El desembarco de Iglesias en el Gobierno obliga a retrasar la sucesión de Montero

 

El relevo de Pablo Iglesias por Irene Montero en la secretaría general de Podemos aún tendrá que esperar. El pacto suscrito entre PSOE y Podemos para repartirse el Gobierno ha supuesto una inyección de moral en el partido morado, que salió de esta repetición electoral con una pérdida de apoyos que la alianza progresista ha podido tapar.

Por el momento, Pablo Iglesias considera que la prioridad consiste en aprovechar su presencia en Moncloa para fortalecer a la formación y preparar de forma pausada su sustitución al frente de Podemos.

Aunque el líder morado afirmó en el pasado que pondría su cargo a disposición de la militancia si cosechaba unos malos resultados en las urnas, las tornas han cambiado tras la posibilidad real de tocar vellón.

LA PROPIO MONTERO ADELANTÓ LOS PLANES

Fue la propia Irene Montero quien, en una entrevista concedida a TVE a principios de marzo, mencionó que sería una mujer quien ocuparía "pronto" el máximo cargo interior del partido. Un mensaje que fue percibido bien a las claras de puertas para adentro: Montero se postulaba para suceder a Iglesias.

Las palabras de la número dos de la formación no dejaban lugar a dudas: "Es algo que cambiará; en nuestro caso, cambiará pronto. Estoy convencida de que en Podemos la próxima persona que sea secretaria general será una mujer". 

Pero todos estos planes han quedado ahora en suspenso. Tras capear la crisis por la escisión de Errejón, que apenas ha afectado a los cimientos del partido, Podemos quiere rentabilizar sus responsabilidades de gobierno para cohesionar a sus bases. Será una vez se haya demostrado su ejecutoria en el poder cuando den paso a una sucesión ordenada de la dirección política.