La burocracia española, un serio obstáculo para la llegada de las ayudas europeas
El Gobierno reconoce que el inmenso papeleo es una traba importante para acceder a las ayudas y trabaja para reducirlo en lo posible, pero por el momento todo sigue igual.
El famoso 'vuelva usted mañana' de Mariano José de Larra, sigue plenamente vigente en nuestro país. La lenta burocracia, el papeleo, la multitud de 'ventanillas' a las que hay que acudir para hacer cualquier gestión, los retrasos en las respuestas, etcétera, son situaciones a las que los españoles nos hemos ido acostumbrando, pero que, sin ser plenamente conscientes, provocan una gran desventaja respecto a nuestros vecinos europeos.
La próxima llegada de miles de millones de Europa en ayudas para combatir la crisis del Covid-19 puede verse afectada por esta burocracia. Son miles las empresas que necesitarán recibir esas ayudas para sacar adelante sus proyectos, y para ello es indispensable que se acorten los plazos, se desregule y se aceleran los trámites. De lo contario, una buena parte de las ayudas puede desaparecer por el simple hecho de que no se ha llegado a tiempo para culminar todo el proceso de solicitud.
De hecho, los analistas reconocen que España es uno de los países europeos que menos se beneficia de las ayudas europeas. La razón, el sistema excesivamente burocratizado que retrasa cada paso y en numerosas ocasiones cierra la puerta a dichas ayudas.
CAMBIOS URGENTES
El propio Gobierno es consciente de que la existencia de todas estas trabas suponen un serio hándicap. Y desde el mundo empresarial se ha reclamado con insistencia y desde hace tiempo la simplificación de los trámites y la reconversión de la administración en un instrumento ágil, rápido y eficaz para evitar que parte de las ayudas se queden en el limbo.
Datos recientes apuntan a que más de la mitad de los empresarios consideran que uno de los principales obstáculos para acceder a las ayudas europeas es la burocratización de los procedimientos y la falta de coordinación entre las diferentes administraciones.
A esto hay que unir que en numerosas ocasiones Europa condiciona las ayudas a la participación en los proyectos de las administraciones públicas y de las empresas privadas, y en numerosas ocasiones las dificultades económicas de las propias administraciones impiden el acceso a las ayudas.
TIEMPO LÍMITE
El hecho de que haya un tiempo límite para presentar ante la Unión Europa los proyectos que buscan la financiación es otro hándicap. Hay que tener en cuenta que el tiempo empezará a correr en el momento en que se aprueban los presupuestos del Estado para 2021 en el Congreso. Si no se aprueban, la situación se complicará todavía más, aunque desde el Ejecutivo se asegura que sea como sea, los fondos van a estar a disposición de las administraciones españolas.
El presidente del Gobierno ha anunciado que en breve se aprobará un real decreto que permitirá reducir el papeleo para que las empresas tengan un mayor acceso a los fondos, introduciendo cambios en la legislación que controla los contratos públicos y las subvenciones.
Igualmente ha anunciado la creación de una oficina única en Bruselas para facilitar la tramitación de las ayudas de estos fondos, aunque habrá que ver cuál es su eficacia en cuanto el sistema se ponga en funcionamiento.
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