Ganaderos gallegos apuestan por el "modelo asturiano" para conservar el lobo
Representantes de Unións Agrarias, la Asociación para la Conservación y Estudio del Lobo Ibérico y de la organización Grupo Lobo Galicia, ligada al colectivo ‘Censo Lobo Ibérico’, atienden a Galiciapress en esta segunda entrega sobre la situación del lobo ibérico en Galicia y desgranan el plan de conservación asturiano que estudian exportar otras autonomías, así como los presuntos fraudes existentes que engordan la cifra de ataques de lobo a los rebaños.
Representantes de Unións Agrarias, la Asociación para la Conservación y Estudio del Lobo Ibérico y de la organización Grupo Lobo Galicia, ligada al colectivo ‘Censo Lobo Ibérico’, atienden a Galiciapress en esta segunda entrega sobre la situación del lobo ibérico en Galicia y desgranan el plan de conservación asturiano que estudian exportar otras autonomías, así como los presuntos fraudes existentes que engordan la cifra de ataques de lobo a los rebaños.
Mientras desde el sindicato destacan la importancia de la caza para el control poblacional, los grupos ecologistas, que señalan, como en la primera entrega, que el impacto sobre la ganadería en Galicia es mínimo, abogan por otros métodos y por incluir al lobo en el LESPE para dotarlo de más protección.
Con el debate sobre la inclusión o no del lobo ibérico en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (LESPE) todavía encima de la mesa, el principal punto diferencial para que esto no se produzca es la incidencia del animal sobre la ganadería, algo que preocupa a los gobiernos de Galicia, Asturias, Cantabria y Castilla y León, encargados de paralizar, al menos momentáneamente, esta propuesta para blindar al lobo en el norte peninsular.
Las administraciones regionales cruzan reproches con el Gobierno de España, al que acusan de no querer dialogar. Entre medias, cazadores, ganaderos y ecologistas se enfrentan en debates sobre si entre la población del lobo es necesario aplicar un control cinegético, algo que no se da al sur del Duero, donde la caza de estos ejemplares acarrea importantes sanciones.
“LA CAZA ES EL SISTEMA QUE UTILIAZA LA NATURALEZA”
En Unións Agrarias, donde celebran que se paralice la propuesta, recalcan que, ante todo, la prioridad es “conservar la especie”. “Esto solo se puede lograr si se actúa de manera inteligente para garantizar su presencia en la naturaleza, compatible con la actividad ganadera, que cuida nuestro medio ambiente”, destaca Xacobo Feijoo, responsable de Desenvolvemento Rural en UU.AA. En la misma línea, la presencia del lobo en los montes gallegos es un factor diferencial “en la prevención de los incendios forestales por su gestión territorial”, además de que con el lobo se producen “alimentos seguros, de calidad superior”.
Sin embargo, más allá de la etiqueta que se le ponga a la especie en un catálogo nacional, desde Unións Agrarias defienden la actuación contra el lobo por medio de la caza, “una herramienta de gestión”, “cuando sea necesario” y siempre “mediante criterios científicos y técnicos”. La caza, para UU.AA., sigue siendo “una necesidad para equilibrar la población de fauna salvaje” y valoran que es importante hacer una diferenciación para no mezclar en la gestión “ideologías ni elementos demagógicos”. “Después de todo es el sistema que utiliza la naturaleza: el lobo caza, el zorro caza, el jabalí caza, las aves cazan, los reptiles cazan… Y el ser humano tiene que cazar en determinadas circunstancias”, puntualiza Feijoo.
“Nos vale el modelo asturiano: allí donde hay ataques recurrentes, manadas o ejemplares problemáticos, se autoriza una acción puntual de caza que ejecutan guardias del Principado mediante esperas”, esgrime Feijoo, que también defiende métodos quirúrgicos para el control de la especie, algo que ha lograr el control de “hasta 60 ejemplares en un año en Asturias, sin que la especie esté en absoluto amenazada”.
¿CÓMO FUNCIONA EL MODELO ASTURIANO?
Este modelo, el asturiano, es el que más éxito ha tenido entre las administraciones en lo que a aplausos se refiere. Pero, ¿en qué consiste exactamente? En la teoría, este plan de conservación deja la puerta abierta a la caza del lobo ibérico si se registran casos de ataques del lobo a ganados o manadas que hayan podido causar problemas en el desarrollo de la actividad humana. Para los grupos animalistas, este método no es más que un “modelo a la carta de los lobbys cazadores y ganaderos” para convertir estas cacerías, que deberían aplicarse puntualmente, en la norma general.
Los gobiernos, temerosos de que la entrada del lobo en el LESPE suponga un riesgo para la ganadería extensiva, tan presente en las cuatro comunidades autónomas reacias a su incorporación, hacen hincapié en que sus planes de gestión han logrado “una información fiable y continua de lo que sucede con la evolución de las poblaciones, con los daños a la ganadería y con la conflictividad social asociada a su gestión”.
Como réplica, desde el Fondo para la Protección de los Animales Salvajes (FAPAS) denuncian que falsear ataques al ganado se ha convertido en una práctica recurrente por parte de algunos ganaderos. “Una planificación de pagos de administraciones como la de Asturias, que hace política con el lobo, ha convertido los daños de lobos al ganado equino de hasta un año de edad en un fabuloso fraude”, lamentan, a la vez que piden más controles y un peritaje más estricto para que se sepa a ciencia cierta cuantas muertes del ganado corresponden a ataques de animales salvajes y no engordar falsamente las estadísticas que acaban determinando dónde se abre la veda del lobo.
Pero no solo los grupos ecologistas se oponen al modelo asturiano. Hugo Morán, secretario de estado de Medioambiente, tildó de “fracaso” la política asturiana al respecto y trasladó los criterios científicos que indican la necesidad de cambiar al lobo ibérico de categoría y dotarlo de una mayor protección.
UN IMPACTO “INSIGNIFICANTE ESTADÍSTICAMENTE”
La lectura que hacen las plataformas ecologistas al respecto es diametralmente distinta. Desde ASCEL, pioneros a nivel estatal a la hora de reclamar más protección para la especie, tachan el impacto del lobo en el rural gallego en estos momentos de ser “no significativa estadísticamente”.
“Los daños, aun computando los inciertos, no son reseñables con respecto a la producción agroganadera, ni en número ni en porcentaje de renta”, insisten, y regresan al argumento de FAPAS: “El lobo puede aprovechar animales muertos por otras causas, incluso naturales, y entre esas otras causas, pueden darse ataques de perros incontrolados (definidos como los perros con propietario identificable o no, que deambulan sin control en el espacio y en el tiempo)”.
De este modo, admiten que el fraude “no es descartable”. “Es muy importante reseñar que la PAC financia a los agricultores o ganaderos para sustentar el medio, y el medio incluye y precisa lobos”, recuerdan.
En cambio, para Unións Agrarias esta postura es fruto “del desconocimiento más absoluto de la realidad”. “El único interés que se me ocurre que podría haber sería para cobrar una indemnización. Pero el procedimiento que se sigue en las Comisiones de Valoración de los daños del lobo es rigurosísimo a día de hoy, llegando hasta pruebas de ADN en caso de duda”, argumenta Feijoo. De hecho, invierte el manifiesto de los ecologistas y señala que “hay daños que no se denuncian” y otros “que se denuncian y que, por rigurosidad del procedimiento, quedan excluidos de la ayuda, aun siendo reales”.
UN RURAL QUE “AGONIZA” Y CON “PROBLEMAS MAYORES”
En el Grupo Lobo Galicia, vinculado a la plataforma ‘Censo Lobo Ibérico’, despejan las dudas del impacto “tanto económico como emocional que el lobo produce en las explotaciones gallegas”, si bien subrayan que en la comunidad “existe un margen de mejora muy importante en cuanto a la apuesta de trabajo orientada hacia la adopción de medidas preventivas en las explotaciones”.
Jesús Criado, coordinador de la organización en Galicia, considera es fundamental “aprender a convivir con los lobos”. “Creo que es más importante y rentable la inversión en ayudas públicas encaminadas a la implementación de medidas preventivas que las actuales políticas de pago por daños con independencia de tener esas medidas preventivas en las explotaciones”, expone Criado, que además, recalca que se trata de algo “ilegal”. “El plan de Gestión del lobo es muy claro al respecto y apunta que se denegarán o minorizarán los pagos por daños a aquellas explotaciones carentes de medidas preventivas”.
Por otra parte, sobre los presuntos fraudes, matiza que si bien algunos ataques de perros se achacan injustamente al lobo, manifiesta que un elemento diferenciador sería “reconocer los ataques como de cánido y pagar inicialmente esos ataques con independencia de que fuesen de lobo o perro y pagar esas indemnizaciones de una manera mucho más ágil de lo que se realiza en la actualidad”. “Sería necesario realizar estudios de seguimiento de esas explotaciones con daños recurrentes, porque el verdadero problema son los daños recurrentes y ver quién o qué está provocando esos daños y ver qué se puede mejorar en las medidas preventivas adoptadas”, afirma Criado.
“En el caso del rural gallego llueve sobre mojado: mueren más animales en la explotación que los que mueren por ataques”, critica Criado, que ve en lobo un chivo expiatorio “de un rural que agoniza debido a problemas mucho más graves como los bajos salarios, provocados por los bajos precios de los productos, o la falta de relevo generacional”.
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