​La exclusión social en el área de Barcelona llega al 24%

El acceso a la vivienda y la precariedad laboral copan los principales problemas.

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Pobreza precariedad vulnerable 25042018

 

Una de cada cuatro personas (24,1%) del área de la Diócesis de Barcelona -que integra a 25 municipios en el área metropolitana y del Maresme, con 2,7 millones de habitantes- está en situación de exclusión social -646.0000 personas-, un porcentaje muy superior a la media catalana, del 19,4%, y del conjunto del Estado, 18,4%, según el VIII Informe Foessa.


Pobreza precariedad vulnerable 25042018



En rueda de prensa este jueves, el director de Càritas Diocesana de Barcelona, Salvador Busquets, ha alertado de que ciudades como Barcelona, L'Hospitalet de Llobregat, Cornellà de Llobregat, Santa Coloma de Gramenet, Badalona y Sant Adrià del Besòs concentran "situaciones muy duras relacionadas con carencias estructurales".


Su exclusión social se relaciona con la exclusión residencial -dificultad de acceso a la vivienda-, la precariedad laboral y la acogida de personas recién llegadas, una migración que actualmente está motivada por conflictos y violencia en el país de origen: "Nos preocupa porque constatamos que se necesitan grandes acuerdos para afrontar cada uno de estos tres elementos" a nivel político y social.


Se trata de la primera vez que el Informe sobre la Exclusión y Desarrollo Social de la Fundación Foessa cuenta con datos concretos del área de la Diócesis de Barcelona, en la que se ha encuestado a 1.672 personas, para lograr una mirada "multidimensional de la realidad social", más allá de las cifras, que corresponden a 2018, y cuenta con 35 indicadores de ocho áreas.


El informe analiza la 'fatiga de la compasión', y ha detectado que más de la mitad de la población (51%) está menos dispuesta a ayudar a los demás que hace diez años: "La solidaridad intrafamiliar se está reduciendo, pero no tanto porque las personas sean menos solidarias, sino que los fondos que las familias tenían para ayudar se han agotado" después de haberse apoyado durante la crisis.


"Es la primera vez que al finalizar un crisis económica y social, el colectivo afectado por la exclusión severa ha aumentado", ha lamentado, alertando de que el informe señala que se está enquistando la exclusión social.


Preguntado por si está de acuerdo con subir el IRPF a las rentas altas, ha dicho: "Se necesita una mayor calidad redistributiva, y si este aumento acaba derivando en más ingresos para las rentas más bajas, nosotros estamos de acuerdo, pero tan importante como el aumento de rentas es la buena administración de estas", ha alertado.


La responsable de Análisis Social de la entidad, Miriam Feu, ha señalado que las personas que llegan a Càritas tienen "un conjunto de problemáticas asociadas, y hay que trabajar todas las dimensiones", y ha alertado de que el 36% -un millón de personas- tiene un hogar inseguro por estar en condiciones inadecuadas, a la espera de un desahucio, en una habitación realquilada, no saber cuándo le van a echar o tener una situación de violencia.


"También influye la problemática del aumento del precio de la vivienda, que hace que las personas, tras pagar el piso, caigan en la pobreza severa", ya que han estimado que a las personas en exclusión social les quedan solo 286 euros al mes de media tras pagarlo cuando viven solas y 599 cuando son dos adultos con niños.


Otros factores que generan la exclusión son la precariedad laboral, ya que el mercado "funciona como un ventilador" y echa a las personas, con una gran afectación de contratos de muy corta duración y con mucha parcialidad involuntaria, a lo que se suma que aunque existe la Renta Garantizada de Ciudadanía (RGC), estiman que no llega a la mitad de los destinatarios.

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