​El movimiento QAnon, una peligrosa teoría de la conspiración que se instala con fuerza en Europa

 

Una nueva teoría conspirativa ha llegado a Europa procedente de Estados Unidos. Más concretamente de círculos partidarios de la presidencia de Donald Trump. Se trata de la teoría QAnon, hasta hace poco con una escasa repercusión en el viejo continente pero que aprovechando la pandemia se está extendiendo como una mancha de aceite por toda Europa.

¿Y qué dice esta teoría conspirativa que preocupa, y mucho, a los expertos? Pues que un grupo de desalmados personajes, fuerzas ocultas que están involucradas en redes internacionales de pedófilos que quieren establecer un nuevo orden mundial, se han hecho con el poder en Estados Unidos y quieren hacer lo mismo a nivel mundial. Y, curiosamente, el único que puede acabar con ese poder es... ¡¡¡Donald Trump!!!. De hecho, el presidente nunca ha dicho nada en contra de las teorías de QAnon, pese a que es un movimiento al que el FBI ha empezado a tratar como si fuera una posible amenaza terrorista. Aunque se haya introducido con fuerza incluso en un sector de las fuerzas armadas estadounidenses.

Todo esto parece, sin duda, el argumento de una película de serie B de malvados, muy malvados, y de un superhéroe que acabará salvando al mundo, un argumento con escasa capacidad de expansión en la sociedad actual. O no.

Sin embargo, los analistas han empezado a ver con una enorme preocupación que esta teoría ha empezado a extenderse por toda Europa usando las redes sociales y se ha integrado en los movimientos negacionistas de la pandemia. De hecho, en las recientes manifestaciones en varias ciudades europeas de los que niegan la existencia de la pandemia se han podido ver pancartas con lemas y eslóganes próximos a los que difunden los promotores de la teoría QAnon, apoyados por fotos de Trump, al que han llegado a pedir que viaje a Alemania para acabar con el gobierno de Merkel, y del líder ruso Vladimir Putin. Estos parecen ser sus principales referentes.

EXPANSIÓN

Esta teoría conspirativa nació a finales de 2019, pero desde el inicio de la pandemia se ha extendido por las redes sociales, primero en Estados Unidos y desde hace un tiempo en Europa. De hecho, los sitios de internet y perfiles en las redes sociales que difunden los mensajes de los promotores de esta teoría han aumentado considerablemente en los últimos meses y los seguidores de estos perfiles en Europa suman ya más de 500.000, aunque los expertos ven como su crecimiento exponencial parece imparable.

Y es que colocar entre los promotores de esta Estado oscuro que maneja desde la sombra los hilos del mundo a Bill y Hilary Clinton, Barack Obama, Bill Gates o George Soros, entre otros, y colocarlos en el centro de un grupo que también se dedica, a nivel mundial, a la pedofilia, les ha resultado rentable.

PREOCUPACIÓN

¿Y por qué esta expansión preocupa tanto a los analistas? Por que se está utilizando como sistema de propaganda de la ideología de la extrema derecha. Los expertos han descubierto estrechos vínculos entre la teoría QAnon y los grupos de extrema derecha., sobre todo en Alemania. Y se ha podido constatar su presencia en las manifestaciones negacionistas de las últimas semanas en las que miles de personas han acusado a los gobiernos de haberse inventado la pandemia para alcanzar mayores cuotas de poder.

De hecho, este acercamiento hacia los sectores de la extrema derecha no es descabellado. Sus propuestas son, en muchos puntos, coincidentes: están en contra de la inmigración, culpan a los dirigentes de los principales países europeos de estar en connivencia con el mundo oculto y oscuro, y pretenden la instauración de un nuevo orden mundial, expanden las teorías antisemitas, están en contra del 5G, del uso de las mascarillas, exaltación del nacionalismo, la necesidad de que los ciudadanos deben armarse, etc.

La facilidad con que algunas  de estas teorías son capaces de introducirse en la sociedad a través de las redes sociales y las dificultades de los estados para luchar contra ellas son inmensas. Las fake news son una de sus principales armas y, sobre todo en Estados Unidos, algunos políticos han contribuido a expandir la teoría.