“Bacanal”, un espectáculo de cabaré bajo la carpa del Circo de los Horrores
El circo es el más antiguo de los espectáculos y, sin embargo, ha sabido actualizarse de acuerdo con los nuevos gustos y preferencias del público.
El circo es el más antiguo de los espectáculos y, sin embargo, ha sabido actualizarse de acuerdo con los nuevos gustos y preferencias del público. Este deseo de renovación ha dado paso a la aparición de los circos tematizados. En Barcelona vimos hace algún tiempo un original circo gay y nos ha visitado en diversas ocasiones el Circo de los Horrores que dirige Suso Silva, sobrino del famoso padre Sila que creó en Galicia el Circo del Muchachos, cantera de formación de toda una generación de artistas del espectáculo. Justamente Suso Silva ha levantado de nuevo su carpa en la Barceloneta (ojo, aviso a navegantes: la publicidad dice que está en el Port Vell, pero no es cierto; se encuentra cabe el paseo de Juan de Borbón) donde presenta un nuevo espectáculo titulado “Bacanal”.
Aunque conserva la infraestructura propia del circo y hay números propios de este tipo de espectáculo, se define como cabaré y nos parece adecuado que así sea. Porque, en efecto, la ambición del montaje escenográfico y del vestuario, que remiten imaginativamente a los ambientes presuntamente libertinos de finales del siglo XVIII, cuando enseñoreaban en las cortes las madamas y dictaba sus lecciones el marqués de Sade, el guion -en algunos momentos excesivamente discursivo-, e incluso la propia estructura del patio de butacas, en el que se ha sustituido la tradicional pista por un patio con mesas y sillas en cuya zona se pueden solicitar consumiciones, invitan a pensar en el ambiente propio de un cabaré como los de toda la vida, bien que en este caso bajo la acogedora silueta de la carpa.
Hay actuaciones específicamente circense que satisfacen las mejores expectativas. Tanto el Dúo etíope Moh, con sus acrobacias sobre banqueta, los dos números de acrobacias aéreas -el Body Trapeze, de fuerte sabor lésbico, o el individual del ecuatoriano César Pintado; el preciosismo en barra vertical de Jeni Essence, cosecharon grandes aplausos. Nos maravilló el equilibrio sobre alambren del funambulista chino Lan Shi Xiong, en particular el virtuosismo del número con escalera. Y resultó absolutamente espectacular la última actuación que corrió a cargo de Alan y Rafael, componente del Dupla Mão Na Roda de Brasil, uno de cuyos componentes, afecto de cierta discapacidad en sus extremidades inferiores, demostró insólita versatilidad e impecable perfección en los ejercicios acrobáticos con los que demostró un inquebrantable de superación, mientras que el portor resistía impasible el peso del cuerpo sostenido con una sola mano sobre su cabeza.
El protagonismo de Silva es absoluto, con sendas y largas intervenciones en cada uno de los actos. Suso habla, se mueve, dirige a la cohorte de figurantes que le rodea y, sobre todo, interactúa con el público cuando desciende al patio. Entonces interpela a los espectadores, masajea la cabeza de los calvos, provoca, incita e incluso invita a alguna señora a acompañarle al escenario para meter mano a uno de los artistas que aparece tendido sobre una camilla y vestido con sucinto slip o entrevista a una pareja, elegida aleatoriamente, con el propósito de penetrar en sus intimidades a la vista del respetable (y con preguntas tan impertinentes como cuál de los dos expele más ventosidades) El lenguaje es desmelenado y procaz, pero da la sensación que el público -que parece formado en su mayoría por parejas de una edad media- se lo pasa en grande.
Una “Bacanal” entretenida, con algunos, quizá pocos, pero muy buenos, números de circo y mucho espíritu transgresor.
Escribe tu comentario