España responde a Bolivia con la expulsión de diplomáticos bolivianos destinados en Madrid
El ministro de Gobierno de Bolivia, Arturo Murillo, ha anunciado que pedirá a la presidenta interina de Bolivia, Jeanine Áñez, la expulsión de todos los miembros de la misión diplomática española tras el incidente de la Embajada mexicana.
El Gobierno español ha respondido a las expulsiones de miembros de la delegación diplomática española en La Paz con la expulsión de tres diplomáticos bolivianos destinados en Madrid. La respuesta es una medida de reciprocidad habitual en este tipo de casos.
Este lunes la presidenta de Bolivia, Jeanine Áñez, ha dado 72 horas a la diplomática española que visitó el viernes a la embajadora de México en La Paz así como a esta última para que abandonen el país tras el incidente ocurrido a raíz de dicha visita.
"El Gobierno constitucional que presido ha decidido declarar persona non grata a la embajadora de México en Bolivia, María Teresa Mercado, a la encargada de negocios de España en Bolivia, Cristina Borreguero, al cónsul de España en Bolivia, Álvaro Fernández, y al grupo de los presuntamente diplomáticos encapuchados y armados", ha señalado.
"Este grupo de representantes de los gobiernos de México y de España ha lesionado gravemente la soberanía y la dignidad del pueblo y del gobierno constitucional de Bolivia", ha sostenido Áñez, según informan los medios locales.
En este sentido, ha asegurado que "la conducta hostil intentando ingresar de forma subrepticia y clandestina a la residencia de México en Bolivia desafiando a los oficiales policiales bolivianos y los propios ciudadanos son hechos que no podemos dejar pasar".
La encargada de negocios de España en Bolivia, Cristina Borreguero, acudió a primera hora de la mañana del viernes a la embajadora de México, en lo que el Gobierno español ha definido de "visita de cortesía", después de que el país azteca hubiera denunciado un incremento de la presencia policial boliviana en torno a la residencia de Mercado y la propia Embajada en días anteriores, desencadenando un cruce de reproches entre los dos países.
La visita fue vista por algunos sectores en el país andino como un intento de sacar de allí a los asilados políticos, algo que desde el Ministerio de Asuntos Exteriores español se ha descartado rotundamente.
Al término de la visita, los vehículos en los que llegó Borreguero no pudieron regresar hasta la residencia de la embajadora mexicana para recogerla, ya que la Policía boliviana se lo impidió, presuntamente por la presencia de personas encapuchadas en ellos y "presumiblemente armadas", según denunció la canciller boliviana, Karen Longaric.
Ante estos sucesos, el Ministerio que dirige de forma interina Margarita Robles anunció la apertura de una investigación, pero ello no aplacó los ánimos en Bolivia, donde el expresidente Jorge 'Tuto' Quiroga, delegado presidencial ante la comunidad internacional, hizo el domingo unas duras declaraciones y pidió al presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, que se disculpe con Bolivia.
"Qué penoso que Pedro Sánchez esté haciendo operativos con rambos para extraer a criminales, delincuentes blancoides y fraudulentos que conocen del proyecto castrista y chavista", sostuvo Quiroga, en referencia a los cuatro policías que acompañaron a la delegación diplomática española en la visita.
Jeanine Áñez, presidenta interina de Bolivia / Archivo
México mantiene acogidos en dichas dependencias en La Paz a diez antiguos miembros del Gobierno de Evo Morales, contra algunos de los cuales pesan órdenes de arresto de las nuevas autoridades que gobiernan el país tras la renuncia del mandatario el pasado 10 de noviembre. El Gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha defendido en todo momento su tradición de país de asilo.
El sindicato SPP, mayoritario en la escala de mandos de la Policía Nacional, ha defendido la profesionalidad y actuación ejemplar de los policías del Grupo Especial de Operaciones (GEO) desplegados en Bolivia, censurando tanto el "silencio injustificado" del Gobierno como el uso con "fines espurios de autoridades bolivianas y de algunos políticos españoles".
LA VISITA DE LA POLÈMICA
Enmig de l'encreuament de retrets entre els dos governs, el divendres es va produir la visita de l'encarregada de negocis, un gest que va ser vist per alguns sectors al país andí com un intent de treure d'allà als asilats polítics, cosa que des del Ministeri d'Afers Exteriors espanyol s'ha descartat rotundament.
A l'acabament de la visita, els vehicles en els quals va arribar Borreguero no van poder tornar fins a la residència de l'ambaixadora mexicana per recollir-la, ja que la policia boliviana li ho va impedir, presumptament per la presència de persones encaputxades en ells i "presumiblement armades", segons va denunciar la cancellera boliviana, Karen Longaric.
Davant aquests successos, el Ministeri que dirigeix de manera interina Margarita Robles va anunciar l'obertura d'una investigació, però això no va aplacar els ànims a Bolívia, on l'expresident Jordi 'Tuto' Quiroga, delegat presidencial davant la comunitat internacional, va fer diumenge unes dures declaracions i va demanar al president de Govern espanyol, Pedro Sánchez, que es disculpi amb Bolívia.
"Que penós que Pedro Sánchez estigui fent operatius amb rambos per extreure a criminals, delinqüents blancoides i fraudulents que coneixen del projecte castrista i chavista", va sostenir Quiroga, en referència als quatre policies que van acompanyar la delegació diplomàtica espanyola a la visita.
MÈXIC DEMANA AL SEU AMBAIXADORA QUE TORNI
Així les coses, el Ministeri d'Exteriors mexicà ja ha informat que ha donat instruccions ala seva ambaixadora a Bolívia perquè torni a país asteca "amb la finalitat de protegir la seva seguretat i integritat", segons ha informat el departament que dirigeix Marcelo Ebrard en un comunicat.
L'Ambaixada de Mèxic a Bolívia, ha precisat a la nota, quedarà a càrrec d'Ana Luisa Vallejo, actual cap de Cancelleria de la missió i "continuarà operant amb normalitat després d'aquest moviment".
Així mateix, el Govern de López Obrador ha recalcat que l'ambaixadora "sempre va complir amb els principis de política exterior consagrats en la Constitució" mexicana i en el Dret Internacional, "pel que considera que aquesta decisió és de caràcter polític".
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