14F. Puigdemont quiere el control total de un nuevo 'procés' porque no existe una vía "indolora hacía la independencia"
Sobre tres ejes trabajan los que conducen el procés : un embate político de primer nivel desde las instituciones (JxCAT y la CUP, por ejemplo, plantean en sus programas adoptar la desobediencia institucional), el control de las plataformas cívicas, civiles, culturales y deportivas, y además, una guerra sin cuartel para dominar las movilizaciones en las calles y desestabilizar al Estado y a los rivales
Sobre tres ejes trabajan los que conducen el procés : un embate político de primer nivel desde las instituciones (JxCAT y la CUP, por ejemplo, plantean en sus programas adoptar la desobediencia institucional), el control de las plataformas cívicas, civiles, culturales y deportivas, y además, una guerra sin cuartel para dominar las movilizaciones en las calles y desestabilizar al Estado y a los rivales.
@EP
Es una ofensiva institucional, cívica y social. El Barça, el Ateneu, la Universidad de Barcelona, los colegios oficiales de Médicos, de Abogados, Economistas, Arquitectos, Psicólogos o de Informática son algunas de las entidades que el independentismo y sus tentáculos quieren gestionar.
Los propios independentistas reconocen que o se moviliza al 100% su electorado o puede comenzar a cavarse la tumba política del separatismo si tras el 14-F no hay un frente soberanista en la Generalitat. Los principales líderes independentistas añaden leña al fuego para contrarrestar el voto constitucionalista, concentrado en el socialista, Salvador Illa.
Y en esa ofensiva sin cuartel , Carles Puigdemont, se ha propuesto como objetivo dar de nuevo el 'sorpaso' y ganar en votos a su principal rival, ERC y se dedica a fraguar un gran plan de control de la calle, barriendo a organizaciones ya arraigadas como la ANC u Òmnium Cultural. De hecho, el plan de Puigdemont es convertir su Consell per la República en una herramienta que tome el lugar de las organizaciones cívicas que han movido la calle hasta ahora.
El líder de Junts reclama que, en la nueva etapa, todo el protagonismo recaiga en su Consell, que deberá controlar la calle en lugar de la ANC y de Òmnium, organizaciones más transversales y esquivas a someterse a un solo partido y así prepararse para una dura confrontación con el Estado.
Y por ello en un documento de 55 páginas elaborado por el propio Consell per la República bajo el lema 'Preparémonos'se afirma que "la vía indolora, de buen grado, no existe. El Estado no la quiere. Seamos el 40% o seamos el 60 o el 70%. Al final, después de un embate institucional y popular gestionado con éxito, es posible que se abra una fase de negociación. Pero para llegar con éxito a una negociación necesitaremos poner en marcha y gestionar con inteligencia, persistencia y paciencia la fase de desbordamiento democrático".
Este documento afirma contundentemente que el Consell "ha de liderar políticamente el movimiento independentista y asumir la preparación de estructuras para el nuevo Estado en un contexto seguro". Esta labor estará coordinada con la "resistencia institucional ante los ataques del Estado". Luego, "las instituciones del país han de estar atentas a la movilización ciudadana impulsada por las entidades soberanistas y la labor del Consell per la República, a quien corresponde articular la fuerza del tejido social, cívico y económico del país, con unas estructuras políticas que, cuando haga falta, hagan la labor que no pueden llevar a cabo las instituciones estatutarias".
El papel de 'guardianes' del 'procés' que se habían autoatribuido las entidades cívicas será traspasado, pues, al Consell, que preside el propio Puigdemont. Y se neceista someter a las entidades cívicas a su estrategia" según este documento porque "necesitamos vehicular la fuerza de la movilización de la sociedad en la fuerza de una acción política institucional leal. No se puede entender un proceso de independencia en el que el Gobierno que lo ha de liderar no mantenga una actitud partidaria de la confrontación".
En el capítulo en el que se habla abiertamente de confrontación, el Consell asegura que la "revuelta democrática para materializar la República Catalana" consistirá "en una sucesión y extensión de acciones institucionales, políticas y de los movimientos sociales que, en una gradación de estrategias encadenadas, ha de llevar al Estado a una situación de desbordamiento democrático".
Esta estrategia se complementa con el asalto a instituciones de todo tipo. Si el año pasado cayeron bajo el control del independentismo instituciones como la Cámara de Comercio de Barcelona o el rectorado de la Universidad de Barcelona, este mes de febrero se prepara el 'asalto' a la patronal Pimec, para cumplir el viejo sueño soberanista de controlar a uno de los agentes sociales y llevar la 'confrontación democrática' al terreno laboral y empresarial. El encargado se pilotar esa operación será el vicepresidente de la Cámara de Comercio de Barcelona, Pere Barrios, que el 23 de febrero aspira a sustituir al veterano Josep González al frente de la segunda patronal catalana.
Su punto de mira está puesto también en conseguir ganar la presidencia del FC Barcelona, que serviría como altavoz a las reivindicaciones soberanistas con dos candidaturas: la encabezada por el expresidente Joan Laporta y la encabezada por Víctor Font, que ya viajó a Bruselas para recibir el visto bueno de Puigdemont, que, por si acaso, también recibió a Joan Laporta, el otro de los candidatos a liderar el club azulgrana.
Pero no pierden de vista las elecciones en cinco de los más potentes colegios profesionales en los próximos meses: se trata de los mediáticos colegios de Abogados, de Médicos, de Psicólogos, de Arquitectos, de Economistas y de Informática. Los colegios, como instituciones sectoriales, son herramientas extraordinariamente importantes para el independentismo, que promueve desposeerlas de la neutralidad exigible para llevarlas al fango de la lucha partidista.
El soberanismo consiguió otro hito: hacerse con la junta del Ateneu barcelonés, una de las entidades cívicas más prestigiosas de la capital catalana, que cuenta con la biblioteca civil privada más importante de Catalunya, con 250.000 documentos, 20 incunables, 50 títulos manuscritos y 3.000 libros antiguos. La única candidatura que se presentó a esas elecciones fue la encabezada por Isona Passola, que es también presidenta de la Academia de Cine Catalán y que es una activista independentista de primera línea .
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