La Síndica de Barcelona denuncia el deterioro del espacio público de la capital catalana por su uso intensivo
CatalunyaPress.- Maria Assumpció Vilà, síndica de Barcelona, ha presentado un informe en el que denuncia el deterioro del espacio público de la capital catalana -entendido como aquel que no está destinado a la circulación rodada-. Además, en el mismo trabajo se ha constatado un incremento importante del uso del espacio público no sólo por parte de las iniciativas vinculadas a intereses económicos sino también por parte de actividades lúdicas.
CatalunyaPress.- Maria Assumpció Vilà, síndica de Barcelona, ha presentado un informe en el que denuncia el deterioro del espacio público de la capital catalana -entendido como aquel que no está destinado a la circulación rodada-. Además, en el mismo trabajo se ha constatado un incremento importante del uso del espacio público no sólo por parte de las iniciativas vinculadas a intereses económicos sino también por parte de actividades lúdicas.
Según Vilà, "hay la percepción", sobre todo en el centro de la ciudad, "de que se ha incrementado el uso del espacio público hasta el punto que se dificulta el tránsito de peatones y su uso cívico y relacional". La síndica atribuye como la primera causa el incremento sustancial de las terrazas en la vía pública debido a la entrada en vigor de la prohibición de fumar en el interior de los locales.
Del mismo modo, también hay una "mayor presencia de artistas de calle, la celebración de nuevas muestras culturales o comerciales que se añaden a las tradicionales, un incremento de las actividades lúdicas en la vía pública y la instalación de construcciones temporales para diferentes usos".
En este uso intensivo de la vía pública también hay que tener en cuenta el uso por parte de los turistas y de la población local de vehículos u otras máquinas, como bicicletas, segwayso patinetes eléctricos, que continúan utilizando las aceras sin tener en cuenta las limitaciones de anchura y de velocidad.
Así, concluye Vilà en su informe, "el conjunto de todas estas circunstancias provoca la impresión que el espacio público sufre un deterioro, tanto en su mantenimiento como en el uso cívico a que tendría que estar destinado".
LA REGULACIÓN Y EL CONTROL, POTESTAD MUNICIPAL
En dicho informe, la síndica recuerda que "la regulación y el control del espacio público pertenece al Ayuntamiento, que tiene que velar por un uso racional de éste, preservar la condición de espacio público a disposición de la ciudadanía y evitar un uso excesivo y excluyente".
Además, destaca que el Ayuntamiento sí está interviniendo para ordenar y conseguir un equilibrio razonable del espacio público. Y, pone como ejemplos el establecimiento de un nuevo régimen para las terrazas, todavía en proceso de elaboración y posibles modificaciones, y la eliminación o recuperación de los quioscos de prensa cerrados y la revisión de la instalación temporal de una pista de hielo que ha ocupado los últimos años por Navidad la plaza de Catalunya, prosigue Vilà.
RECOMENDACIONES
Para finalizar, en el mismo informe se encuentra una relación de seis recomendaciones para mejorar el uso del espacio público.
En primer lugar, se pide controlar rigurosamente el cumplimiento de las condiciones de ocupación del espacio público de las terrazas, especialmente los requisitos de superficie de ocupación permitida, el número de mesas y el montaje y el desmontaje de los elementos accesorios.
Por otro lado, velar para que los itinerarios de los peatones en el espacio público tengan el trazado lo más directo posible y sin obstáculos así como difundir las condiciones de circulación de las bicicletas y de los vehículos de movilidad personal por los espacios destinados a los peatones.
Además Vilà pide revisar las condiciones de otorgamiento de los lugares de estacionamiento de vehículos reservados a determinadas personas y colectivos. Además, ha exigido al Ayuntamiento que aplique criterios restrictivos teniendo en cuenta la necesidad social de la actividad, la concentración de autorizaciones en un mismo espacio y tiempo, y que se evite la larga permanencia de autorizaciones inicialmente temporales.
Por último, recomienda al Ayuntamiento la prestación del servicio de lavabos públicos y que se considere su emplazamiento mayoritario en las instalaciones de libre acceso del metro.
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