La gasolina más cara del mundo en un país petrolero

Ludmila Vinogradoff

El descontento sube como la espuma. En las kilométricas colas, esperando horas y días para repostar gasolina, va creciendo la arrechera y está a punto de estallar la furia colectiva. En Maracaibo, capital petrolera, los zulianos se cansaron de esperar e indignados incendiaron una gasolinera para protestar contra la estafa a la que han sido sometidos.


Nicolás Maduro, en el Palacio de Miraflores


En la primera semana con nuevos precios de la gasolina, los venezolanos se sienten engañados y frustrados por no poder llenar sus vehículos como antes sin verse obligados a pasar por numerosos obstáculos y sobornos que degradan su moral y honestidad como ciudadanos.

De tener la gasolina más barata del mundo pasaron a tener la más cara del mercado internacional. No hace mucho era el quinto productor de crudo del mundo.  

 

El régimen de Maduro importó 1,5 millones de barriles de gasolina a Irán a precio de oro cuando están por debajo de cero por la caída de la demanda. Ha pagado con 9 toneladas de oro saqueado del Banco Central y le regala a Cuba mientras los venezolanos no tienen cómo abastecerse.


Lo más grave es que el suministro de los cargueros iraníes no alcanza ni para 15 días de consumo interno, por lo que el conflicto continuará. El despacho iraní representa lo que producían las refinerías venezolanas en un día antes de que el chavismo las destruyera. 


El país con las mayores reservas petrolíferas del mundo vive sumido en una compleja crisis de colas por todas partes y por todos motivos. El último es la reapertura de las estaciones de servicio que han estado cerradas en estos últimos tres meses por la escasez de gasolina y que ahora vuelven abrirse al público con tres nuevos precios diferenciados según la categoría social con que el régimen de Nicolás Maduro ha dividido a los venezolanos.


No es el fin de la cuarentena por el coronavirus pero como si lo fuera después del largo tiempo de confinamiento y que se prolonga de manera infinita e incierta. Por ahora la gente se ha volcado a las calles para conseguir combustible después de estar inmovilizados tanto tiempo. Y no les importa pagar lo que sea con tal de poder transportarse.


Ayer Maduro decidió romper con los 21 años en que el chavismo no había ajustado los precios del combustible por temor a la repetición del estallido social “caracazo” de 1989 cuando el entonces presidente Carlos Andrés Pérez subió la gasolina unos 12 centavos.


El incremento de Maduro fue astronómico, el litro de gasolina pasó de 0,00001 céntimos a costar 5.000 bolívares (0,025 dólar) -un incremento de 50.000 millones por ciento y a 0,50 dólar.

Los nuevos precios se aplicarán para tres categorías de personas. La subsidiada de 5.000 bolívares exclusivamente para los chavistas con el carnet de la patria hasta 120 litros por mes y 60 litros por moto. En segundo lugar, los transportistas de autobuses y camioneticas la tendrán gratis. Finalmente, no habrá restricciones ni límites para los que puedan pagar 0,50 por dólar.


Estas tres categorías abren las puertas para la corrupción, la especulación y los sobornos, y en consecuencia para la violencia callejera, el conflicto y el descontento, fomentado por el propio régimen. La subvención y la gratuidad es para tener contentos a los chavistas y a los enchufados concesionarios para que hagan negocios revendiendo la gasolina en el mercado negro. 

 

El problema es que ni las 1.368 gasolineras subvencionadas ni las 200 estaciones dolarizadas tienen suficiente combustible para satisfacer la demanda interna. De ahí las kilométricas colas donde pasa de todo, desde hay desde peleas por los coleados hasta asaltos a los conductores porque llevan dólares bajo la mirada complaciente de la milicia y la policía.


El presidente interino Juan Guaidó está claro en afirmar que "El precio en dólares va a generar más contrabando, más corrupción. Los venezolanos son los que pagan las consecuencias de 20 años de corrupción y les siguen metiendo la mano en el bolsillo. Rechazamos la dolarización y privatización del precio de la gasolina. El régimen usurpador pretende que los venezolanos paguemos por los 20 años de corrupción roja”.


En la cola de espera, Alex el Miki comentó furioso: "llegué a las 4 de la mañana a la cola para surtir en la bomba de los Palos Grandes y nos tienen todo el día esperando por combustible. Esto es un engaño".


Otro indignado, el ex gobernador de Bolívar, Andrés Velásquez, dijo: “usurpador Maduro, con gasolina iraní no podrá maquillar las razones de por qué Venezuela dejó de producir gasolina. Ustedes y su modelo comunista de ruina liquidaron a PDVSA y a las poderosas refinerías con las que contábamos. Ustedes son los responsables de la escasez de gasolina”.


Luis Carlos comentó en las redes: "La gasolina subsidiada genera pérdidas económicas al país. La gasolina dolarizada también, porque no es nada transparente la administración de ese dinero"...


La cantante Soledad Bravo señaló: ¿se acuerdan cuando decíamos que en Venezuela el agua era más cara que la gasolina? Ahora es igual, pero no se consigue ninguna de las dos. Si logras obtenerlas, es, en pequeñas dosis. Hay que pagarlas en dólares a precios inalcanzables”.

 

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"En una sociedad de engaños decir la verdad es un acto revolucionario", George Orwell.

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