Enfermera Saturada: "El cuerpo de los sanitarios no podrá aguantar otra situación como la de la primera ola"
Héctor Castiñeira trabaja en el sistema sanitario y ha vivido en primera persona la dura realizada de la primera ola de la pandemia. Optó por relatar sus experiencias en un libro, el séptimo que publica, titulado 'Nosotras, Enfermeras' para que todo el mundo pueda comprender el cansancio físico y emocional que le tocó vivir al personal sanitario de toda España.
Se llama Héctor Castiñeira, pero es más conocido fuera de su círculo más cercano como Enfermera Saturada. Con miles de seguidores en su perfil de Twitter, Héctor, enfermero de profesión, ha relatado en primera persona las duras experiencias que le tocó vivir durante la primera ola de la pandemia.
Su último libro, 'Nosotras, Enfermeras', es un crudo relato de la angustia, temor, rabia, valentía y dedicación con que el personal sanitario afrontó aquellos meses terribles con unas medidas de seguridad tercermundistas.
Héctor, enfermero del servicio sanitario de Madrid, decidió trasladarse de su Galicia natal a la gran ciudad en busca de estabilidad laboral, "por lo que he tenido que pagar un precio muy alto", reconoce. "Vivir un año en Madrid desgasta más que siete en Lugo", argumenta. "Se echa de menos a la familia y a los amigos", asegura.
En su libro, en el que cuenta historias reales, con personajes reales (pero con los nombres cambiados) repasa mes a mes la experiencia de enfrentarse a un virus que ha cambiado la vida a miles de personas y que ha mostrado todas las carencias de un sector sanitario que, famélico tras años de recortes, apenas tuvo fuerzas para gestionar la avalancha que produjo el Covid-19.
En este libro relata las enormes dificultades que vivió el colectivo en la primera ola, ¿ahora tienen las medidas de seguridad adecuadas?
Han cambiado muchas cosas, pero otras no. Ahora tenemos EPI para todos. Bueno, lo que no tenemos es sanitarios para tantas EPI, eso sigue faltando, no hay profesionales que se les pongan. Para llegar a un ratio de personal sanitario como en Europa, debería haber el doble del que hay. El sector sanitario lleva muchos años de recortes y cuando llegan estas cosas salen a la luz todas las carencias.
¿Cómo ve ahora misma la situación en los hospitales?
Si la cosa sigue como hasta ahora, llegaremos al mismo sitio que en la primera ola. El poder evitarlo depende de todos, de nosotros, de los políticos, de los ciudadanos. La responsabilidad está repartida. Y me temo que el cuerpo de los sanitarios no podrá aguantarlo. Ya no se ven aquellos ánimos. Ahora estamos cansadas, desmotivadas, no se respira el mismo ambiente. Se anularon muchos permisos y vacaciones, ha sido muy difícil.
En un pasaje del libro le dice a Puri "disfrútalo, que cuando todo esto pase se olvidarán de nosotras para siempre". ¿Cree que la sociedad se ha 'olvidado' de ese tremendo esfuerzo?
Si. El problema es que se ha pasado de aplaudir en los balcones a que nos hagan pintadas en los centros de salud, que nos digan que somos cómplices de las muertes, etc. Hemos pasado de héroes a villanos. Y no queremos ser ni una cosa ni la otra, no buscamos un reconocimiento especial. El mejor aplauso para nosotras es que la sociedad no se descuide y que tome las medidas de protección necesarias.
En el libro hay, además de las enfermeras, dos personajes importantes, Antonio, que muere, y Lorena, que tiene a su hijo. ¿Representan el lado negativo y el positivo de todo esto?
Se puede decir que sí, que representan un poco a los pacientes que tuvimos en la primera ola. De hecho, la primera paciente que atendí entonces fue una mujer que estaba embarazada, que tenía mucho miedo y muchas dudas, pero nosotras no teníamos las respuestas a sus preguntas, se juntaba su miedo con el nuestro. Y Antonio representa a todas las personas mayores que fueron golpeadas de manera cruel, en su domicilio, en las residencias y en los hospitales, que nos dejaron para siempre, en soledad, sin las familias a su lado.
¿Hay preocupación en el personal sanitario por la evolución de la pandemia?
Hay mucha preocupación por lo que puede venir, no solo por la pandemia, sino por todas aquellas personas que están en listas de espera por otras patologías que están desatendidas por dedicar todos los esfuerzos al Covid. Si esto se sigue alargando, el problema será mucho peor.
¿Los enfermos que llegan a los hospitales, llegan en mejores o en peores condiciones que antes?
En la primera ola, la gente llegaba al hospital casi al límite ya que muchos pensaban que era un simple resfriado y hasta que no se encontraban muy mal no acudían. Ahora vienen antes, los diagnósticos son mucho más rápidos, se hacen más PCR. Y en los hospitales sabemos cómo tratar cada caso.
A LARGO PLAZO
¿Cree que los ciudadanos tenemos suficiente y clara la información para saber en qué punto estamos?
Creo que incluso en ocasiones ha habido exceso de información. Pero la parte negativa es que no se ha sabido llegar con claridad a determinados sectores. Se dio la sensación de que si no tenías más de 50 años no pasaba nada. Y eso fue un error.
¿Qué les pide a los responsables sanitarios para mejorar la situación de la sanidad no solo para salir de esta, si no para estar mejor preparados para el futuro?
Que no sean tan cortoplacistas, que no piensen en los votos, que piensen que la sanidad es una inversión a largo plazo. Todas las patologías que se puedan prevenir hoy son una mejor atención para el paciente del futuro.
¿Y a los ciudadanos?
De momento, que se tomen todo esto muy en serio, que hagan caso a los profesionales, que se tomen en serio las medidas y que se cuiden, que así nos cuidan a los demás. Me molesta mucho cuando oigo a gente decir cosas como que a mí no me va a afectar. En los hospitales hemos atendido a negacionistas que han estado muy mal y que se han arrepentido mucho de no haber hecho caso a los expertos y reconocen lo estúpidos que fueron al desestimar el virus.
¿Viendo la evolución de esta segunda ola, crees que aprendimos algo de la primera?
Me temo que no, ni los políticos ni la sociedad. Los únicos que han aprendido algo de la primera ola han sido las personas mayores, por eso ahora se cuidan mucho más. Y por eso la gente que ingresa en los hospitales es mucho más joven que antes.
¿Y qué opina del asunto de los nuevos hospitales en construcción?
Es algo que no entiendo. Sería mucho mejor reforzar y mejorar los que ya existen, dotarlos de más material y, sobre todo, de más personal. Hacer un hospital nuevo, que a veces es necesario, supone un esfuerzo económico muy grande, y quitar dinero para los que ya existen. Además, sino se quiere reforzar las plantillas de personal sanitario, ¿de dónde van a salir los médicos, enfermeras, técnicos y el resto del personal necesario para que el hospital funcione?
¿Habrá un libro sobre esta segunda ola?
De momento no me he puesto a escribirlo. Es más, cuando acabé Nosotras, Enfermeras pensaba que no habría más ya que creí que todo iba a mejor. Pero tal y como están las cosa, ya veremos.
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