España mira a Portugal para saber qué impuestos y reformas le pedirá la UE
El Gobierno de Pedro Sánchez protege con el máximo hermetismo la redacción de las cuentas de 2021.
La redacción presupuestaria para 2021 está en marcha con la mirada puesta en las ayudas de Bruselas y en medidas contracíclicas que eviten recortar sueldos y servicios.
Los técnicos del Ministerio de Hacienda llevan tiempo analizando y centrándose en cuadrar las cuentas estatales, buscando más ingresos para sortear la reducción de gasto en servicios públicos y funcionarios.
Después del verano el gobierno tendrá que lidiar con una difícil negociación sobre las cuentas del año que viene, buscando avales en la Unión Europea y evitar el rebrote del virus previsto para noviembre. Las instituciones europeas centran su receta en políticas “contracíclicas”, que significa evitar que los trabajadores pierdan poder adquisitivo y que los servicios del Estado se reduzcan.
Entre tanto el Gobierno ya ha empezado la tramitación de las tasas Google y Tobin, con las que prevé recaudar alrededor de 2.000 millones de euros. Esperan ingresar más fondos con la subida del IRPF a las rentas más altas, del impuesto de sociedades y del diésel. Pero no será suficiente.
Entre las posibilidades que se barajan se encuentra la creación de nuevos peajes en las autopistas, la subida del IVA (no todos los ministros la apoyan) y nuevos impuestos de carácter especial (por ejemplo, turismo).
Además lo más probable es que el Gobierno avance en la llamada “armonización” de impuestos como el de patrimonio, donaciones y sucesiones.
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