Foment calcula que las administraciones han dejado de invertir 35.000 millones en Catalunya
La patronal Foment del Treball ha elevado a 35.000 millones de euros el déficit inversor del Estado en Cataluña en infraestructuras entre 2009 y 2020, y ha reclamado que la inversión en esta materia consiga cada año el 2,2% del PIB catalán, unos 5.000 millones de euros, lejos del 0,7% de 2020. La patronal catalana ha presentado este lunes un informe sobre el déficit de inversión del Estado en infraestructuras en Cataluña, que, según sus cálculos, y tomando cómo a referencia el citado 2,2% del PIB, ha aumentado en 7.000 millones de euros en los últimos dos años (2019 y 2020). En los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2022, la dotación presupuestada para inversiones en Cataluña es de 2.230,74 millones de euros, el 17,2% del total de las inversiones que pueden regionalizarse.
Estación de la Sagrera /@EP
Foment del Treball cifra en 35.000 millones el déficit de inversiones en infraestructuras en Catalunya por parte de todas las administraciones entre 2013 y 2020. En una rueda de prensa, la patronal alerta de que aparte de una inversión insuficiente, la ejecución se queda corta. Así pues, en doce años la ejecución del Estado en Catalunya ha sido del 67,1%, acumulando un déficit aproximado de 3.070 millones y la del Gobierno ha sido del 77,1%, con 2.280 millones presupuestados pero no ejecutados.
Por otra parte, Foment denuncia la alteración de las cuentas con la aparición repetida de las mismas obras a lo largo de los años, como por ejemplo la variante de la N-340 en Vallirana que aparece durante 15 años en los presupuestos generales del Estado.
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REPETICIÓN DE INVERSIONES
La Comisión de Infraestructuras de la patronal ha analizado los datos de inversión pública del Estado en Catalunya entre 2013 y 2020 y ha constatado que en el apartado de infraestructuras el déficit se ha incrementado en 7.000 millones de euros. El informe presentado este lunes actualiza los datos hasta el 2018, que estimaban que el déficit era de 28.000 millones de euros.
Otra de las conclusiones, es que las cuentas acaban reflejando un volumen de inversión muy superior al real, al introducirse, año a año, inversiones que se retrasan y no se ejecutan.
Por ejemplo, en el caso del túnel de Vallirana, que ha sacado más de 20.000 camiones al día de la ciudad, la inversión final una vez liquidada la obra es de 167,39 millones de euros, pero, en cambio, las diferentes dotaciones presupuestarias que aparecen en las cuentas durante 15 años suman más de 900 millones de euros. El vicepresidente de Fomento y presidente de la Cámara Oficial de Contratistas de Obras de Catalunya (CCOC), Joaquim Llansó, ha denunciado en una rueda de prensa que "la repetición de las obras de manera recurrente altera y distorsiona los mismos presupuestos".
Los representantes de la patronal han puesto sobre la mesa la necesidad de utilizar sistemas de colaboración entre la administración y los contratistas para redactar los proyectos, poner precios lógicos y preseleccionar candidatos. Llansó ha recordado que la mayoría de "obras adjudicadas no tienen cláusulas de revisión de precios" lo que ahora complica la vida a los constructores, que se encuentran con aumentos de costes de entre el 30% y el 60%.
Estos incrementos de precios, son "inasumibles por la parte constructora y rompen el concepto de equilibrio contractual", ha denunciado, añadiendo que hay 189 expedientes licitados que han quedado desiertos en Catalunya en 2021.
EQUIPARACIÓN CON EL PIB
Aparte de esto, y para revertir una licitación pública "bajo mínimos" desde 2011 y una ejecución insuficiente, Foment reclama a los gobiernos que planteen unas inversiones recurrentes de 5.000 millones de euros anuales para llegar a una inversión en infraestructuras equivalente del 2,2% del PIB, que se planifique de forma realista. La patronal ha añadido que en 2020 la licitación de todas las administraciones públicas en Catalunya fue del 0,7% del PIB, muy por debajo de la media de los países desarrollados de la eurozona.
Desde 2004, la evolución de la inversión pública en España ha sido muy diferente antes y después de la crisis de 2008, con porcentajes del 4% o 5% del PIB previo al estallido de la burbuja inmobiliaria y entre '1,9% y el 2,6% en los años posteriores. Por el contrario, en los países más desarrollados de la zona euro, la inversión pública ha sido más estable, oscilando entre el 2,5% y el 3,5%.
En este sentido, la organización empresarial reiteró que las administraciones no están cumpliendo lo presupuestado y alertaron de que la inversión del Estado en Catalunya fue de tan sólo el 13,3% de lo que salía a las cuentas en el primero semestre de 2021, lo que hace "imposible" que la administración estatal llegue al 100% de la ejecución.
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