La crisis obliga al Gobierno a dejar de lado algunas de sus principales medidas económicas
Entre las que se quedan, de momento, en el camino está la reforma laboral
El Gobierno de Pedro Sánchez ha empezado a dar marcha atrás en algunas de sus propuestas económicas más importantes. La situación económica en la que se encuentra el país tras la crisis provocada por la pandemia obliga al Ejecutivo a repensar las decisiones que va a tener que tomar en los próximos meses.
La primera de ellas es respecto a la elaboración de los Presupuestos Generales del Estado. La situación de las cuentas públicas tras el enorme gasto provocado por la pandemia, la paralización de la economía y los ERTE obliga al Gobierno de Sánchez a tomar algunas decisiones que no se contemplaban ni en su programa electoral ni en los pactos con Unidas Podemos.
El Ejecutivo está obligado a presentar unos presupuestos de los que quedarán al margen algunas medidas sociales de las que formaban parte del acuerdo de Gobierno con Unidas Podemos. En el sector económico del Ejecutivo son conscientes de que los presupuestos deberán ser bien vistos por la Unión Europea ya que el Estado debe recibir una importante ayuda económica para paliar los efectos de la crisis.
Además, no quieren dar una idea que provoque el rechazo de Nadia Calviño, vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, de aquellos países que deben apoyar su candidatura a presidir el Eurogrupo.
La segunda de ellas hace referencia a la reforma laboral. Si bien el pacto con Unidas Podemos establecía que iba a ser derogada por completo, lo mismo que se firmó con EH Bildu en una de las negociaciones para mantener el estado de alarma, la situación actual aconseja un replanteamiento de la medida.
Por todo ello, parece complicado que desde el sector socialista del Gobierno se acepte seguir adelante con proyectos defendidos desde el sector de Podemos, como la reforma laboral o las puestas en marcha de nuevos impuestos, como el llamado impuesto para ricos.
El temor a que en el seno de la UE se malinterpreten estas señales y dificulten las negociaciones para la llegada de la ayuda económica ha calado en el sector del PSOE, sobre todo en las responsables de las parcelas económicas que ven imperiosa la colaboración europea para que la recuperación económica llegue cuanto antes.
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