Roger Pallarols: "La desescalada debe permitir a la restauración hacer una buena campaña de Navidad"
El Director del Gremi de Restauració de Barcelona asegura que salvar la situación de los bares y restaurantes es desesperada y aboga por el reparto de las pérdidas entre todos los sectores implicados.
La situación de los bares y restaurantes, de aquellos que todavía no han bajado definitivamente la persiana, es desesperada. Así lo reconoce el director del Gremi de Restauración, Roger Pallarols, Director del Gremi de Restauració de Barcelona, acusa a las administraciones de haberles abandonado a su suerte y de haber provocado una crisis sin precedentes en el sector por las medidas que han obligado a mantener cerrados los negocios durante semanas.
Por ello, considera que es imprescindible intentar acabar el año de la mejor manera posible, permitiendo que durante la campaña de Navidad se permita la reapertura de los bares y restaurantes en unas condiciones adecuadas para permitir a los profesionales del sector salvar lo que se puede en un año desastroso.
En conversación con CatalunyaPress, Roger Pallarols desgrana la situación desesperada que viven muchos restauradores y las necesidades de urgencia que las administraciones deberían aplicar para evitar que un sector vital para la economía sufra todavía más.
¿Cuál es la situación actual del gremio?
No puede ser más trágica, el sector está hundido. Este cierre ha sido letal y ha multiplicado la desaparición de empresas de restauración, que se inició con la explosión de la pandemia. Este último cierre llegó en el peor momento, con las empresas agotadas, con un enorme endeudamiento y grandes pérdidas, que hacía que muchas de ellas fueran inviables. Esto ha provocado que muchas empresas hayan llegado a situación de colapso, al borde del cierre. Las perspectivas, además, son poco optimistas, porque incluso en la campaña de navidad no se darán las condiciones para salvar los muebles. Es un año con crecimiento del paro con un claro empobrecimiento de la ciudad de Barcelona, que tendrá unas graves consecuencias. La restauración es un motor económico y el volumen de desaparición de empresas comporta dejar a uno de los principales sectores económicos sin músculo empresarial. Esto es lo que trae este proceso de cierre, que ya dijimos desde el principio que es un error, que sabíamos que este precio no se puede pagar, que estamos viviendo un periodo letal para los intereses de la restauración, de la ciudad y de la economía de muchas familias. Barcelona ha sido golpeada con mucha dureza.
¿Qué medidas concretas piden a las administraciones?
La primera, responsabilidad para asumir que se ha de mantener a raya el Covid-19 y la restauración abierta. La primera medida que se debe tomar es la de la reapertura de la restauración con la mínima viabilidad. Y se debe hacer una reflexión a nivel global. No puede ser que los costes de la crisis se carguen a las espaldas de la restauración, que digan que no suframos por los impuestos, que ya los pagaremos más adelante, que no asuman su parte de las pérdidas.
Esta pandemia es de una dimensión tan grande que se debe aplicar la regla de que para ganar, hemos de perder todos.
De momento solo se aplazan los impuestos y se aumenta la deuda, pero difícilmente se podrá pagar mañana lo que no se puede pagar hoy. La gente ha de ganarse la vida y hay que repartir las pérdidas entre todos los sectores implicados, incluida la administración. Esto es lo que debería hacer una administración adulta y madura. Hemos de ser realistas en función de nuestras capacidades y abordar el doble combate, contra la pandemia y por la economía. En este aspecto, Madrid ha dado una lección, que la lucha contra el covid no puede ser también contra la economía. Hemos de asumir que nos tocará vivir con el virus durante una temporada y por lo que se ha visto la ciudadanía ha decidido seguir con su vida, con más precauciones. El cierre de las actividades no es suficiente para frenar las decisiones que han adoptado los ciudadanos. Se ha de frenar en seco este proceso destructor de la economía.
La propuesta de una apertura parcial que propone la Generalitat, ¿aporta soluciones o solo es un mal menor?
La primera propuesta que hizo la Generalitat, aunque en realidad no existía, era un cierre encubierto ya que no permitía a muchos locales llegar a los mínimos que le permitan la viabilidad de la empresa. Era una propuesta que ni era seria ni estaba conectada con la realidad. Ahora parece que quieren rectificar y que se puede hacer una desescalada en unas mínimas condiciones, aunque sigue estando lejos de lo que necesita el sector. De todas formas, y valorando positivamente la rectificación que ha hecho el Govern, hay que decir que con la vista puesta en la campaña de Navidad hará falta ampliar el horario como mínimo hasta las doce de la noche y revisar el toque de queda hasta la una de la madrugada. Todos queremos hacer esfuerzos para frenar la pandemia pero no se puede pedir a ningún empresario que su sacrificio sea hundirse. Por eso elaboramos esta propuesta que permite que los negocios de restauración puedan iniciar una desescalada asegurando unos ingresos mínimos. Llevamos meses acumulando pérdidas y deudas y con esta propuesta queremos dar a las empresas una solución Ahora mismo nadie piensa en ganar dinero, se piensa en no hundirse. Todos asumimos que este es un pésimo año, pero no podemos dar por bueno que la solución sea que las empresas se hundan. Hay que posibilitar que sean mínimamente viables. Por eso hay que flexibilizar las restricciones, no hay que alargar la agonía. Hay que tener en cuenta, además, que un negocio no se abre de un día para otro, los productos no aparecen de un día para otro, las empresas requieren una preparación y desde las administraciones deben demostrar más conocimiento del tema. Tenemos que ir a una desescalada que permita hacer una campaña de Navidad en las mejores condiciones posibles, la restauración no debe volverse a parar vaya como vaya la pandemia. La solución no pasa por el cierre de la restauración, como se ha demostrado.
¿Qué tipo de ayudas serían necesarias para salvar el año?
Hay que abrir en condiciones, evitar la idea de cerrar en el futuro y hace una reflexión sobre las cargas impositivas. En este momento, quien necesita dinero son las empresas, no la administración. Sabemos que en esta situación todo el mundo ha de perder, pero deben haber moratorias en el pago a los bancos y un reparto de las pérdidas entre todos los sectores implicados.
¿Cuántas empresas han cerrado y cuando están en riesgo de cerrar?
En Barcelona, el 20 % de la empresas ha cerrado de manera definitiva, el 10 % de las cuales antes de este último cierre precipitado. Pero creemos que esta pandemia se llevará por delante un 35 % de las empresas de restauración de Barcelona, por decisiones tan equivocadas como las de este cierre precipitado. A esto hay que unir que habrá un paro crónico durante una larga temporada. De las decisiones que se tomen ahora va a depender que la crisis en el sector dure más de una década en la ciudad.
Los servicios de comida para llevar ¿permiten sobrevivir a algunas empresas?
Es economía de guerra, de subsistencia. En periodos de normalidad, el delivery es residual en este sector. No somos un oficio de comer para llevar, somos de recibir a la gente. Es una solución desesperada para un sector agotado, pero no supone una compensación alguna ya que puede suponer entre un 15 % o un 20 % de la facturación total. Y eso en los casos que vaya bien.
¿Por qué en Catalunya se cierra la restauración y en Madrid no?
En este caso, Madrid ha acertado en la lucha contra la pandemia y ha demostrado que una lucha no excluye la otra. Ha afrontado al mismo tiempo las dos crisis, la económica y la sanitaria. Ahora se constata que la estrategia madrileña ha funcionado. Y me sabe mal decirlo, porque me hubiera gustado que el acierto hubiera sido nuestro. Van un poco mejor que nosotros, aunque la evolución haya sido idéntica lo han hecho sin causar un daño letal a la restauración. Hay que ser humilde y copiar los modelos que funcionan.
¿La nueva situación de las terrazas es algo que ha venido para quedarse cuando acabe esto volverán las limitaciones?
El Ayuntamiento adoptó una decisión, a instancias del Gremi de Restauración. La aparición de las nuevas terrazas y la reducción de las tasas han sido, probablemente, las medidas de apoyo más eficientes para la restauración. Además, las terrazas han venido para quedarse. Son medidas más eficientes que han contribuido a salvar cientos de empresas. Nuestra valoración respecto a esto es muy positiva.
¿Cómo afronta el sector la campaña de Navidad? ¿cree que para entonces la situación se habrá normalizado un poco?
Si las condiciones de apertura no se modifican, no habrá campaña de Navidad. Se condena a la irrelevancia la campaña. Estoy convencido de que el Departamento de Salud es consciente de que no nos podemos permitir que la única campaña que puede salvar mínimamente los muebles no se pueda hacer. Las celebraciones familiares se van a llevar a cabo igualmente y no hay destino más seguro que dirigir a estos consumidores a los locales de restauración que tienen condiciones y en los que sus responsables están para que las normas se cumplan.
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