Un estudio refuerza la teoría de que el Covid-19 podría haber escapado de un laboratorio
El prestigioso científico Nicholas Wade, también columnista de The New York Times, ha resucitado la teoría de que el Covid-19 puede haber sido creado en un laboratorio. Y esta vez no se ha basado en habladurías, sino en datos.
El prestigioso científico Nicholas Wade, también columnista de The New York Times, ha resucitado la teoría de que el Covid-19 puede haber sido creado en un laboratorio. Y esta vez no se ha basado en habladurías, sino en datos.
Wade ha dedicado los últimos meses a intentar responder una de las preguntas que más se ha hecho la humanidad en los últimos meses, ¿de dónde vino el SARS-COV-2? De momento, la teoría más aceptada es que el virus pasó de los murciélagos a los humanos, igual que su hermano menor el SARS1. La otra, que escapó del Instituto de Virología de Wuhan durante un experimento.
Coronavirus @ep
Hasta ahora la teoría que apunta a que el Covid-19 no tiene un origen humano no ha sido demasiado bien vista por la comunidad científica: "Nos unimos para condenar enérgicamente las teorías de la conspiración que sugieren que el COVID-19 no tiene un origen natural", escribió un grupo de virólogos y otros en The Lancet el 19 de febrero de 2020. Los científicos “concluyen abrumadoramente que este coronavirus se originó en la vida silvestre”.
Más tarde se conoció que la carta de Lancet había sido organizada y redactada por Peter Daszak , presidente de EcoHealth Alliance, con sede en la ciudad de Nueva York. Y hay un claro conflicto de intereses, porque Daszak financió la investigación del coronavirus en el Instituto de Virología de Wuhan. Si el Covid-19 se hubiera escapado de la investigación que él financió, Daszak podría ser culpable.
LABORATORIOS DE VIRUS
Tal y como explica Nicholas Wade, "los virólogos tienen un interés significativo en la cuestión del origen porque durante años han aumentado el peligro de los virus naturales en sus laboratorios. Su razón fundamental es que podrían adelantarse a la naturaleza al descubrir los pocos ajustes que permitirán que un virus animal infecte a los humanos. Este conocimiento, argumentaron, ayudaría a predecir y prevenir pandemias". Sin embargo, puede haber provocado todo lo contrario.
"Si de hecho uno de estos virus mejorados es la causa de la pandemia de COVID-19, los virólogos en todas partes, no solo en China, tendrán mucho que explicar. "Haría añicos el edificio científico de arriba abajo", afirmó el editor de MIT Technology Review, Antonio Regalado, en marzo de 2020.
Los virólogos del Instituto de Virología de Wuhan en China estaban haciendo exactamente este tipo de experimentos. El programa fue dirigido por la Dra. Zheng-li Shi, conocida como Bat Lady en China debido a su intenso interés en los virus de los murciélagos. Esta peculiar doctora había recolectado muchos coronavirus de cuevas en Yunnan en el sur de China y los encerró en su laboratorio.
Su investigación se centró en las proteínas de pico que taponan la superficie del virus y se adhieren a sus células objetivo. Las modificó genéticamente para encontrar formas del virus que atacaran de forma más eficaz a los humanos. Hacía sus investigaciones en cultivos de células humanas y en ratones humanizados (diseádos genéticamente para asimilar los virus como lo harían los humanos).
"Está claro que el Instituto de Virología de Wuhan estaba construyendo sistemáticamente nuevos coronavirus quiméricos y estaba evaluando su capacidad para infectar células humanas y ratones que expresan ACE2 humano", explica Richard H. Ebright, biólogo molecular de la Universidad de Rutgers y experto líder en bioseguridad, a Nicholas Wade.
¿Y cómo Wade ha podido saber con certeza que esto es lo que estaba haciendo Shi? Porque, por un extraño giro en la historia, fue financiada por subvenciones de los Institutos Nacionales de Salud, canalizadas a través de Daszak. Y estas propuestas de subvención, un asunto de dominio público, detallan exactamente qué experimentos planeaba hacer.
POCA SEGURIDAD
Nicholas Wade explica que en el laboratorio de Wuhan "no solo estaban generando virus peligrosos, sino que lo estaban haciendo en condiciones posiblemente inseguras. Hay muchas fotos en Internet de Shi trabajando con un traje de burbuja en el laboratorio de seguridad de más alto nivel, conocido como BSL4".
"Pero es difícil trabajar en estos laboratorios, y todo su trabajo sobre el coronavirus, ha dicho, se realizó con niveles de seguridad más bajos, incluido uno conocido como BSL2. Pero a pesar del elegante acrónimo, BSL2 no requiere mucho. Tienes que usar una bata de laboratorio y guantes, poner una advertencia de peligro biológico y eso es todo", apunta Wade en su estudio.
Por ello, el científico concluye que la teoría de que el virus se puede haber originado en ese laboratorio no son meras conjeturas, "se basa en el programa específico de investigación que se sabía que estaba llevando a cabo Shi, y en el hecho de que estaba trabajando en condiciones de seguridad mínimas, probablemente inadecuadas", sentencia.
EL ORIGEN NATURAL, CADA VEZ MÁS DISCUTIDO
En un artículo publicado en The New Yorker, Wade explica que la posibilidad de que el Covid-19 haya surgido de forma natural "parece menos probable cada mes". "Los virus que saltan de un animal huésped a los humanos suelen dejar un rastro de firmas en el entorno natural. Cuando el SARS1 saltó de los murciélagos a las civetas y a las personas en 2002, los investigadores pudieron rastrear con gran detalle cómo el virus mejoró su infectividad para las células humanas al obtener una mutación útil tras otra. En el caso del SARS2, nadie ha encontrado todavía ningún rastro de su existencia en el entorno natural", apunta.
"Las autoridades chinas tenían todos los incentivos para presentar tales pruebas a la Organización Mundial de la Salud cuando visitó Beijing en febrero de este año. Pero a pesar de una búsqueda presuntamente intensiva, no tenían nada que ofrecer", señala Wade en su estudio. No habían descubierto ninguna colonia de murciélagos infectada por el virus fuente, ningún animal huésped intermedio y ninguna población humana expuesta al virus a medida que ganaba fuerza", lamenta.
"El escenario de escape del laboratorio explica los hechos anteriores con mucha más facilidad que la emergencia natural. Entonces, preguntemos quién tiene la culpa, provisionalmente, si el virus se escapó de un laboratorio", concluye el estudio.
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