La Comunidad de Madrid reclamará 900 millones en impuestos a las propietarias de El Corte Inglés
Según consta en la denuncia presentada por el abogado de César Areces, las hermanas Álvarez deben a Hacienda un total de 900 millones de euros en impuestos por haber cometido "un fraude de ley" cuando fueron adoptadas por Isidoro Álvarez.
La Audiencia Nacional ha admitido a trámite la querella de César Areces Fuentes, el primero de los cuatro sobrinos de Ramón Areces (fundador de El Corte Inglés) contra las hermanas Marta y Cristina Álvarez Guil, presidenta de El Corte Inglés y vicepresidenta de la Fundación Ramón Areces, respectivamente. También ha sido denunciada María Jose Guil, madre de ambas, según informa Hispanidad.
En la denuncia presentada por el abogado de César Areces, las hermanas Álvarez deben a Hacienda un total de 900 millones de euros en impuestos por haber cometido "un fraude de ley" cuando fueron adoptadas por Isidoro Álvarez, el anterior presidente de la compañía. En esta ocasión, según ha podido saber Hispanidad, la Comunidad de Madrid también se personará en la causa.
Álvarez adoptó a Marta y Cristina para que se pudieran beneficiar de una reducción del impuesto del 99,9% que la Comunidad de Madrid establece para las herencias de padres a hijos. Pero, si la Audiencia Nacional acaba considerando ilegal la adopción, las dos hermanas recibirán uno de los golpes económicos más duros de sus vidas: tener que devolver casi mil millones de euros.
Algunos miembros de la familia señalan que las hermanas fueron adoptadas por Isidoro cuando ya tenían más de 40 años y sin haber compartido vivienda con él nunca. De ser cierto, la adopción sería ilegal, ya que para realizarse debe haber existido convivencia antes de los 14 años.
PELEA POR EL TRONO
Los problemas en El Corte Inglés empezaron tras la muerte de Isidoro Álvarez. El presidente de los grandes almacenes eligió a Dimas Gimeno como sucesor, pero le dejó desprotegido ante el consejo de administración y la Fundación Ramón Areces, que son dueños del 37,39% de la compañía.
Las hermanas, que nunca acabaron de comulgar con Dimas Gimeno, utilizaron su posición en el consejo de administración y la Fundación para primero, dejarle sin poder ejecutivo y finalmente, despedirlo.
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