La contaminación atmosférica le cuesta a cada español más de 1.000 euros al año
Un estudio ha analizado la situación en 432 ciudades europeas, y en España, Barcelona es la ciudad donde la contaminación resulta más cara para los ciudadanos, seguida de Guadalajara y Madrid.
El coste que la contaminación supone para cada ciudadano europeo al año supera los 1.200 euros anuales de media, aunque hay sensible variaciones según el país. En España, este coste por persona se reduce hasta poco menos de 1.000 euros. Así se desprende de un estudio llevado a cabo en 432 ciudades de toda Europa por la Alianza Europea de Salud Pública (EPHA, por sus siglas en inglés).
El estudio, titulado 'Los costes sanitarios de la contaminación atmosférica en las ciudades europeas y la vinculación con el transporte', cuantifica el daño que la toxicidad del aire causa en la salud de las personas y el coste que los tratamientos que deben recibir por ese daño suponen para las arcas públicas.
Los investigadores han tenido en cuenta a la hora de realizar el análisis los tres contaminantes que existen en el aire y que causan la mayoría de las enfermedades y muertes: partículas en suspensión, el ozono (O₃) y el dióxido de nitrógeno (NO₂).
Además, a la hora de calcular los costes totales, el estudio ha tenido en cuenta variables como el valor monetario de una muerte prematura por contaminación, el coste en jornadas laborables perdidas y el coste en tratamientos sanitarios. Hay que tener en cuenta que cada año en Europa muere alrededor de medio millón de personas por enfermedades directamente relacionadas con la contaminación del aire, según las estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
EL CASO ESPAÑOL
En España se analizaron 48 ciudades, siendo Madrid y Barcelona las que encabezan el ranking de las ciudades que más gastan en relación a la contaminación del aire. En coste absoluto, se calcula que a la ciudad de Madrid la contaminación del aire le supone un coste de 3.383 millones de euros, lo que la sitúa en el noveno puesto de toda Europa, mientras que en el caso de Barcelona esta cifra se reduce hasta los 2.020 millones de euros, quedándose en el decimoséptimo puesto europeo.. Valencia se sitúa en tercera posición con algo más de 670 millones, seguidas de Zaragoza (522 millones) y Palma de Mallorca (412 millones).
La situación varía si se analiza el coste por habitante. En este caso, Barcelona pasa a encabezar el ranking, con un coste de 1.256 euros por habitante y año, seguida de Guadalajara, con 1.183, y Madrid, con 1.069 euros. Hay que destacar el caso de Santa Cruz de Tenerife, la última no solo en el ranking español, también en el de todas las ciudades analizadas., con un coste de 382 euros por habitante y año.
EUROPA
Para las 432 ciudades analizadas, que suponen una población total de 130 millones de habitantes, los costos sociales cuantificados superaron los 166.000 millones de euros en 2018.
En términos absolutos, Londres es la ciudad con costos sociales más altos. En 2018, la pérdida de bienestar de sus 8,8 millones de habitantes totalizó 11.380 millones de euros. A Londres le sigue Bucarest, con una pérdida anual de bienestar de 6.350 millones de euros, Berlín (5.240 millones), Varsovia (4.220 millones) y Roma (4.110 millones)
El tamaño de la ciudad es un factor clave que contribuyen a los costes sociales totales: todas las ciudades con una población superior a 1 millón figuran en el top de las 25 ciudades principales con los costos sociales más altos debido a la contaminación del aire.
RECOMENDACIONES
Los autores del estudio hacen especial hincapié en la necesidad de introducir cambios en los hábitos del transporte. Según sus recomendaciones, un pequeño cambio puede marcar diferencias sustanciales. Por ejemplo, un aumento de apenas el 1 % en el tiempo medio del trayecto al trabajo aumenta los costes por las emisiones de manera importante. O un 1 % más de automóviles en la vía pública supone un aumento del coste general del gasto por la contaminación del 0,5 %.
Por ello consideran que la reducción de la contaminación atmosférica en las ciudades debe ser una de las prioridades de las autoridades ya que es una de las claves para reducir de manera considerable los costes asociados a este tipo de contaminación.
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