Javier Zarzalejos (PPE): "España empieza a generar demasiado ruido alrededor de su imagen y eso nos resta credibilidad"
El europarlamentario popular "ve bastante probable" que los políticos catalanes exiliados acaben perdiendo la protección del hemiciclo europeo. Sin embargo, hay muchas más preguntas: ¿Extraditarán a Puigdemont si pierde la inmunidad? ¿Cómo valora los resultados del 14F? ¿Y la decisión de abandonar Génova? ¿Cómo ven en Europa los disturbios que se han vivido en Barcelona? A continuación, todas las respuestas:
CatalunyaPress entrevista al político Javier Zarzalejos, diputado del Partido Popular en Bruselas y responsable de impulsar la reforma de las euroordenes en la Unión Europea, antes que el Parlamento Europeo decida sobre la inmunidad de Puigdemont, Comín y Ponsatí el próximo 8 de marzo. El europarlamentario popular "ve bastante probable" que los políticos catalanes exiliados acaben perdiendo la protección del hemiciclo europeo. Sin embargo, hay muchas más preguntas: ¿Extraditarán a Puigdemont si pierde la inmunidad? ¿Cómo valora los resultados del 14F? ¿Y la decisión de abandonar Génova? ¿Cómo ven en Europa los disturbios que se han vivido en Barcelona? A continuación, todas las respuestas:
Javier Zarzalejos
¿Cómo creen que se va a resolver el proceso sobre la inmunidad de Puigdemont, Comín y Ponsatí en el Parlamento Europeo?
Aún se tiene que votar. Pero a juzgar por lo que han sido los votos en la Comisión de Asuntos Jurídicos, parece bastante probable que el Pleno decidirá el levantamiento de la inmunidad. En este momento es la previsión que podemos hacer.
¿Contarán con el apoyo de los socialistas europeos?
Los socialistas ya se pronunciaron en la Comisión de Asuntos Jurídicos, apoyando el informe que pedía el levantamiento de la inmunidad. De modo que creo que su posición se mantendrá en el pleno. No hay por qué pensar lo contrario.
Además de levantar la inmunidad, ¿sería necesario modificar el procedimiento de euroorden para que sean juzgados en España?
No hay que reformar el procedimiento de la euroorden para que sean juzgados. Yo fui el ponente de la mesa de esa petición [sobre la euroorden] para que delitos como la rebelión o la sedición no requieran lo que se llama el control de la doble incriminación, es decir, ver hasta qué punto existe una equivalencia genérica entre los delitos de sedición y rebelión en España y los mismos delitos en otros países europeos. Sin embargo, si se levanta la inmunidad, la euroorden ya se ha emitido y aunque en este momento esté en suspenso, se reactivará y se reiniciará el procedimiento hasta que llegue el fallo de los tribunales belgas para Comín y Puigdemont y del tribunal escocés para Ponsatí.
¿Les preocupa que se vuelva a activar la euroorden y, como en el caso alemán, sólo entreguen a Puigdemont por malversación?
Bueno, es posible que se pudiera dar. Hay un precedente que es el del Tribunal de Schleswig-Holstein, que aceptó la entrega por malversación, como se puede recordar, y el instructor Llarena la rechazó porque entendía que los cargos eran suficientemente graves como para que pudiera ser juzgado por los otros dos delitos. Lo que sí podemos decir es que en este momento la argumentación que ha utilizado el Tribunal belga para no entregar a Lluís Puig va a ser mucho más difícil de aplicar para los casos de Puigdemont, Comín y Ponsatí. No cabe duda de que son personas aforadas y por tanto, el tribunal competente para juzgarlas es el Tribunal Supremo. Y por otra parte es importante el pronunciamiento del Parlamento Europeo, donde se asegura que no se ha apreciado persecución política o falta de garantías en el caso de Puigdemont.
Por tanto, los dos argumentos en que se basó el Tribunal belga para negar la entrega de Lluís Puig están seriamente comprometidos en el caso de Puigdemont y Comín. Si pudiera haber algún debate jurídico sobre la competencia del Tribunal Supremo (TS), el hecho de que Puigdemont y Comín sean diputados, los lleva directamente al aforamiento y por tanto, la competencia pasa al TS.
¿Les preocupa que la divergencia de los criterios judiciales entre los países de la UE pueda dañar la unidad europea?
Bueno, hay que explicarlo porque efectivamente es un tema políticamente sensible y nadie lo puede negar. Pero claro, lo que hay que empezar por explicar es lo que realmente es, digamos extravagante o singular, o único, o absolutamente excepcional en Europa. Y no es el Código Penal español, porque lo que contempla el Código Penal español, en definitiva, también está penado en otros países, como los ataques a la Constitución.
Lo que realmente es excepcional en Europa es que un gobierno, utilizando poderes públicos, organice un referéndum para conseguir la secesión. En eso sí que no hay precedentes en Europa.. Entonces, la singularidad no es lo que dice el Código Penal español, que está ahí desde hace ya unos cuantos años y desde luego, mucho antes que se pensara que alguien pudiera realizar un referéndum en Catalunya para conseguir la secesión. La singularidad es el comportamiento de los independentistas. Además, que se haya planteado desde el gobierno catalán, es decir, desde el poder público.
El resultado del 14F lo que hace es clavar unos clavos más en esa Catalunya que se encuentra instalada en una profunda crisis económica, política y social
Cambiando de tema, ¿Cómo valoran los resultados del 14F? Los independentistas consiguieron ampliar su mayoría…
Ha habido un factor muy determinante: la abstención, que además ha sido una abstención muy asimétrica que ha afectado a segmentos de población muy concretos. De todas formas los resultados, con un refuerzo del independentismo y con una caída de lo que se podría denominar constitucionalismo, pues son malos, al margen que haya partidos que tengan motivos para celebraciones internas en conjunto. Es un resultado malo que lo que hace es clavar unos clavos más en esa Catalunya que se encuentra instalada en una profunda crisis económica, política y social. Y es muy difícil pensar que un gobierno en el que previsiblemente se encuentre la CUP, un gobierno abiertamente independentista, pueda liderar el retorno de Catalunya hacia la estabilidad. Y en este momento, lo que necesita Cataluña es una gran tarea de reconstrucción cívica y de reconstrucción económica. En este sentido, son unos resultados muy preocupantes.
¿Y cómo interpretan el auge de Vox?
Es un mal síntoma, pero que entra dentro de la lógica de la polarización. La política catalana está asentada en la polarización y los que ganan suelen ser los extremos. Sin embargo, salir de esta polarización no es una decisión que corresponda a un partido, o a un sector, es una actitud que debería adoptar la sociedad catalana. Si se quiere profundizar en la quiebra interna de la sociedad, quienes se moverán con más comodidad son los extremos; los que creen que la política es estar permanentemente indignados; los que aportan soluciones rápidas y emocionales.
Por eso hemos visto cosas tan curiosas como al candidato de VOX diciendo que se presentaba para liderar el Parlamento de Cataluña con la intención de acabar con las autonomías. Esto es la antipolítica, y aunque existan muchas explicaciones para justificar la indignación o el hartazgo, la realidad es esta y es una mala noticia.
¿Cuál debería ser la posición del Partido Popular respecto a Vox?
El Partido Popular tiene que seguir aspirando a ser no solamente el principal partido en la ámbito del centro derecha, que ya lo es -- y yo creo que lo va a seguir siendo a pesar de las pretensiones de sorpasso -- sino que tiene que aspirar a algo más grande que agrupe al centroderecha y al centro. Y ese proceso de integración nunca se hace desde los extremos.
Están volviendo las políticas populistas, identitarias, e incluso un nacionalismo español que realmente no convence mucho. Por tanto, yo creo que el partido popular tiene que ser más explícito y convertir su discurso en algo más que una posición o una actitud, convertirla en un proyecto político. Eso es en este momento el mayor desafío que tenemos por delante.
Si el Partido Popular convenciera a la cúpula de Ciudadanos para un acuerdo pero no a sus votantes, no serviría de nada.
¿La reunificación del centro-derecha podría llegar con una gran coalición con Ciudadanos?
Yo soy algo escéptico con este asunto. Creo que la clave no es tanto los entendimientos que pueda haber entre las cúpulas de los partidos, que siempre son complicados, sino en la apelación a los electorados no descarto que pueda haber un acuerdo con Ciudadanos con un contexto concreto, como los ha habido ya en algunas elecciones, pero no es la solución.
La materia de la política son los votantes, y es a ellos a los que tiene que dirigirse el Partido Popular. Si el Partido Popular convenciera a la cúpula de Ciudadanos para un acuerdo pero no a sus votantes, no serviría de nada.
¿Cómo valoran la decisión de abandonar Génova?
Es una decisión de la que se venía hablando hace ya mucho tiempo. Yo no tengo un especial apego a la sede de Génova, una sede no es un monumento. Por tanto, me parece que entra dentro de las decisiones que la dirección del PP puede tomar. Además, el hecho de que esté siendo investigada por su reforma o financiación, le añade una sombra simbólica, así que comprendo que haya llevado a la dirección a tomar esta decisión. Pero es evidente que una sola decisión por sí misma no resuelve aquellas dudas o problemas que se quieren y que se tiene que resolver. Por tanto, está bien, pero hay que darle el alcance que tiene.
¿Cómo se ven desde Europa los disturbios que están ocurriendo en Barcelona y otras ciudades españolas?
En Europa tampoco están todo el día pendientes de lo que pasa en España, casi diría que afortunadamente. Pero es verdad que España está generando ya demasiado ruido. Estos incidentes verdaderamente salvajes en Cataluña son una ilustración más de lo que está pasando en España, donde hay una coalición de Gobierno que no está particularmente bien afinada. Las reformas que se están pidiendo no salen adelante y hay un deterioro institucional en buena medida promovido desde fuerzas dentro del Gobierno.
España empieza a tener ya insisto, demasiado ruido alrededor de su imagen como país y eso nos resta credibilidad, nos resta atractivo. Tenemos por delante una tarea de reconstrucción económica que va a ser ingente, y donde vamos a tener que atraer inversiones, que atraer credibilidad y atraer confianza. Y naturalmente, yo creo que esto nos debería llevar a plantearnos seriamente cuál es la dirección que está tomando el país en muchos terrenos.
Corremos el riesgo de acabar como en Bienvenido Mr. Marshall
¿Una mala gestión podría poner en riesgo los fondos europeos?
Si claro, hay riesgo de que haya proyectos que no se aprueben, y también que haya pagos o desembolsos por parte de la Unión que se paralicen. Sí hay riesgos, y no tanto que España no vaya a percibir fondo, si no que todo ese proceso sea mucho más accidentado y mucho menos eficiente.
No podemos quedarnos sentados esperando que llegue el dinero de Bruselas. El dinero de Bruselas exige una actitud extraordinariamente proactiva, exige mucha imaginación y va a exigir mucha colaboración público-privada. Si no, corremos el riesgo de que este plan acabe como en Bienvenido Mr. Marshall y que España, además de sufrir el daño económico de unos fondos que no se pueden aprovechar, también acabe con un tremendo daño reputacional.
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