Vuelta a las aulas y mascarillas obligatorias: así son los planes de desconfinamiento en Europa
Los países de nuestro entorno han aprobado estrategias similares a la de España para volver a poner en marcha la sociedad, aunque con algunas diferencias destacables.
El coronavirus ha cambiado nuestras vidas. Si la mayoría de gobiernos se vieron obligados a decretar hace semanas duras medidas de confinamiento para frenar la curva de contagios, ahora afrontan una segunda etapa en la lucha contra la pandemia aún más crucial: la vuelta a la normalidad.
España ha presentado un plan de desescalada en cuatro fases que gradualmente restaurará la actividad social y económica en nuestro país. También el resto de países de nuestro entorno ha aprobado estrategias parecidas para volver a poner en marcha la sociedad, aunque con algunas diferencias destacables.
Nuestro vecino, Portugal, ha decidido no dar por perdido el curso escolar y permitirá a sus alumnos regresar de forma presencial a los centros docentes excepto en el caso de Primaria. A diferencia de lo decidido en España, los estudiantes de Secundaria y Bachillerato volverán a cargarse la mochila a la espalda de forma progresiva para acudir a clase en días alternos.
Alemania, Dinamarca y Bélgica también han apostado por mantener el calendario escolar en la medida de la posible reabriendo los colegios a partir de mayo, aunque con menos aforo en las aulas. Esta decisión ha dividido a los padres y profesores entre aquellos que ven necesario no echar por la borda la formación de los jóvenes y otro grupo que prioriza la crisis sanitaria por encima del rendimiento académico.
Mujeres con mascarilla en Londres
Otra medida que no ha contemplado el Gobierno pero sí países como Francia o Alemania es el uso obligatorio de mascarillas. Macron ha ordenado que tanto en el transporte público como en algunos puestos de trabajo (supermercados y atención al público) se obligue a llevar protección facial.
Sin embargo, hay similitudes importantes entre los planes de desconfinamiento de Europa. La mayoría de ellos, como en Italia o Grecia, cuentan con tres fases de desescalada y ha elegido la provincia o la isla como unidad de actuación.
En cada una de ellas se dejará que distintos sectores económicos vuelvan a operar, poniendo el foco en la industria y el sector turístico, este último capital en los países del arco mediterráneo.
Holanda es el Estado que más se descuelga del resto en su estrategia de desconfinamiento. En los Países Bajos se adoptó desde un comienzo por un "confinamiento inteligente", como lo denominó su primer ministro, Mark Rutte, por lo que el Gobierno está siendo menos intervencionista a la hora de decretar la vuelta a la normalidad. Muchos negocios han seguido abiertos, se permiten actividades en la calle y los colegios reiniciarán su actividad el 11 de mayo aunque con el 50% de su capacidad.
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