 de septiembre en un acto en el que intervinieron Imma Reguant, subdirectora general de Educación Inclusiva, del Departamento de Educación de la Generalidad de Catalunya; Enric Botí, delegado territorial de ONCE Catalunya; Manel Eiximeno, director del Centro de Recursos Educativos (CRE) de la ONCE en Barcelona y Irene Ginebra, directora técnica pedagógica del CRE. Gemma Garcia, inspectora del Departamento de Educación, dio la conferencia 'Trabajo competencial y en red'.
En Catalunya 1.151 alumnos se incorporan a las aulas: 885, en Barcelona; 113 en Girona; 50 en Lleida y 103 en Tarragona.
En Cataluña, la distribución de los alumnos por niveles educativos es: 247 escolares corresponden a Educación Infantil; 181 son de Educación Primaria; 157 están ya en la ESO; 28 cursan Bachillerato; 69 Ciclos Formativos; 113 son universitarios; y 356 están inscritos en otro tipo de enseñanzas.
Obligada accesibilidad en todos los soportes educativos
La ONCE lanza cada año un mensaje a las administraciones para que cualquier innovación tecnológica en el aula tenga siempre en cuenta la accesibilidad para que, de lo contrario, puede dejar fuera a estos estudiantes con discapacidad visual y colocar ante ellos barreras , a veces insuperables. Páginas webs, aplicaciones, libros y otros soportes educativos deben cumplir la máxima del diseño para todos. La Organización recuerda la necesidad de que todas las nuevas tecnologías docentes sean totalmente accesibles para todo el alumnado y no quede nadie excluido.
La inclusión de los niños con discapacidad visual en un ámbito educativo normalizado responde al hecho de crear un único sistema donde se integren todos, prevaleciendo siempre el derecho de cualquier alumno a recibir una atención educativa equitativa y de calidad, y respetando las necesidades específicas de cada uno de ellos.
En Catalunya, el CREDV/Centro de Recursos Educativos de la ONCE en Barcelona, coordina para toda Catalunya, la atención de las necesidades educativas derivadas de la discapacidad visual de cada uno de los alumnos. Para cada alumno con discapacidad visual se elabora un Plan Individualizado de Atención, según sus necesidades, y se le asigna un maestro de apoyo encargado, entre otras funciones, de asesorar al centro y al profesorado de aula, asesorar y orientar a las familias y realizar un trabajo directo con el alumno.
Este trabajo directo es posible gracias a los profesionales del Centro de Recursos Educativos para Deficientes Visuales (CREDV/CRE ONCE Barcelona), que abarca todos aquellos aspectos que puedan favorecer y potenciar la plena inclusión educativa del niño: estimulación visual; autonomía personal, orientación y movilidad, enseñanza de un sistema de lectoescritura (Braille o tinta); aprendizaje del uso de la tiflotecnología (tecnología adaptada); orientación académica y profesional; ocio y tiempo libre; currículo escolar; adaptación de recursos educativos; tecnologías de la información y la comunicación, etc. Además, el maestro de apoyo coordina y realiza el seguimiento de la intervención de otros profesionales específicos en ceguera, con el objetivo de conseguir la mayor autonomía del alumnado y de los profesores de los centros, pero sin sustituirlos en ningún caso.
Para cada nuevo curso, los servicios de producción bibliográfica de la ONCE trabajan intensamente para que, en la vuelta a la escuela, los niños y jóvenes ciegos puedan llevar en las mochilas, desde el primer día de clase, y con la misma ilusión que sus compañeros, los mismos libros, pero transcritos al sistema Braille. Muchos de ellos, cuentan con adaptaciones tecnológicas e informáticas facilitadas por la ONCE para seguir el curso: ordenadores que hablan; anotadores y calculadoras parlantes; impresoras en Braille; lectores de pantalla...
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