Los barceloneses ven el paro como principal problema y crece la preocupación política


El paro y las condiciones de trabajo se mantienen como el principal problema para los barceloneses, aunque se reduce respecto a hace un año, y crece la preocupación por la situación política, sobre todo en referencia a Catalunya y al conjunto de España, según refleja el Barómetro Semestral de Barcelona.




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El paro y las condiciones de trabajo se mantienen como el principal problema para los barceloneses, aunque se reduce respecto a hace un año, y crece la preocupación por la situación política, sobre todo en referencia a Catalunya y al conjunto de España, según refleja el Barómetro Semestral de Barcelona.


En rueda de prensa este miércoles, el primer teniente de alcalde, Gerardo Pisarello, ha destacado que en el último barómetro han aumentado el número de respuestas que hacen referencia a cuestiones políticas, lo que se explica, a su juicio, por el ciclo electoral "intenso y convulso" de los últimos meses.


Ha remarcado que el Barómetro muestra el aval de los ciudadanos a la gestión de la ciudad, con un 64,2% que la aprueban --un 43,3% cree que es buena o muy buena y un 20,9%, normal--, una cifra que ha destacado que es similar a la del barómetro de hace un año --era del 70,4%-- y "muy superior" a la valoración de la gestión de la Generalitat --un 25,5% cree que es buena o muy buena y un 18%, normal-- y la del Gobierno central --10,8% y 12,6%, respectivamente--.


En cuanto a la valoración de la evolución de la ciudad, el 24,8% cree que en el último año la ciudad ha mejorado y un 55,4% opina que de cara al futuro mejorará, mientras que el 22,8% augura que irá a peor.


En cuanto a los principales problemas, el paro y las condiciones de trabajo siguen siendo claramente los aspectos más mencionados cuando se pregunta por el problema más grave de la ciudad, con un 24% de las respuestas, aunque se reduce en seis puntos respecto a diciembre del año pasado, mientras que las cuestiones políticas se sitúan en segundo lugar a mucha distancia (7,3% frente a 5,3% de hace un año).


En cuanto a los principales problemas de Catalunya, el paro se mantiene como primera preocupación (23,9%, frente al 36% de 2014), aunque a muy poca distancia de los aspectos políticos (18,5%, más de ocho puntos por encima que hace un año), y el encaje de Catalunya en España, que tiene el mismo porcentaje de preocupación (18,5% frente al 15,3% de hace un año).


También crece la preocupación por la situación política en el conjunto de España (15,1% frente al 12,8% de diciembre de 2014), a pesar de que el paro es el principal problema para el 31,6% de los encuestados.


Cuando se pregunta por el problema que afecta personalmente a los entrevistados, un 25,6% menciona el paro y las condiciones de trabajo, una cifra similar a la del año pasado (26,8%), y los problemas económicos son el segundo problema más mencionado, aunque baja en siete puntos porcentuales (del 20,3% al 12,9%).


Según Pisarello, el barómetro evidencia una "clara mejora" de la situación económica, ya que se ha reducido mucho la distancia entre los que consideran que la situación de la economía es buena o muy buena (38%) y los que creen que es mala o muy mala (42%), y ha afirmado que hay una percepción generalizada de que la situación ha mejorado.


DESIGUALDADES


En cuanto a las preguntas sobre desigualdades económicas, el barómetro muestra un elevado nivel de consenso en que las desigualdades son altas o muy altas (79,7%), que las administraciones deben luchar contra esta situación (87,4%) y que no todo el mundo tiene las mismas oportunidades (78,3%).


"Consideramos que estamos alineados con los problemas de la gente", ha manfiestado Pisarello, que ha recordado que las respuestas de la encuesta avalan las prioridades del Gobierno municipal de luchar a favor de la cohesión de la ciudad y reducir las desigualdades.


Al ser preguntado por la aparición por primera vez del 'top manta' como uno de los problemas mencionados, Pisarello ha destacado que aparece de forma "muy tímida", y ha sostenido que el gobierno de Ada Colau está a favor de resolver esta cuestión desde un punto de vista social, ya que considera que es un síntoma de las desigualdades de la ciudad.

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