“Nómadas”, una novela sobre las dificultades de la aculturación en España de adolescentes de origen africano
Molinero insiste en este mismo género con “Nómadas” (Editorial Trampa), un relato que añade, a su carácter de novela biográfica, la peculiaridad de estar destinada fundamentalmente a un lector juvenil.
Jorge Molinero es un autor que ha sabido moverse con habilidad y excelente pluma en el género de la novela biográfica, tal como ha demostrado en sus dos primeras obras literarias que pertenecen justamente a este género: Toda la murete para dormir y La enfermera del desierto. La primera, sobre El Uali, el héroe nacional saharaui, un personaje próximo en el tiempo, pero desaparecido dramáticamente hace ya casi medio siglo; el segundo, en torno a la figura de la española Montserrat Aizcorbe, que siendo muy joven y con grave riesgo de su vida, se unió como enfermera al Frente Polisario cuando nuestro país abandonó el Sáhara y los naturales del país pusieron pies en polvorosa hacia la hamada argelina para escapar de la ocupación marroquí. Esta última, felizmente superviviente.
Molinero insiste en este mismo género con “Nómadas” (Editorial Trampa), un relato que añade, a su carácter de novela biográfica, la peculiaridad de estar destinada fundamentalmente a un lector juvenil. Todo gira en torno a cuatro adolescentes de origen africano -el saharaui Moha, el protagonista, Otmán, Mamadú y Jadiya- que viven en España y comparten centro de enseñanza e ilusiones y problemas propios de la edad y de su procedencia foránea.
El relato es sencillo y lineal, como la vida de los cuatro adolescentes, pero permite ir planteando situaciones que no por conocidos resultan menos preocupantes. Desde la dificultad para asumir una cultura y una lengua diferentes -un inconveniente menor en el caso de Moha, puesto que procede de una familia que vivió la época colonial española, asumió muchas de sus características e incluso la evoca como “los buenos tiempos”, tal cual le decía su abuela recordando la vida en Villa Cisneros; y, por tanto, conoce el idioma-, y la complicación de compartir ambos universos, hasta la constatación de estereotipos que tienden a evitar o marginar al inmigrante, cuando no directamente a menospreciarle, sobre todo en el caso de los de ascendencia africana. De ahí que el protagonista diga en un momento del relato: “casi todos mis amigos son hijos de emigrantes… en realidad, sólo tengo un verdadero amigo español. Conozco a muchos españoles, pero amigo de verdad, sólo uno”, confesión que resulta sin duda inquietante.
Molinero utiliza un lenguaje y unas formas de expresión de los sentimientos del protagonista que resultan plenamente verosímiles con los propios de un adolescente. Por todo ello en “Nómadas” es perfectamente perceptible dicho contexto generacional, con sus relaciones y retos, e incluso, en el caso del protagonista, con esa situación tan particular que le obliga a compartir dos familias, la propia y la de adopción, que acaban siendo indisociables de su propio yo. Una circunstancia no exenta de dramatismo cuando Moha, el protagonista, regresa al desierto para ver a su familia biológica y se da cuenta que ya no es ni de allá, ni de acá: “Me sentía incapaz de vivir en el lugar donde nací, donde crecí, donde tanto me había divertido con mis amigos jugando con la pelota, o tirándoles piedras a las cabras, o matando escorpiones. Llegué a aborrecer lo que cinco años atrás era mi hogar, donde aún viven mi madre y mis hermanos, y el resto de la familia, hasta el punto de desear que acabaran aquellos dos meses que tenía por delante para poder volver de nuevo a mi otra vida. Mi vida en España. Pero el mismo día del regreso al bajar del avión, volví a darme de bruces con mi condición de inmigrante. De extranjero”.
En las páginas de “Nómadas” hay un mensaje subliminal que nos recuerda la necesidad de fomentar con naturalidad la integración, ejercer con persistencia la tolerancia y asumir con normalidad las diferencias. Temas todos ellos entre los que el autor se ha movido con particular soltura porque describe algo que no le es en modo alguno ajeno.
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