​El president Torra sigue subido en las nubes y no hay quien lo baje

Carmen P. Flores

En la rueda de prensa posterior a la reunión del Gobierno, comparecía por sorpresa el presidente de la Generalitat, Quim Torra, para dar a conocer el documento que se había aprobado en la reunión y que era la respuesta a la sentencia que se había conocido días atrás.


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Como ya conocerán su contenido no hablaremos de ello, pero sí de algunas cosas que dijo y de las que pasó de largo. Media hora entre exposición y preguntas de los periodistas, lo que dio para bien poco, para cabreo de los que se quedaron sin preguntar;  es lo que tiene cuando se aplica la teoría de la lotería...


Torra, de manera tímida, condenó la violencia -seguramente no podía justificar más el no hacerlo-. Aprovechó la ocasión que se la brindaron en bandeja para criticar a Pedro Sánchez por no aceptar mantener una reunión con él en su viaje a Barcelona. Con este suceso ya tiene suficiente munición para seguir disparando contra Sánchez.


Se olvidó el presidente de los ciudadanos que vieron pisoteados sus derechos todos estos días: cortes de calles y vías de acceso, piquetes coactivos, amén de las pérdidas en comercios y material de las calles. Insistió en las manifestaciones pacíficas y que seguiría apoyándolas, cosa más que conocida. Eso sí, dijo que gobernaba para "toda" Catalunya, afirmación que genera muchas dudas y que ya nadie cree.


El presidente Torra, que no ha hecho acto de presencia en el centro de coordinación de Mossos para conocer de primera mano cómo se estaba llevando a cabo las actuaciones de su policía, ha amenazado con abrir una investigación de las actuaciones de Mossos en los disturbios y depurar responsabilidades; una actitud que habrá sido acogida con palmas por parte del cuerpo ¿represor? Además, ha propiciado una comisión en el Parlament para investigar sus actuaciones. Como decía Konrad Adenauer, "cuando los políticos no tienen la capacidad de gobernar, crean las comisiones".


Una vez se hubo marchado el presidente, la portavoz del Gobierno continuó explicando las decisiones que se habían toma en la reunión de cada martes.


Le pregunté a la portavoz cómo defendía el Govern los derechos de aquellos trabajadores que no habían podido ir a su trabajo por el corte de carreteras, los que no habían podido circular libremente y sobre todo los de aquellas personas que no han podido acudir a sus respectivos tratamientos. La respuesta fue que "nosotros defendemos el derecho a la huelga, las manifestaciones y la libertad de expresión", que sentía lo que había pasado, pero defendía el derecho a manifestarse. En ningún momento defendió el derecho de los que han visto vulnerados sus derechos ¿Seguimos con la teoría de catalanes de primera y de tercera? Eso parece, sin intención de remediarlo, más bien al contrario, que deben sumarse al independentismo para hacerse perdonar el no serlo hasta ahora.


Deduzco que los sufridos ciudadanos van a tener que seguir aguantando, por narices, que se sigan cortando las calles del centro de Barcelona y las vías de entrada a la ciudad, y que de momento se siga sin disponer de contenedores en las calles, quemados por los 'pacíficos' por el miedo a que los vuelvan a quemar. O que el presidente en funciones, Pedro Sánchez, vaya al hospital de Sant Pau y unos cuantos trabajadores -médicos y enfermeros- les digan de todo menos bonito y no suceda nada. ¿Cómo es posible que eso suceda? Si quieren decirle algo, que se vayan a la calle, se quiten las batas y ejerzan sus derechos, pero en el centro de trabajo público, no.


Esto es lo que hay y, además, cuidado porque aún puede ser peor.

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