"Los libros son importantes en época de confinamiento porque son un elemento más de distracción"
Carlota Freixenet es librera de La Carbonera, que nació en 2017 con el objetivo de convertirse en librería de referencia del Poble Sec.
Carlota Freixenet es librera de La Carbonera, que nació en 2017 con el objetivo de convertirse en librería de referencia del barrio barcelonés del Poble Sec. Se trata de un proyecto cooperativo que tiene como voluntad poner en valor el comercio del barrio, la literatura y la economía social. Como otras pequeñas y medianas librerías, La Carbonera está en constante evolución para reinventarse ante las grandes plataformas del sector, y ahora, con el cierre obligado debido al confinamiento, aún más. Participa en proyectos como Llibreries obertes, que consiste en comprar ahora el libro y recogerlo cuando termine el estado de alarma, y ofrece diversas actividades en las redes sociales, como encuentros virtuales con escritoras o clubes de lectura.
¿Cómo son de importantes los libros en época de confinamiento?
Los libros son importantes en época de confinamiento porque son un elemento más de distracción. Son una buena manera de huir de lo que nos pasa a través de la imaginación, una fuente de evasión. Y en un momento en que la alternativa rápida es la pantalla, los libros nos pueden ayudar a desconectar de otro modo.
¿Qué hace una librería de barrio como La Carbonera para hacer frente a los efectos de la pandemia del coronavirus?
Lo mejor que puede hacer una librería de barrio como nosotras es cerrar. De hecho, lo que tenemos que hacer todas es cerrar y trabajar desde casa si lo podemos hacer. Así que es lo que hemos hecho. Cerrando, trabajamos desde casa, seguimos programando actividades a través de las redes y vendemos libros a través de Libelista, que es la plataforma de venta on-line de las librerías pequeñas, la alternativa a Amazon que beneficia a los libreros. A través de esta plataforma los usuarios pueden marcar cuál es su librería de referencia y de los libros digitales que compren nosotros recibimos una parte. También participamos de Llibreries obertes, estamos aceptando encargos por correo electrónico, y pidiendo a nuestros clientes que se hagan socios de la librería: nuestro sistema de socios permite que estos paguen una cuota mensual que luego pueden gastarse en libros cuando vienen a la librería, como una tarjeta monedero.
¿Os habéis tenido que reinventar de un día para otro?
Sí y no. Nosotras somos muy activas en las redes sociales, y estamos acostumbradas a trabajar mucho, pero sí es cierto que estamos haciendo cosas que no habíamos hecho nunca, como los clubes de lectura a través de youtube. Este fin de semana haremos el club de lectura infantil vía jitsi, y veremos cómo funciona, pero de momento con los adultos funciona muy bien. Los encuentros que estamos haciendo con autores y autoras son muy interesantes también, y nos ayudan a mantenernos activas.
Estáis muy activas en las redes desde el inicio del estado de alarma. ¿Consideráis hacer más encuentros virtuales con autores cuando volvamos a la normalidad o son medidas excepcionales?
No lo descartamos, la verdad. No es la primera vez que lo hacemos, la hiperactividad en las redes es un poco marca de la casa, y los encuentros virtuales con autores tampoco son una novedad, muy al principio de abrir la librería hicimos alguna con autores que no podían desplazarse, así que no lo descartamos. Sin embargo, nos encanta acoger a las autoras en la librería y tenemos muchas ganas de poder hacerlo.
¿Qué alternativas a Sant Jordi valora el sector?
Sant Jordi probablemente se desplace en el tiempo, y pase a ser una fiesta antes del verano. Esperamos estar en la calle tan pronto como la salud nos lo permita y poder disfrutar del sol y el calor con la clientela y llenar la casa de libros otra vez.
Son muchos los sectores que salen tocados de esta crisis debido al cierre de tiendas y empresas. ¿Qué prevéis que puede pasar con las librerías medianas y pequeñas?
Las librerías aguantamos gracias a las clientas que vienen cada mes, cada semana, y sobre todo sobre todo gracias a las dos campañas fuertes: Navidad y Sant Jordi. Este año nos tocará esperar un poco más para Sant Jordi, así que lo único que podemos hacer es pedir al entorno que nos ayude, que nos apoye y nos siga comprando libros, aunque sea para venir a buscarlos cuando volvemos a abrir. Puede suceder que algunas librerías cierren, pero esperamos que toda la cadena del libro sea receptiva y nos ayude a pasar el trago. Si las librerías no podemos hacer frente a los pagos sufrirán las distribuidoras, las editoriales y todos juntos, y esperamos resistir y que todo el mundo ponga de su parte para poder llegar al final de la crisis.
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