La transgresora Andrea Fraser llega al Macba con la exposición 'L'1%, c'est moi'
"¿Qué le pedimos al arte?" es la pregunta de la que parten todos los trabajos de Fraser.
El Museu d'Art Contemporani de Barcelona (Macba) ha dedicado la primera retrospectiva en España a la transgresora artista Andrea Fraser (EEUU, 1965) que, en la exposición 'L'1%, c'est moi', "pone la lupa en el tejido social del arte" y la crítica institucional.
Así lo han explicado los comisarios Hiuwai Chu y Cuauhtémoc Medina en rueda de prensa.
"¿Qué le pedimos al arte?" es la pregunta de la que parten todos los trabajos de Fraser (Billings, Montana, 1965), de la que se muestran una treintena de obras clave hechas a lo largo de tres décadas de carrera, ha afirmado la comisaria, junto a la artista y el director del Macba, Ferran Barenblit.
Con esta exposición, plato fuerte de la temporada y colaboración con el Museo de Arte Contemporáneo de México, el museo "reflexiona críticamente sobre la institución del arte y sobre las cuestiones consensuadas" de la mano de Fraser, que explora los roles de artistas, coleccionistas, galeristas, mecenas y público del arte, ha dicho Barenblit.
El recorrido, agrupado por bloques, permite una lectura cronológica de la obra de Fraser, que empezó "apropiándose" de las imágenes de pinturas que le gustaban y, posteriormente, empezó una serie de piezas basadas en pósters artísticos comprados en el Metropolitan de Nueva York, en folletos museísticos y audioguías.
Así, la exposición empieza con la sección 'Museos' y reflexiona sobre el papel que éstos desempeñan en el establecimiento de valores y jerarquías sociales, y sigue con el ámbito 'Globalización', en que pone el acento en los años 90, cuando proliferaron bienales y ferias de arte.
'MAY I HELP YOU?'
En el ámbito 'Es una exposición bonita, ¿verdad?', la artista reflexiona sobre el poder de estratificación social del arte a través de performances como 'May I help you?' en que Fraser se convierte en una seductora 'snob' que vende cuadros de arte contemporáneo a públicos distintos a través de un lenguaje profundo.
Al final de esta parte, se encuentra el vídeo 'Untitled' de 2003 y de 60 minutos en que la artista mantiene relaciones sexuales con un marchante de arte en una habitación de hotel en Nueva York, en que Fraser quiere hablar de la metáfora de la venta de arte como "prostitución", ha dicho.
MÁS "PORNÓGRAFA" QUE PROSTITUTA
Preguntada por la instalación, ha explicado que ella le pidió al marchante Friedrich Petzel que le encontrara un coleccionista que se prestara a la acción y a comprar la primera copia de la obra que ella considera totalmente suya: "Estaba haciendo más como una pornógrafa o una artista adulta, que como una prostituta".
"Se ha dicho que cobré 20.000 dólares, pero no es cierto", ha asegurado molesta la artista, que ha dicho que en ese momento no se preocupó de ser usada por el coleccionista, al que en todo caso había explotado más ella con su proposición.
PIERRE BOURDIEU, FEMINISMO Y PSICOANÁLISIS
En esta instalación sin sonido, la artista da un paso más en su trabajo de crítica institucional del arte y sus formas de transmisión, a la que ha invertido años de investigación y análisis, bebiendo del feminismo, el psicoanálisis y los campos sociales de Pierre Bourdieu, que le inspiraron especialmente la instalación 'May I help you?'.
"No es cuestión de estar en contra de la institución. Nosotros somos la institución. La cuestión es qué clase de institución somos, qué clase de valores institucionalizamos, qué formas de práctica premiamos y a qué clase de premio aspiramos", dice la artista, que acompaña la muestra con un catálogo en forma de ensayo.
En el ámbito de 'Fantasías descartadas' muestra el arte como un desfile de fantasías colectivizadas que cristalizan en obras e identidades artísticas, y en 'Lo personal y lo político' queda claro que, aunque las obras de Fraser pueden ser investigaciones psicológicas, sociológicas, emocionales y económicas, el mantenimiento de todos estos vínculos es clave en su trabajo.
En 'Coleccionado y archivado', el visitante puede ver cómo la crítica institucional se desarrolló llevando a cabo una doble crítica del museo como lugar de exposición y del taller como lugar de producción de unas obras de arte que, para ser vistas, han de circular por museos y galerías.
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