Marina Perezagua reflexiona sobre la pena de muerte y el tráfico de órganos en 'Seis formas de morir en Texas'
Perezagua, que lleva quince años en Estados Unidos, explica que le costó un gran esfuerzo escribir esta novela que surgió del interés de comprobar cómo se había banalizado la muerte.
La pena de muerte y el tráfico de órganos humanos con carácter comercial, he ahí dos temas importantes que han inspirado a Marina Perezagua la novela 'Seis formas de morir en Texas' (Anagrama). Una obra de ficción, pero no ficticia y, en cualquier caso, una trama imaginaria pero asentada sobre una excelente documentación que la autora sevillana, residente en Nueva York, ha ido acumulando. "Es -comentó la editora, Silvia Sesé, durante la presentación de la obra en Barcelona- una historia brutal que nace de la curiosidad, de la información y de la necesidad de contar historias que pasan en la vida real, aunque haciéndolo a través de la ficción".
Perezagua, que lleva quince años en Estados Unidos, explica que le costó un gran esfuerzo escribir esta novela que surgió del interés de comprobar cómo se había banalizado la muerte. Explica que en Norteamérica donde, como es bien sabido, subsiste la pena capital en más de la mitad de los estados de la unión, la noticia de una ejecución aparece "como si fuese la del tiempo: en un rincón de cualquier pagina del periódico". Conocedora del racismo de amplios sectores de la sociedad norteamericana, observó el alto número de mujeres que mueren en el parto y que resultan ser casi todas negras. Le preocupó documentarse a conciencia y, aunque no llegó a visitar ningún "corredor de la muerte", habló con quienes sí habían estado. Y acumuló tantos datos que, a la hora de resolver la última versión el texto, lo aligeró eliminando un centenar largo de páginas de carácter informativo.
Marina Perezagua reconoce que en 'Seis formas de morir en Texas' ha cambiado de estilo con relación a sus obras anteriores, algo que le gusta hacer para no repetirse. Trabaja en la más absoluta soledad en su apartamento neoyorquino y le gusta pensar nuevas ideas mientras practica el senderismo por los inmensos espacios naturales del país, muchas veces también sola. ¿No le da miedo hacerlo así? Dice que no, pero para prevenir cualquier emergencia siempre va provista de un stick de gas pimienta. ¿Para defenderse de cualquier agresor? "Bueno, no, más bien para enfrentarme a la aparición de un oso, cosa harto posible en los parques de estados Unidos". Una mujer que se confiesa tímida, pero por lo cuenta parece más bien intrépida. De casta le viene al galgo: su madre es capitana de barco y ha navegado con sol o con tormentas por esos mares, gobernando el timón o recogiendo cabos a la intemperie.
Por cierto ¿cuáles son las 'Seis formas de morir en Texas'? Esto no es una invención de Marina Perezagua, sino un dato de la vida real, según la legislación de ese estado: muerte natural, accidente, suicidio, homicidio, desconocida/no se puede determinar, pendiente de investigación. Pero entonces ¿dónde aparece la muerte por ejecución de sentencia a pena capital? En la España del garrote vil se atribuía a "paro cardíaco" sin más detalles. Pues bien, en Texas es, sencillamente, "homicidio". En este caso, legal.
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