Los forenses señalan la bala de goma como el objeto que hizo perder el ojo a Ester Quintana
Han rechazado que la herida la provocara un objeto cortante, lo que descarta la tesis de un objeto lanzado por un manifestante.
Todos los peritos forenses que han declarado este lunes en el juicio contra dos mossos d'Esquadra por el 'caso Ester Quintana' consideran "improbable" que la herida fuera por un objeto distinto a una bala de goma.
En la Audiencia de Barcelona, han rechazado que la herida la provocara un objeto cortante --eso descarta la tesis de una botella u objeto similar lanzado por un manifestante-- y tampoco contemplan la bala policial 'foam', con un diámetro menor que una pelota de goma: "Las lesiones son diferentes, fundamentalmente por el tamaño del proyectil".
Insisten en que el tipo de herida apunta a una lesión "mucho más compatible" con una pelota de goma --en la línea de lo que concluye la acusación-- frente a la tesis de la defensa, que no descarta una bala 'foam', lo cual exculparía al escopetero de pelotas de goma que está acusado junto al subinspector que supuestamente ordenó disparar.
Dos peritos del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Catalunya (IMLCFC) han relatado que la lesión es similar a otros cinco casos de heridas de pelotas de goma, pero esta "es más grave": en el resto de casos tardaron en recuperarse de 60 a 90 días, pero Quintana necesitó más de 500 y le quedan importantes secuelas de por vida.
EL DÍA DE LOS HECHOS
En el sitio de los hechos --el cruce paseo de Gràcia-Gran Via-- se estacionaron tres furgonetas antidisturbios de los Mossos (Brimo): la 403, la 414 y la Drago 40, con media docena de agentes cada una; entre ellos, un lanzador (de 'foam') y un escopetero (de pelotas) en cada vehículo.
Si finalmente el tribunal descarta que la herida de Quintana fue por 'foam', la clave del juicio será averiguar quién disparó la pelota: los escopeteros de la 403 y 414 declararon como testigos que no lo hicieron; el acusado (de la Dragó 40) dijo, en la instrucción del caso, que sólo había tirado salvas (disparos sin munición); y está previsto que el escopetero acusado declare este martes o miércoles.
LAS SECUELAS
También ha comparecido como perito este lunes un psiquiatra que ha explicado que a Quintana "le han quedado secuelas que ya no van a mejorar", que no será podrá conducir ni hacer viajes largos y que siempre tendrá dificultades para bajar escaleras al perder toda el ojo izquierdo.
A nivel psicológico, ha detallado que "las afirmaciones inciertas de estamentos políticos" sobre los hechos, su exposición mediática y el haberse convertido en personaje público también han afectado a su visión del mundo y han hecho que se sienta menos segura.
Escribe tu comentario